¿Implica la migración una pérdida de identidad cultural?

   ¿Implica la migración una pérdida de identidad cultural?

     En un mundo globalizado, la migración es una situación que se evidencia día a día. Son muchas las razones por las cuales una persona decide dejar su país de origen, ya sean de tipo socioeconómico o político, pero lo cierto es que hay una constante: mejorar su calidad de vida, con mayores oportunidades tanto personales como profesionales. Estas personas que hacen parte del movimiento masivo migratorio generalmente optan por desplazarse a países Norteamericanos o Europeos, en donde posiblemente uno de los factores que más los marque sea el choque cultural. Como consecuencia, con el pasar de los años, la mayoría de estas personas migrantes van perdiendo poco a poco su identidad cultural, su tradición, su folclore.

     En esta búsqueda de un futuro más próspero, los migrantes sufren un verdadero trastorno, pues tal y como se expresa en el libro Ius migrandi de Ermanno Vitale, ellos pierden su lugar, se enfrentan a una lengua extranjera, a costumbres y códigos sociales que pueden ser muy diferentes, creando así una atmósfera de total desconocimiento para el migrante, quién está en la lucha de volver a echar raíces. Los migrantes están expuestos día a día a historias y culturas que están sometidas a una constante mutación, con lo cual, las tradiciones puras y en su estado original se van perdiendo.

        De la misma manera, al encararse con costumbres distintas, es posible que el migrante empiece a sentirse parte de un entorno que resulte ofensivo o incluso discriminatorio. Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, cerca de 200 millones de personas viven fuera de su país de origen, lo que representará en 2010 el 3, 1% de la población mundial los cuales suelen ser discriminados en la vivienda, la educación, la salud, el trabajo o la seguridad social, por el hecho de no tener los mismos credos, tradiciones y maneras de expresarse. Es gracias a esto que de una u otra forma los migrantes se sienten forzados a cambiar para encajar, teniendo como efecto secundario la pérdida de su identidad cultural.

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