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El Graffiti en la Ciudad de México


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2019  •  Ensayo  •  1.881 Palabras (8 Páginas)  •  187 Visitas

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El Graffiti en la Ciudad de México

José Carlos Roque Juárez


A finales de los años 80´s en la frontera de México con Estados Unidos llegó una nueva forma de expresión que se fue apoderando de las principales ciudades de nuestro país, latas de aerosol fueron y siguen siendo armas de creación masiva que ayudan a los jóvenes a apropiarse de lugares públicos para dejar una marca personal, parte de su ser se queda ahí ya sea su apodo, un mural que represente la vida en el barrio, sus sentimientos e ideas pero en sus inicios las pandillas de la Ciudad de México lo usaban para delimitar su territorio pues las condiciones de su entorno los volvía muy agresivos, pandillas como “Los Panchitos” eran reconocidos por los medios como jóvenes sin futuro, que solo buscaban agredir a quien tuvieran en frente pero pocas veces hemos notado el gran impacto que tuvieron las pandillas en la cultura del graffiti.


En aquella época la Ciudad de México pasaba por una situación muy difícil, pues la zona metropolitana quedaba segregada de las grandes construcciones que se comenzaban a ver más comúnmente en colonias como Polanco y Chapultepec, dando la impresión de que se trataba de ciudades distintas. Un punto muy importante dentro de la cultura del graffiti fue y aún es Ciudad Neza, la vida ahí era aún más complicada que en otros lados pues la falta de servicios públicos, constantes inundaciones y sus construcciones defectuosas hacía que los chavos banda de aquel entonces optaran por tomar los muros como lienzos pues como se trataba de transformar el panorama, cualquier lata con pintura servía para el objetivo[1] pero eso no era todo pues a pesar de que los medios se encargaron de que la ciudadanía temiera de todos estos jóvenes que armados con sprays vandalizaban los vagones del metro y demás construcciones el verdadero peligro venía de las mismas autoridades pues figuras como el negro Durazo y demás funcionarios corruptos continuaron con esta segregación social hacia los jóvenes grafiteros haciendo de la represión selectiva algo común para la sociedad desde aquel entonces.

Algunos de estos jóvenes se vieron influenciados por películas como “The Warriors”, “Naranja Mecánica”, “La Ley de la Calle” y muchas otras donde se representa la juventud llena de energía y se toman en cuenta sus problemas y pensamientos, aunque quizá la que más ayudó a la proliferación de la cultura del graffiti fue The Warriors de Walter Hill pues aquí en México se empezaron a hacer los primeros graffitis al tratar de imitar a los pandilleros neoyorquinos escribiendo en los muros o en la infraestructura urbana de sus colonias los nombres con los que se identificaban, los de su banda[2] haciendo que se tomen ciertos modelos de estas películas además de que la música siempre ha estado ligada al graffiti, desde el hip-hop en Estados Unidos, el punk en Reino Unido y por supuesto el rock urbano en la Ciudad de México, bandas como El Tri y Banda Bostik dieron un sentido de pertenencia y ampliaron el panorama cultural de estos grafiteros.

Muchas veces se ha hecho énfasis en que el graffiti siempre surge de lugares con situaciones muy específicas, a los jóvenes que lo practican se les ha creado una imagen muy poco favorable tachándolos de delincuentes, vándalos y drogadictos pero contrario a lo que se piensa el graffiti no fomenta estas actividades sino que representa para estos jóvenes un medio de expresión para demostrar su creatividad y que a su vez ayuda a vincularlos con otro tipo de artes, como la música y las artes plásticas en general.


La falta de espacios y medios de expresión más tradicionalistas hace que los jóvenes opten por tomar lugares  públicos, llenen bardas y espectaculares de placazos y murales del barrio, desplazando la publicidad los graffitis también son una forma de intromisión en nuestra vida, pero con una diferencia básica, no quieren vendernos nada[3] dejando pocas oportunidades de acceder a un lugar adecuado para montar una masterpiece haciendo que lo más común sean los tags, que suelen ser más rápidos de realizar, esto hace que cada crew tenga una serie de códigos que ayudan a mantener una comunicación entre grafiteros, no solo a delimitar territorio como anteriormente se usaba, cada trazo tiene un significado que las personas ajenas a esta cultura no logra comprender por completo.

 

Como ya se dijo la falta de espacios no solo provoca que haya menos variedad de pintas sino que también despierta el morbo, el interés por saber qué se siente, pues la clandestinidad ha estado ligada al graffiti desde sus inicios y los intentos del gobierno por reprimirlo y hasta satanizarlo han sido casi inútiles, las multas y aprehensiones no han impedido que siga estando por todos lados y que de hecho cada vez tenga una mayor aceptación por parte de la sociedad en general pues en nuestros días empieza a gozar de una mejor imagen, cada vez más alejado de las pandillas que atemorizaban a las personas en los 80´s ahora se expone en centros históricos e incluso se puede ver en lugares que anteriormente solo se permitían para uso exclusivo de espectaculares y anuncios de empresas. El grafitero ahora se puede dar el gusto de ver su obra en un lugar importante, de pintar con calma, a plena luz del día y con el apoyo de las autoridades o el simple hecho de llamar a su obra legal hace que entendamos el cambio que está tomando este tipo de arte, cambio que si bien ha sido lento no ha dejado de avanzar, por lo que puedo decir con gran seguridad que el futuro pinta bien para el graffiti en México.

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