La acción para Bourdieu y Habermas

Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo hacer un breve acercamiento a los valiosos aportes a la teoría sociológica contemporánea de la mano de Pierre Bourdieu (Denguin, 1930) y Jürgen Habermas (Dusserdolf, 1929). Apoyándome en algunos de sus textos de sus imponentes producciones, obtendré las herramientas para adentrarme en la propuesta de imprimen para el análisis y comprensión de la materia de la ciencia social.

Bourdieu y Habermas tratan los conflictos que atañen a la ciencia social moderna, en su particularidad: las cuestiones de la preocupación sobre el lenguaje y la comunicación, el problema de la tecnificación en el proceso de modernización y el conflicto de la temporalidad como una dimensión constitutiva del sujeto, y la dinámica de los espacios sociales en su conjunto.

En este sentido, y para ahondar en el propósito de esta reseña, recorreré los lineamientos de las teorías de Bourdieu y Habermas, considerando como eje conceptual la acción, la cual ha de tener una suma importancia en la teoría sociológica en general, por ser la potencia constructora y desarrolladora de los movimientos sociales.

La acción para Bourdieu

Bourdieu propone una teoría práctica en la cual se debe poder vincular la teoría e investigación como un marco para construir, ser utilizada como una “caja de herramientas” y no una teoría en abstracto, como una universalidad única. El sentido de la teoría de la práctica es comprender el campo de la relación social, por lo que para ello resulta menester al autor desarrollar una teoría de la acción.

Dentro de la teoría sociológica existe una dicotomía de posiciones: el subjetivismo/objetivismo. Bourdieu intenta romper con estas ideas que denotaron en un primer momento cierta mutua exclusión, imprimiendo que en tanto no se debe tratar la materia social ni como una realidad ya constituía por fuera del individuo sin recaer en una incapacidad de dar cuenta la necesidad del mundo social (Bourdieu, 2008, 85). Para esto mismo, incorpora el concepto de habitus, y su incorporación tiene un sentido de racionalidad práctico. Por habitus se entiende un conjunto de esquemas de acción, percepción, apreciación del mundo, los cuales están socialmente estructurados y han sido producidos en condiciones sociales particulares.

Estas condiciones vinculadas a una clase particular tiene una “razón de ser” sistemas de disposiciones tanto que perduran y han de ser transferibles, en una lógica de estructurar, generar y organizar la práctica, (Bourdieu, 2008, 86) y es a partir del habitus que los sujetos orientan en un sentido práctico la acción. Todos los habitus generan prácticas distintivas de clase tanto en lo que se elige disponer y utilizar.

El habitus conforma una presencia activa de las experiencias pasadas, pero también engendra prácticas individuales y colectivas (razonables del “sentido común”) garantizando su reproducción en el tiempo, siempre y cuando se atañen a la lógica del campo determinado y a las condiciones sociales en las que este opera (Bourdieu, 2008; 90).

La acción para Habermas

Habermas, conforme a su tradición institucional de la Escuela de Frankfurt, intenta instaurar un nuevo paradigma: desarrollando su teoría entorno al paradigma lingüístico, el cual funciona como un mecanismo regulador de las acciones y como marco normativo de la teoría social. Impone el concepto de “acción comunicativa”, guiándose bajo los lineamientos de un entendimiento lingüístico entre sus participantes, con pretensiones de validez que comprimen características de saberes objetivos y simbólicos.

El lenguaje en la teoría de Habermas está vinculado a la acción y asociado a su empleo. Elige entonces cuatro tipos de acciones de los sujetos que se encuentran en la teoría sociológica: acción teleológica

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