El valor, realidad social, sólo aparece en el cambio.

El valor, realidad social, sólo aparece en el cambio.

Las mercancías son objetos de utilidad y un porta valor. Así que, sólo pueden ingresar en la circulación si se presentan bajo doble forma: la suya natural y la de valor.

Considerando una mercancía como objeto de valor no se puede apreciar. En vano se puede decir que la mercancía es un trabajo humano materializado pues se puede reducir a la abstracción del valor.

En conceptos de valores la realidad de las mercancías consiste en que son la expresión del trabajo humano, parece que esa realidad, sólo social, sólo puede aparecer en transacciones sociales.

El carácter de valor se manifiesta en las relaciones de las mercancías entre sí, como valores, los productos del trabajo revelan en el cambio una existencia social de forma parecida como objetos de utilidad. Una mercancía expresa su valor por la circunstancia de poderse cambiar por otra. O sea,  sólo por el hecho de presentarse como valor de cambio.

Si el valor se revela en la relación de cambio, este no engendra el valor, al contrario, el valor de mercancía es el que regula sus relaciones de cambio y determina sus relaciones con las demás.

La mercancía que tiene un doble aspecto como objeto de utilidad y valor no aparece tal como es sino cuando se deja de considerarla aisladamente, cuando por su relación con otra mercancía, por la posibilidad de ser cambiada, adquiere su valor una forma apreciable: la de valor de cambio, distinta de su forma natural.

Todas las mercancías pueden reemplazarse mutuamente. Por eso, una mercancía puede cambiarse por otra mercancía, hay posibilidad de cambio inmediato entre las mercancías. Las mercancías poseen una forma especial de valor: la forma moneda, que tiene su fundamento en la relación de cambio.

En primer lugar, una sola mercancía comparte su valor con otra mercancía sola pero, en segundo lugar una misma mercancía se puede cambiar por varias, con esto decimos que esta mercancía expresa su valor en una serie de mercancías mientras que en el primer caso lo revelaba una sola. La misma mercancía puede tener tantas representaciones de su valor cuantas sean las diferentes mercancías, es decir, a un objeto único universalmente aceptado como es el oro, concluimos que todas las mercancías se reducen a cierta cantidad de oro.

Antes el oro era una mercancía como todas las demás, y solo porque representaba previamente el papel de mercancía al lado de las otras, hoy actúa como moneda. Como cualquier mercancía el oro era como todas las demás.

No parece que una mercancía se haya convertido en moneda, porque las demás expresen en ella su valor, sino de forma contraria, las mercancías expresan su valor en ella su valor porque es moneda.

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