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LOS DISPOSITIVOS DE INCITACIÓN DEL MERCADO LIBERAN AL SUJETO PERVERSO


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2016  •  Ensayo  •  2.872 Palabras (12 Páginas)  •  242 Visitas

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LOS DISPOSITIVOS DE INCITACIÓN DEL MERCADO LIBERAN AL SUJETO PERVERSO

 

DANY-ROBERT DUFOUR:

“LOS DISPOSITIVOS DE INCITACIÓN DEL MERCADO LIBERAN AL SUJETO PERVERSO”

Entrevista realizada por Pablo Gaytán Santiago

 

Invitado por la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Querétaro y los Departamentos de Relaciones Sociales y Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, el pensador francés Dany-Robert Dufour impartió en mayo de este año los seminarios Capitalismo y Goce y El liberalismo como liberación de las pasiones y las pulsiones; un estado de violencia generalizado, que reunió a psicoanalistas, sociólogos, filósofos, politólogos y estudiantes de esas disciplinas. En ambos seminarios, el heredero del paradigmático grupo francés Socialismo o Barbarie (Castoriadis, Lefort, Laplanche, Lyotard), dictó su teoría sobre el sujeto posmoderno y las mutaciones antropológicas provocadas por el ultraliberalismo. A lo largo de su exposición explicó sus categorías provenientes de las filosofías del lenguaje y la política, el psicoanálisis lacaniano y la sociología crítica de clara influencia franckfurtiana.

Como toda invitación, la que le hicimos al maestro Dufour tiene un origen. En marzo de 2008, mientras la guerra mediático-militar y su estela de cabezas rodantes, cuerpos descuartizados, “levantones” sin reflectores y desapariciones forzadas ocupaban las secciones de nota roja de los medios de comunicación, encontré en una conocida librería un título que llamó mi atención El arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total de Dany-Robert Dufour, un autor, entonces desconocido para mí. Leí ávidamente el texto en el cual encontré referencias a filósofos de la talla de Gilles Deleuze y Jean-François Lyotard, así como otra manera compleja de plantear las conductas del sujeto en el contexto del neoliberalismo. El suicidio, la anorexia, la bulimia, la depresión y la ansiedad, entre otros fenómenos de nuestro tiempo, fueron configuradas por Dufour en una nueva cartografía y particularmente sus tesis sobre la renuncia generacional del maestro en las escuelas y el declive de la lectura entre los estudiantes, sugerían formas perversas del comportamiento sobre el terreno de lo social y particularmente en las escuelas. Más tarde, en una velada político-cultural en la ciudad de Querétaro con la psicóloga Rosa Adriana Segura de la UAQ y discípula de Dany-Robert Dufour, comentó sobre la posibilidad de traer al autor de La ciudad perversa. Así pues, se conjuntaron esfuerzos institucionales y en ambas universidades se preparó el escenario para reflexionar sobre de la violencia social y de las narco-pandillas desatadas por el descongelamiento de los antiguos controles del narcontráfico.

Esta revolución-involutiva en pleno bicentenario, sorprendió a todos aquellos que, gobernados por el imaginario revolucionario, esperaban que el México profundo, que ese pueblo oprimido saliera arrebatar un gajo a la patria, ¡nada! Al contrario, la revolución era otra; lo que apareció fue una revolución encabezada por cientos de pandillas y un gobierno desmembrado. Una nueva forma de sujeción aparecía; el sujeto nihilista, violento, inmediatista, atrapado en el goce capitalista tomaba las plazas de algunas ciudades, generalizando violencia.

La pertinencia del seminario de Dufour estaba dada, lo invitamos a exponer sus ideas sobre cómo en la actualidad el capitalismo produce industrialmente la movilización del sujeto a partir del aceite de las pasiones y emociones. Tal vez, con un poco de ingenuidad, los organizadores de los seminarios pensamos que su propuesta teórica se prestaría a la conversación fraternal para repensar con mucha prudencia nuestra situación local y global a la vez. En este contexto demos la bienvenida a este filósofo de la posmodernidad, quien nos invita a pensar al sujeto, el Estado, las relaciones de poder y al ultraliberalismo desde la perspectiva del declive del sujeto crítico kantiano y neurótico freudiano.

Cabe agregar que Dany-Robert Dufour es filósofo y profesor en ciencias de la educación y estética en la Universidad de París VIII. Es director del Programa del Colegio Internacional de Filosofía. Entre sus obras se encuentran Le Bégaiement des maîtres. Lacan, Benveniste, Lévi Strauss (París, François Bourin, 1988), Les Mystères de la Trinité (París, Galimard, 1990), Lettres sur la nature humaine à l'usage des survivants (París, Calmann-Lévy, 1999), Le Divin Marché –la rèvolution culturelle libérale (París, Denoël, 2007) y La cité perverse (París, 2009). El lector puede encontrar en español Locura y democracia. Ensayo sobre la forma unaria (México, FCE, 2002), El arte de reducir cabezas. Sobre la servidumbre del hombre liberado en la era del capitalismo total (Buenos Aires, Paidós, 2007), y Lacan y el espejo sofiánico de Bhoeme (México, FUNDA-UAQ, 2005).

 

—¿Hacia dónde apuntan tus reflexiones más recientes sobre la posmodernidad?

 

—Desde hace 10 años he reflexionado con otros colegas de Paris VIII sobre la genealogía del concepto posmodernidad heredado de mi maestro Jean-François Lyotard, quien introdujo este término en la filosofía en 1979. Sin embargo, el término existía antes en otros campos, sobre todo en el campo de las artes. La posmodernidad designa algo muy preciso, es la entrada a una nueva época marcada por la caída de los grandes metarelatos teológicos y políticos. En la época clásica, las civilizaciones se encontraban dentro de un gran relato monoteísta, aquel que llegó de Jerusalén; posteriormente, el relato del logos (discurso demostrativo) de Atenas fue adoptado por los romanos. Estas son las fuentes de los grandes relatos fundadores de la civilización occidental. Uno de los aspectos que más me interesan actualmente de la posmodernidad es el fin de la separación entre mundo moral y mundo perverso. Pongo un ejemplo: Jorion, un antropólogo amigo mío, después de una acuciosa investigación en el mundo de las finanzas en Estados Unidos, llego a la conclusión de que está gobernado por la tribu posmoderna de los ejecutivos financieros. En su artículo “Cómo se vuelve uno el antropólogo de la crisis”, concluye que el verdadero criterio de pertenencia se reduce a la tolerancia del fraude, una inmoralidad reivindicada en el interior del grupo. Estos son los canallas según Sade, ya que son los que están dispuestos a todo, sin importar los límites para satisfacer sus codicias, mentir, hacer trampas, matar. Es este el hombre de negocios posmoderno. Por su parte, en el mercado emergen grupos ego-gregarios, que hacen que los diferentes egos se empeñen en atrapar los distintos objetos que el marketing propone: un personaje, videojuego, moda, actividad, etcétera. En la posmodernidad surge una infinidad de pequeños relatos estructurados por la publicidad que ordena gozar.

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