LIDERAZGO Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA DE LA MUJER.
Enviado por mkmaroon • 30 de Mayo de 2016 • Ensayo • 1.564 Palabras (7 Páginas) • 368 Visitas
LIDERAZGO Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA DE LA MUJER
La historia ha colocado a la mujer en un papel cada vez más equitativo frente al hombre, este ha sido el resultado de un gran esfuerzo por parte de la lideresas que se han empoderado de una concepción ideológica que les ha permitido traspasar la barrera de la discriminación y postularse a cargos de orden político a nivel mundial.
El proceso de liderazgo que ha estado en cabeza del hombre, desplaza a la mujer de manera natural pues la misma sociedad sus estereotipos y estilos de vida no le permiten tener esa connotación. A partir del génesis en el antiguo testamento de manera directa se le da el seudónimo de pecadora al género femenino y a partir de ese momento empieza el proceso de discriminación del que ha sido víctima hasta la actualidad.
Al momento de hablar de liderazgo no podemos satanizar el papel dominante del hombre como si este utilizara esa cualidad de manera dolosa afectando los intereses de del género femenino que si bien es cierto ha tenido poca intervención en materia política, no ha sido precisamente por una posición dominante del género masculino sino por los estereotipos, historias, creencias y atribuciones que le ha dado a la mujer en todas las esferas de la sociedad. Además este es determinable desde el punto de vista de organización de este género, es así como Fiedler (1961) citado por Kreitner y Kinicki (1997), “considera el liderazgo como un hecho subjetivo que estructura el poder de un grupo. Esta unidad estructurada se realiza por medio de una constelación de relaciones entre el líder y los restantes miembros del grupo. Este líder debe tener como características principales la satisfacción de necesidades de su grupo, la seguridad y la tendencia a la unidad”[1].
Así mismo el liderazgo es la manera de mover personas y esto es únicamente una parte de las tareas del directivo (Ginebra, 1997).[2]
Sobre el mismo particular, Kast (1973) citado par Sobral (1998), afirma que el liderazgo es el proceso por el que un individuo ejerce consistentemente más influencia que otros en la ejecuci6n de las funciones del grupo[3].
Bajo estas tres concepciones de liderazgo se evidencia que en ningún momento se define el liderazgo como una actividad donde el hombre tiene un papel dominante sino que es definido como un proceso en donde un individuo por sus capacidades tiene la virtud de dirigir un grupo.
Es decir que sin dejar de lado que la mujer ha sido aislada de la esfera del liderazgo, más bien esto ha sido en gran parte por el roll de la mujer dentro de los distintos ámbitos de la vida. Por ejemplo ¿porque tener como líder a un ama de casa? O qué razón tendríamos para que la representación de un grupo que está luchando contra los interés de una clase dominante sea la que religiosa y anatómicamente tiene como objetivo la reproducción y conservación de la especie. Empero las ideas que expresan los autores citados solo son utilizadas para establecer desde el punto de vista teórico el hecho de que el liderazgo no ha sido una situación en donde el sexo masculino aísla al sexo femenino por las ejemplos ya dichos, no contrapongo una actitud machista, sino que el carácter de liderazgo que pueda llegar a tener cualquier persona es lo que verdaderamente lo hace ser protagonista dentro del cualquier grupo, organización o sociedad a la que representa.
Es así como la concepción del término liderazgo que a través de la historia ha estado en mayor proporción en el hombre por supuesto por su roll dentro de la sociedad, quizá esa es la razón principal para que esto le restara protagonismo a la mujer porque hasta ella misma entendía que ese no era su papel en la sociedad, en síntesis si ese empoderamiento que se observa actualmente en el sexo débil se hubiera manifestado desde un principio en el que era discriminada de todas las formas posibles estuviéramos sin duda alguna frente al mayor liderazgo social de la humanidad.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y POLITICA EN AMERICA LATINA
América Latina es testigo de un giro visible hacia lo que se percibe como la “feminización de la política”. En la última década, la participación de la mujer aumentó, en promedio, de 9% a 14% en el poder ejecutivo (en posiciones ministeriales), de 5% a 13% en el senado y de 8% a 15% en la cámara baja o en parlamentos unicamerales. Sin embargo, este nuevo período democrático ha coexistido con una pérdida de la credibilidad y del poder de los partidos políticos tradicionales. Los movimientos sociales de base y otros movimientos ciudadanos, inclusive los de la mujer y de los pueblos indígenas, en parte han llenado el vacío de liderazgo político que dejaron los partidos tradicionales. Esta ola democrática ha cortejado a los votantes mujeres y les ha permitido expresar y desempeñar sus propias preferencias políticas (no las de sus maridos). Las mujeres han florecido en este nuevo escenario democrático como votantes con poder de decisión, como líderes políticas y como organizadoras políticas de movimientos de base.[4]
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