Hacer amistad con la emoción

Hacer amistad con la emoción

Las emociones nos hacen sentir sometidos a fuerzas ajenas a nuestro control. En este sentido las emociones son sucesos desconcertantes de la vida cotidiana, por ello las consideramos una molestia o una amenaza. Pero sino experimentamos las emociones nuestra salud y nuestro bienestar se ven deteriorados. ¿Cómo dejar de temer a las emociones y relacionarnos más con ellas?, ¿podemos llegar aceptarlas como parte integral de nosotros?, ¿Por qué resultad difícil aceptar nuestras emociones?, ¿Cuál es la diferencia de eludir las emociones y trabajar con ellas?, ¿es posible afrontar, profundizar y aceptar las emociones para ampliar la sensación de identidad? Si, en lugar de reaccionar contra nuestras emociones, debemos permitir sentirlas para aumentar la capacidad de afrontar lo que la vida nos depare.

Las emociones en la psicología occidental

Las emociones son capítulos confusos de la psicología moderna. Quien se acerque  a la literatura occidental para comprender que son las emociones, como surgen y su significado encontraran teorías contrapuestas. James Hillman, después de realizar el estudio de estas teorías, concluyo: “Hasta el momento, las emociones siguen siendo un problema cuya solución es inefable”.

La psicología occidental ha tratado las emociones con desconfianza, como algo ajeno, “diferente” y separado de  nosotros. Platón considero las pasiones como nuestra “naturaleza inferior” Si, para  nosotros como para Freud las pasiones se originan en el “ello” (en el “id”), “en ese caos primigenio en ese caldero de bullente excitación”, es difícil hacer amistad con las emociones y aceptarlas como parte de nosotros. La meditación, por el contario, desde un punto de vista diferente en extremo, considera esta alineación la que transforma las emociones en algo tan tiránico e incontrolable.

          Si consideramos las emociones algo “ajeno” a nosotros, podemos librarnos de ellas por el pasaje del acto o de la represión. Ninguna de estas estrategias nos permite experimentar directamente las emociones, solo conseguimos perpetuar nuestro alejamiento de ellas.

          Antes de investigar formas de trabajar las emociones hay que saber que son y cómo se manifiestan.

El espectro de la emoción sentida

Nuestra vida sentida abarca manifestaciones, desde las más difusas y generalizadas hasta las más nítidas e intensas. Este espectro puede ser dibujado, en forma de campana, con una amplia base que se va estrechando e intensificando en su parte superior.

El terreno del sentimiento y de la emoción: vitalidad esencial

Los sentimientos y emociones se originan en la corriente vital. Según el biólogo Rene Dubos esta vitalidad es una sensación positiva que subyace a todos los altibajos que nos deparan las circunstancias:

La gente cree que solo pueden ser felices si sucede algo bueno. Una frase que exprese que la vida es buena per se, que el simple hecho de estar vivo es bueno…, la expresión francesa Joie de vivre, significa que estar vivo es una experiencia extraordinaria. Se puede ver la manifestación de esa experiencia observando un niño o de un cachorro. Lo que sucede en esos casos es inmaterial excepto en el hecho de que están vivos. No decimos que nuestro modo de vida nos haga felices ya que podemos sufrir, pero, no por ello, el simple hecho de estar vivo deja de ser una cualidad per se.

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