Emancipación de la mente
Enviado por Bbzota1211 • 29 de Abril de 2016 • Documentos de Investigación • 781 Palabras (4 Páginas) • 309 Visitas
Emancipación de la mente
“No se nos otorgará nuestra libertad externa, más que en la media exacta en que hallamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.” Mahatma Gandhi, político, pensador y líder pacífico de la independencia de la India.
Hablaré sobre un tema quizá bien definido de manera teórica y concreta, pero que muy pocas veces ha sido llevado acabo, tal como lo marca su racionalidad. Me estoy refiriendo a la libertad. Aquel dulce susurro de aliento que como seres humanos aspiramos a entonar, pues se deriva de la capacidad tanto física como emocional que como especie somos capaz de llevar acabo: la libertad.
Siendo unos de los más preciosos dones que a los hombres dieran los cielos, se define como la capacidad de poder honrar a nuestra propia voluntad a lo largo de nuestra vida, por lo que somos responsables de nuestros actos. Por ende, su concepto es justo y es plasmado como una virtud eterna, firmándose de la declaración universal de los derechos humanos, el 10 de diciembre de 1948.
Dicho esto, queda a la deriva lo que como virtud deberíamos de tener. ¿Por qué hago hincapié en esto? Por la simple y justa razón de decir, que actualmente, y de manera constante, tanto estancias públicas como privadas nos envuelven en esquemas que supuestamente para ellos son para nuestro desarrollo. Dictado está, cuando el estado oprime de manera incongruente al pueblo, las transnacionales nos invaden con su contracultura, autoridades corruptas torturan a personas injustamente de la libre expresión, o simplemente, cuando por medio de spots publicitarios, intentan mover nuestra voluntad. Limitan de manera inconsciente nuestra libertad, ateniéndonos a la falta de crítica, poca información, desvío de nuestros recursos, el temor hacia la movilización y acción social, pero ante todo esto, hacia el estado, nuestra propia nación.
Pero hoy, yo no me levanto para señalar las circunstancias y perversiones tan desfavorables que ha sufrido nuestra libertad. Anteponiendo mis propios preceptos, he venido a declarar el despertar, el levantar, el luchar, pero sobre todo, el concientizar. El progreso, la situación y la dicha se englobarán cuando el egoísmo (orgullo individual) dejen de ser preceptos morales.
Consecuentemente de esto, sabemos sobre un ente que no es un tiempo de la vida, sino un estado del espíritu; sinónimo de energía, vigor y pasión. Me refiero a la juventud.
Actualmente nuestro país, según datos del INEGI, la población mexicana se encuentra en su mayoría entre los 15 y 24 años. ¿Qué nos dice esto? Que somos una nación de fuerza, con la suficiente capacidad, no solo demográfica, sino dinámica para revolucionar constantemente nuestra voluntad de ser accionando y reaccionando ante las circunstancias, haciendo de un lado nuestros preceptos, quitando nuestras ideologías y haciéndonos uno como equipo y como especie, caracterizados por el poder de giro hacia la crítica, en la movilización, organización y expresión social.
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