“EL VIRUS DE LA CORRUPCIÓN”

“EL VIRUS DE LA CORRUPCIÓN”

La corrupción es un mal que aqueja a grandes países en el mundo, nuestro país no es ajeno a ella, ya que ha puesto al descubierto, que ni el dolor ni la tragedia humana sensibilizan a los que gobiernan nuestro país y que han buscado satisfacer sus propias necesidades, colocándolas por encima de las del pueblo peruano.

Hoy en día vemos en las noticias numerosos reportajes, que denotan el cuestionado manejo de vacunas por parte de nuestras autoridades. El escándalo por presunta corrupción, denominado “Vacunagate”, causó gran revuelo en Perú, luego que los involucrados en este asunto recibieran dos dosis de la vacuna china Sinopharm, cuando éstas llegaron al País en un cargamento extra, mientras se encontraban en la fase III del ensayo clínico, que ya mostraba resultados alentadores.

No es secreto que siempre ha existido abuso de poder y autoridad en nuestro país, este tema lo confirmó una vez más, ya que a pesar de que los medios de comunicación manifestaron que la llegada de cierta cantidad de vacunas a la Universidad Cayetano Heredia, universidad patrocinadora del estudio, era netamente investigativa; sin embargo, el gobierno hizo una petición de más vacunas Sinopharm, logrando que muchos funcionarios públicos y empresarios accedieran a ciertos privilegios de vacunación.

Carbone (2021) afirma: “se confirmó también que hubo dos enlaces en los Ministerios: el asesor de inmunización Carlos Castillo y el director de Ciencia y Tecnología de la Cancillería Arturo Jarama, que presentaban personas que no tenían que ver con los equipos de investigadores para ser inoculadas”. Todo lo mencionado anteriormente generó “la desconfianza en la clase política, que ya de por sí estaba demasiado deteriorada en Perú” (Calderón, 2021), considerando que este escándalo provocó una gran suspicacia en la población en relación con los funcionarios públicos.

Por otro lado, existieron algunas personas, que, aunque desligadas a la política, se aprovecharon la situación y vendieron a costos muy elevados la medicina y sobre todo el oxígeno que cumple un rol fundamental para hacerle frente a esta enfermedad, un claro ejemplo de ello, fue el caso de Sullana, donde las

medicinas que solicitaban a los familiares para el tratamiento de los pacientes que se encontraban en UCI, no eran aplicadas, pues existía una mafia dedicada a robar la medicina y se trataba de un enfermero que trabaja en el establecimiento del hospital implementado en el estadio campeones del 36, la medicina la revendía en el exterior del hospital a precios exorbitantes; dejando en claro las malas intenciones de dichas personas.

El drama de la corrupción ha reflejado la deficiencia del servicio de los centros de salud, equipos médicos y ha puesto en duda la inversión que realiza el estado. No se pudo constatar que los gastos de salud pública fueran los adecuados y que los costos en medicina, oxígeno, equipos e implementación de camas U.C.I., estén disponibles para la población de manera rápida y efectiva.

Todos estos casos revelan lo inescrupulosa que es la política peruana y la falta de valores éticos de ciertas personas, que anteponen sus intereses personales y olvidan el bien común. Es verdaderamente inhumano, que muchas personas que padecen en una cama de hospital, pidiendo recibir una dosis, mueren esperando la ansiada vacuna que les fue negada por la terrible corrupción.

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