El nacionalismo burgués; experiencia fracasada
Enviado por Ricardo Vásquez Aburto • 27 de Noviembre de 2017 • Trabajo • 2.921 Palabras (12 Páginas) • 242 Visitas
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Índice
Introducción 2
El nacionalismo burgués; experiencia fracasada 3
Las perspectivas ante la nueva elección presidencial 6
Conclusión 9
Anexo 10
Introducción
El siguiente informe describe y problematiza de manera critica la situación económica de Ecuador, y sus perspectivas en contexto de la última elección presidencial, donde el pasado 7 de abril de 2017, el candidato oficialista de Alianza País, Lenin Moreno, derroto a su contrincante Guillermo Lasso con un 51,15% versus 48,85%, equivalente a 5.060.424 y 4.833.828 votos respectivamente. (Electoral, s.f.).
La elección de Lenin, quien fuera el vicepresidente del ex presidente Rafael Correa entre 2007 y 2013, se da en un complejo escenario económico. “La elección ecuatoriana estuvo marcada por lo que el saliente presidente Rafael Correa calificó como una “tormenta perfecta”: la caída de los precios del petróleo en una economía extremadamente dependiente de su renta y la devaluación monetaria de los países vecinos, con su consiguiente impacto en la competitividad de los productos de una economía que se encuentra dolarizada. A esto se añade, como elemento coyuntural, el impacto del terremoto del año pasado” (Montenegro, 2017)
Para acercarnos a una caracterización y perspectiva del Gobierno de Lenin Moreno en el plano económico, es obligado comprender los márgenes políticos en los cuales se venía desarrollando Ecuador bajo el Gobierno de Rafael Correa, y como la experiencia de este, se encuentra conectada al fracaso político económico de otros países latinoamericanos, que ponen de manifiesto el ocaso del nacionalismo burgués, que ha debido enfrentar fuertes y sostenidos episodios de inestabilidad política y económica.
El nacionalismo burgués; experiencia fracasada
El derrumbe de la experiencia nacionalista, es el resultado material de la crisis capitalista mundial tras el estallido de la crisis subprime del año 2008 con la bancarrota de Lehman Brothers. Sin duda la crisis económica atraviesa a todos los regímenes mundiales, desde el Brexit que separo a Inglaterra de la Unión Europea, hasta la actualidad de la lucha independista de Puerto Rico de los Estados Unidos.
En Ecuador, el gobierno de Rafael Correa aprovecho la bonanza petrolera (y minera) por la que recibió $ 77.530 millones por exportaciones petroleras entre el 2007 y el 2013, con un promedio del precio del crudo de $ 74,09 (El universo, 2105) pero con las que tuvo que sostener un endeudamiento creciente para cubrir plantes de contención social y una fuerte inversión pública en enormes obras de infraestructura. En el 2008 China se transformaba en el principal prestamista de Ecuador, donde éste último daba como garantía de pago el saldo exportable del petróleo. Respecto a este periodo económico de Ecuador y americalatina, Altamira:
El proceso nacionalista burgués de las últimas dos décadas se caracteriza, asimismo, por un planteo de desarrollo capitalista fuertemente parasitario. En los entresijos de la crisis mundial, Amé- rica Latina asistió a dos ciclos de grandes subas en los precios internacionales de las materias primas. Fueron descriptos como el final de la tendencia al deterioro de los términos negativos del intercambio comercial. Los superávits comerciales originados por esos aumentos dieron lugar, a su vez, a un nuevo ciclo de endeudamiento internacional (público y privado), promovido por el respaldo que ofrecía el crecimiento de las reservas internacionales. El pago de la deuda externa heredada se hizo con la emisión de deuda interna y el vaciamiento de esas reservas. La abundancia de liquidez fue aplicada a la expansión sin precedentes del crédito al consumo, a tasas de interés excepcionales o subsidiadas por el Estado. Se desarrolló, de este modo, un ‘populismo bancario’, que engordó los beneficios financieros a costa de una creciente hipoteca de las familias. Fue una versión latinoamericana de los créditos ‘subprime’, que detonaron la crisis en Estados Unidos. Los llamados planes sociales, en muchos casos financiados por el Banco Mundial, embellecidos por el ‘relato’ del fomento del consumo, encubrieron la falta de creación de empleo y la casi nula industrialización, y ahora se encuentran amenazados por déficits fiscales descomunales (que obedecen, por supuesto, a otras razones, en primer lugar, el pago de intereses usurarios de la deuda pública y el financiamiento público subsidiado para los capitalistas). El mito de la creación de una clase media se derrite ahora a la vista de todos, como la nieve en vísperas del verano (Jorge Altamira, 2016)
La gestión política de los Gobiernos nacionalistas o “progresistas” lejos de querer esquivar la crisis capitalista, transformo a americalatina en un nicho del capital financiero internacional, que contrajo un ataque sistemático a los trabajadores, mediante la regimentación de sus organismos sindicales, limitando principalmente el derecho a huelga. Cuando los precios del crudo cayeron, se demostró la extrema precariedad del gobierno ecuatoriano que tras un discurso demagógico de “revolución ciudadana”, manifestó su total dependencia y colaboración con los países imperialistas, echando abajo cualquier transformación de fondo para el país. El aumento de la deuda que al 2016 llego a 13 mil millones de dólares, casi un 40% del PIB, contrajo aparejada enormes políticas de ajuste, donde Correa resolvió inclusive el aumento provisorio del IVA.
Rafael Correa, graduado en Economía en Estados Unidos, mantuvo a rajatabla la dolarización de la moneda que había impuesto el gobierno que le precedió. El nacionalismo ecuatoriano se adaptó a la dependencia monetaria (la forma más extrema de dependencia), mientras los precios de las materias primas estaban en ascenso y las tasas de interés internacionales en retroceso. Por eso no perdió el acceso al crédito internacional a pesar de haberse visto forzado a declarar un defol en 2008 (Stratfor, 8/12/15). China fue generosa a cambio de una garantía en combustibles. La deuda externa ha aumentado en forma significativa. La situación se ha agravado, y podría convertirse en insostenible, como consecuencia del movimiento inverso: caída del precio del barril y un ascenso de tasas de interés en mercados externos (Altamira, 2017)
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