Ensayo del proceso de vacunación AntiCOVID-19 en los Estados Unidos Mexicanos

Ensayo del proceso de vacunación AntiCOVID-19 en los Estados

Unidos Mexicanos

Objetivo: expresar el punto de vista de cliente o consumidor y prestador de servicio.

Vacunarse contra la COVID-19 protege contra esta enfermedad ya que induce inmunidad

contra el virus SARS-Cov-2 que la causa, entonces se

reducen el riesgo de que de este cause síntomas y tenga

consecuencias graves para la salud. También se reduce la

probabilidad de que lo contagien a otras personas y, por tanto,

también protege a estas. Este fenómeno reviste especial

importancia porque permite proteger a los grupos que corren

más riesgo de presentar síntomas graves de la COVID-19, como los profesionales de la

salud, los ancianos y las personas que presentan determinadas enfermedades.

Desde el punto de vista del prestador de servicio, en este caso Pfizer, Aztra-zeneca,

Covaxin, Sinovac, Sinopharm, Ad26.CoV2.S de Janssen, Moderna. Tuvieron gran ingreso

gracias a que tener mínimo una dosis de vacuna es algo casi obligatorio en nuestra

sociedad, y que en el mundo se aplicaron un total de 13,318,886,351 de vacunas. Se

obtuvieron grandes ganancias pues se vendían en masas grandes. Pero para Pfizer

significó que disminuyera su fortuna puesto que tuvieron que “regalar” su patente a los

diversos laboratorios para poder abastecer las necesidades que en su momento tenía la

población mundial, de haber sido así, probablemente las personas hubieran tenido que

esperar más tiempo para recibir su dosis, entonces la pandemia hubiera tenido una

duración más larga.

Desde la perspectiva del consumidor, el momento en el que más empresas se involucraron

en la creación de vacunas contra el COVID-19, nos dio la oportunidad

de recibir la vacuna más rápido y así poder continuar lo antes posible

con nuestras vidas “normales”, solo con precaución y medidas de

seguridad necesarias. Fué bueno que comenzaran con la primera línea,

que era el personal de salud ya que eran las personas que estaban

más susceptibles a contagio. Prosiguieron con maestros, personas de

la tercera edad y mujeres embarazas porque se consideraban más vulnerables debido a

que sus cuadros de enfermedad eran más graves. Los siguientes en la lista fueron los

jóvenes y por último los niños más pequeños. Las distintas reacciones a la vacuna era un

gran desaliento ya que, en algunas personas, los efectos secundarios eran tan fuertes que

decidían no ponerse sus refuerzos, razón por la cual las personas que aún no se ponían

ninguna dosis tenían miedo y decidían no ponérsela, causando que el virus se siguiera

expandiendo. Posteriormente se demostró que estos efectos

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