LA FRONTERA INFRANQUEABLE DE LA SEDUCCIÓN
Enviado por nikopm98 • 30 de Marzo de 2019 • Ensayo • 1.832 Palabras (8 Páginas) • 102 Visitas
PLAN DE ESCRITURA
1. Idea central:
El acoso sexual existe, así como también el límite claro que marca la diferencia entre una situación de acoso sexual y una situación de seducción o flirteo. (Factual – Ovideo)
2. Objetivo comunicativo:
Sensibilizar a la población en general sobre el hecho de que el acoso sexual es un problema real que tiene repercusiones sociales graves. En particular a los hombres, quienes, según las estadísticas, son los mayores provocadores de este delito. Además, contribuir a un cambio de mentalidad para que las mujeres dejen de ser vistas, y se vean a sí mismas, como objetos sexuales al servicio del placer masculino.
3. Tema:
La temática principal de este ensayo es la violencia contra las mujeres, más específicamente, el acoso sexual dentro de un sistema patriarcal como el de la sociedad Colombiana.
4. Estrategia Argumentativa:
En primer lugar, se analizan una serie de cifras producidas por fuentes confiables de información (Ministerio de Salud, Fiscalía, Ministerio de Trabajo) a manera de evidencia, puesto que son datos oficiales sobre el delito de acoso sexual, con el fin de sustentar la conclusión de que el acoso sexual es un problema real; luego, se contrasta la reserva con los datos anteriormente mencionados para quitarle valor a esta y hacer más fuerte la aserción principal; más adelante en el texto, se utiliza la definición de acoso sexual para empezar a definir el límite que marca la diferencia entre una situación de acoso y una de flirteo, fortaleciendo aún más la tesis; por último, en las conclusiones, se evidencia el garante del autor que va en consonancia con la posición desarrollada a lo largo de todo el ensayo.
LA FRONTERA INFRANQUEABLE DE LA SEDUCCIÓN
“Hola…bonitas piernas, ¿A qué hora abren?”, “¡Estas bien buena, mamita!”, “Adiós, suegra”(a una mujer joven que va con su madre). O siendo menos explícitos, una multitud de hombres que miran con sevicia a una mujer que pasa tranquilamente por la acera de al frente, un jefe que le pregunta a una aspirante sobre los planes que tiene para la noche en medio de una entrevista de trabajo, una mujer que insiste incesantemente en concretar un encuentro con un hombre casado que ya ha expresado no estar interesado. Todas estas situaciones están categorizadas como coqueteo, galantería o parte de los “gajes” del enamoramiento por unos, y como acoso sexual por otros. Hay una confusión generalizada respecto a este tema, pues incluso en muchas ocasiones las personas que son acosadas tampoco son conscientes de ello y otros afirman que esta problemática no es real. Sin embargo, es necesario evidenciar que el acoso sexual existe, así como también el límite claro que marca la diferencia entre una situación de acoso sexual y una situación de seducción o flirteo.
Este ensayo pretende sensibilizar a la población en general, en especial a los hombres, quienes, según las estadísticas, son los mayores provocadores de acoso sexual, sobre el hecho de que el acoso sexual es un problema real que tiene repercusiones sociales graves. Además, contribuir a un cambio de mentalidad para que las mujeres dejen de ser vistas, y se vean a sí mismas, como objetos sexuales al servicio del placer masculino.
Para empezar, se analizarán algunas cifras producidas por el Ministerio de Salud y Protección Social (2017). Según esta entidad estatal, en el año 2016 se registraron 91.445 casos de violencia física, psicológica o sexual contra niñas y mujeres en el país. Para octubre de 2017 la situación no fue más alentadora, pues para esa fecha ya se habían presentado más de 70.000 casos de violencia de género, de todos estos, el 78,6% fueron en contra de mujeres.
Para nadie es un secreto que la mayoría de actos de violencia de género, entre los cuales figura el acoso sexual, son protagonizados por hombres en contra de las mujeres. Por otro lado, el acoso sexual apenas se vino a configurar como delito en Colombia en el año 2008 (Ley N° 1257, 2008), lo que explica un poco su desconocimiento. Según la fiscalía, en lo que va corrido del año se han presentado más de 11.000 denunciadas de acoso sexual (Caracol Radio, 2018). Ahora bien, es importante decir que las cifras pueden llegar a ser muchísimo mayores si se tiene en cuenta que solo menos del 10% de las mujeres que padecen este delito lo denuncian y se someten a un proceso legal (Ministerio de Trabajo, 2014) que puede ser desgastante y humillante para ellas. En definitiva el acoso sexual es un problema real que afecta a gran parte de nuestra sociedad, en especial a la población femenina.
A pesar de esto, es evidente que la mayoría de la población desconoce este delito y, lo que es más grave aún, no reconoce el límite entre seducción y acoso sexual. De hecho existen personas que afirman que el acoso sexual no existe, y que toda propuesta, insinuación, mirada, o toqueteo hace parte del juego de la seducción, que es algo natural y por lo tanto tolerable. En este año, los medios masivos de comunicación dieron lugar al gran debate internacional que se generó a partir de las denuncias de algunas actrices de Hollywood sobre hechos de acoso sexual sufridos por parte del famoso productor de cine Harvey Weinstein. Ante esta denuncia, muchas mujeres empezaron a visibilizar las dolorosas experiencias de acoso sufridas por ellas, en una campaña internacional que se llamó “Me too” y que se difundió por las redes sociales. La polémica generada en torno a la campaña “Yo también” trajo consigo diversas reacciones en varias partes del mundo. En Colombia, el columnista de Revista Semana Antonio Caballero, dedicó dos columnas en este medio, a hacer una fuerte crítica a la “ola” de denuncias y en defensa de ciertos gestos que para él no son acoso ni abuso sexual. Dicha opinión, despertó muchas reacciones en contra del escritor, pues era clara su posición laxa frente al asunto del acoso y la normalización, desde su posición, de acciones, gestos y palabras que en realidad sí son acoso e intimidación.
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