Globalización de Immanuel Wallerstein
Enviado por Luis Castro • 25 de Junio de 2023 • Ensayo • 1.371 Palabras (6 Páginas) • 49 Visitas
CASTRO PALACIOS LUIS EDUARDO
GRUPO: 3EM23
GLOBALIZACIÓN O ERA DE TRANSICIÓN POR IMMANUEL WALLERSTEIN
Acuñar el término de la globalización abarca diferentes enfoques de expositores, para Wallerstein la globalización no constituye una novedad o un destino, solo una etapa de transición de manera política, económica y social. Hemos visto que desde que apareció el término y sus diferentes significados, la globalización tuvo su apogeo en la década de los 90’s, pero tuvo sus antecedentes a mitad del siglo XX, lo hemos visto con el país más capitalista que son los Estados Unidos y como con el pasar del tiempo otros países fueron emergiendo gracias a la transición de la globalización al punto de ser hoy en día potencias mundiales.
Para Immanuel Wallerstein no sólo historifica la relación de explotación centro-periferia, sino que además da los supuestos a la reciente teoría de la Globalización (en el presente, y en una fase recesiva por el proteccionismo nacionalista estadounidense), sino que lo articula desde hace decenios con la decadencia del sistema económico de su propia nación, dando razones del surgimiento de la potencia china emergente. Todavía ataca igualmente el análisis coyuntural sobre los movimientos sociales insurgentes anti sistémicos, y alienta los procesos progresistas (por llamarlos de alguna manera) desde el zapatismo al proceso de la Cuarta Transformación, vistos siempre desde una visión geopolítica mundial, que marca una reflexión sumamente sugestiva para arrancarnos del análisis simplista, inmediatista. La visión histórico-mundial a la manera de Ferdinand Braudel, con una fuerte influencia marxista, le da una perspectiva siempre novedosa.
La revolución mundial de 1968 fue disparada por el descontento de todos aquellos que quedaron fuera del bien organizado orden mundial de la hegemonía estadounidense. Los detalles del levantamiento de 1968 fueron diferentes en las diversas arenas del sistema-mundo, pero tal levantamiento ocurrió por todas partes: dentro de este, además de los eventos de 1968 en el mundo Occidental y Japón, incluyó la revolución cultural en China que comenzó en 1966 y el movimiento por un “socialismo con rostro humano” en Checoslovaquia de 1968, así como los diversos acontecimientos de México, Senegal, Túnez, India y de muchos otros países del Tercer Mundo. En todos ellos, pese a las diferentes situaciones locales, hubo un doble tema recurrente.
El primero que la oposición a la hegemonía norteamericana y a la colusión soviética con esa hegemonía (el acuerdo Yaita firmado entre 10 que los chinos denominan superpotencias). Y el segundo fue la desilusión con la Vieja Izquierda en todas sus formas (comunista, socialdemócrata, movimientos de liberación nacional). Desilusi6n que fue consecuencia imprevisible de varios éxitos de estos movimientos.
Todos habían construido, desde finales del siglo XXl, una idéntica estrategia de lucha basada en dos pasos: primero conquistar el poder estatal, luego transformar la sociedad. El hecho es que, en el periodo de la hegemonía estadounidense, paradójicamente (o quizás no tan paradójicamente) los movimientos de la Vieja Izquierda, en efecto, llegaron al poder casi en todas partes: como partidos comunistas en los países socialistas (desde el Elba hasta Ya-lu), como partidos socialdemócratas (o sus equivalentes) en el mundo paneuropeo (Europa Occidental, Norteamérica y Australasia), y como movimientos de liberación nacional en el Tercer Mundo (o sus equivalentes como movimientos populistas en América Latina). Llegaron al poder, pero no pudieron llevar a cabo el segundo paso que habían proyectado, la transformación de la sociedad en la que los revolucionarios de 1968 creyeron.
Dice Wallerstein que es muy difícil predecir el futuro de los nacionalismos “Es una fuerza extremadamente poderosa en el actual sistema mundial y está creciendo”. Se niega a cargar allí todas las culpas, dicho por él “No podemos llevar la lucha total a una lucha contra los nacionalismos, porque ellos también juegan un rol importante en los movimientos antiglobalización y en la resistencia. Tienen sus pros y sus contras. Sus contras son terribles, pero la solución no es obvia, por eso tenemos que concentrarnos en los efectos que traerá el colapso de este sistema mundial”. Para Wallerstein, es necesario construir “uno más igualitario y democrático, y no uno peor que éste, que es también una posibilidad”. Wallerstein traslada las teorías de Karl Marx sobre la explotación capitalista al escenario global. Según Marx, el capitalismo da lugar a una lucha por la “plusvalía”, concepto que alude al hecho de que un obrero genera diariamente un valor superior al salario que recibe, de modo que dicho valor se acaba traduciendo en un beneficio para el empresario. En el sistema de explotación capitalista, las élites sociales ricas se apropian de la plusvalía creada por el trabajo de la clase obrera.
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