La deforestación para el modelo sojero en Argentina en el siglo XXI
Enviado por Federico Esquivel • 7 de Mayo de 2018 • Ensayo • 2.269 Palabras (10 Páginas) • 140 Visitas
La deforestación para el modelo sojero en Argentina en el siglo XXI
Federico Martínez Esquivel; 2017.
Introducción
En las últimas décadas, el cultivo de la soja se ha intensificado y expandido hacia otras regiones del país. Así, fue consolidado un modelo agropecuario, sin agricultores, sobre la base de un paquete tecnológico. Además, se estima que actualmente, el 73% de la superficie cultivada con soja en la argentina está bajo el sistema de siembra directa.
El avance de los cultivos de soja en distintas provincias de Argentina significó diversas consecuencias para las zonas nativas. Mientras la soja avanza en casi todas las provincias donde se es cultivada, las cabezas de ganado disminuyen y los demás cultivos que eran la principal producción en distintas regiones del país se convierten cada vez más en pequeñas parcelas. La diversidad de producciones de algodón, lentejas, caña de azúcar, carne vacuna, leche, arroz, que abastecían al país, se redujeron notablemente frente a la exportación masiva de soja, generando un desabastecimiento y aumento de la canasta básica familiar en el país.
La exposición a los nuevos paquetes tecnológicos para el tratamiento y cultivación de una soja transgénica en las dos últimas décadas trajo severas consecuencias tales como los herbicidas, insecticidas, plaguicidas y fertilizantes que generan un proceso de degradación doble del suelo, al desmontar por arriba y exponer a las fuerzas del riguroso clima chaqueño (altas temperaturas, escasa humedad y erosión eólica) y degradar por debajo una frágil estructura de un suelo (que igualmente es productivo) deber ser manejado con prácticas de agroforestería, donde el bosque y no la agricultura, sea su vocación primera. Al seleccionar los cultivos cuidadosamente esto requiere un cuidado y una constante intervención humana.
Las plagas que son tratadas con agroquímicos son erradicadas temporalmente ya que se vuelven más resistentes y tolerantes a los agroquímicos por lo que suponen un problema mayor en el futuro. Las plantaciones tratadas con productos químicos para mejorar su rendimiento son un riesgo para los seres humanos ya que contienen sustancias nocivas para el hombre, algunos pueden generar males menores además de cáncer, ceguera e incluso la muerte por intoxicación aguda. El debilitamiento de los suelos por sobreexplotación., tala indiscriminada de bosques autóctonos.
Retrocediendo en el tiempo en Argentina, a partir de mediados del siglo XIX se va a llevar a cabo el concepto de “modelo agroexportador”. En general es debido a la consolidación de un sistema económico basado tanto en la producción de materias primas agrícolas como en la exportación de las mismas a los países de economías manufactureras (principalmente europeos). El modelo agroexportador fue la consecuencia directa dela entrada casi ilimitada de inversiones y capitales extranjeros que permitieron que Argentina reactive la economía en gran parte de su territorio. Además, el modelo agroexportador coincide con el establecimiento del Estado Nacional argentino.
Pero hablar de deforestación en el país en el momento del modelo agroexportador es algo exagerado, ya que Argentina comenzaba a introducirse al mercado mundial, y habían muchos territorios por explotar que no habían sido explorados, ni tampoco los recursos tecnológicos ayudaban a que esto ocurriera ya que cada región del país iba a especializarse en diversos recursos y producción. En el sector agropecuario el modelo se basó en producción para exportación lo cual fue el elemento dinámico de desarrollo económico en el período. A su vez se distinguían dos zonas productivas: la zona pampeana (o también conocida como la pampa húmeda) cuya producción se destinaba mayormente al exterior, y la zona extra-pampeana, cuya producción, por el contrario, se destinaba al mercado local.
Ya para las primeras décadas del siglo XX la zona extra-pampeana comenzaría a producir insumos industriales como el algodón en Chaco, la yerba mate en Misiones, frutas en Rio Negro, etc.
Pero contextualizándonos a partir de 1976, ya con el modelo de producción en base a la soja, comienza una gran expansión de ésta en el país, y es aquí donde podemos empezar a ver la deforestación de bosques naturales, si bien en menor medida, ya que en los años ´90 el número de kilómetros cuadrados de deforestación aumentará.
Pero para el siglo XXI, podemos afirmar que la deforestación crece a causa de que también crece la expansión del monocultivo de la soja de un modo drástico, y es la causante de grandes cambios climáticos, destrucción de la flora y fauna, causadora de inundaciones como veremos en lo que sigue de la investigación.
La deforestación en las provincias y el monocultivo
La expansión de la soja en la Argentina no constituye un proceso neutral desde el punto de vista ambiental; por el contrario, sus implicancias e impactos negativos son muy perceptibles. La mercantilización de la naturaleza y la degradación del hábitat se expresan con crudeza, por ejemplo, en la deforestación de los bosques nativos. Si la floresta autóctona cubría 37.353.308 hectáreas en 1937, en 1987 dicha superficie había retrocedido a 35.180.000 has, y en 2002, a 30.073.385 has (ARGENTINA, 2007a). Así pues, debió transcurrir medio siglo para que el territorio nacional perdiera el 5,8% de sus bosques nativos, pero bastaron sólo quince años para que fuera despojado del 14,5%. Si se considera como marco de análisis el período 1998-2014, los datos son tan disertas como alarmantes, casi 5 millones de hectáreas de bosques nativos fueron taladas en apenas 16 años -940.345 has (1998-2002), 1.193.206 has (2002-2006), 720.290 has (2006-2007), 1.160.984 has (2007-2011), 757.425 has (2011-2013), y 188.799 (2013-2014)- (ARGENTINA, 2007a; 2012; 2013; 2014; 2015b). Sin embargo, el retroceso de la floresta autóctona en el país ha sido aún mayor, debido a que esas estadísticas sólo consideran la superficie desmontada, no incluyendo la pérdida adicional de masa boscosa debido a la fragmentación y degradación de ecosistemas que la tala ocasiona (ARGENTINA, 2007a).
En el siguiente cuadro podremos observar los datos acorde a la superficie desmontada en cada sub-periodo, desagregados por provincias seleccionadas, todas ellas ligadas en mayor o menor medida al modelo sojero. El 95,8 % (4.754.747 hectáreas) de la superficie deforestada entre el 2000 y el 2014 correspondió a provincias que, o bien pertenecen a la zona-núcleo sojera (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos), o bien forman parte de las áreas marginales conquistadas por el modelo del monocultivo sojero. Solo 5 provincias (Santiago del Estero, Salta, Chaco, Formosa y Córdoba) concentran el 85,2% del área desmontada en todo el país, justamente aquellas reconocidas como epicentro del agresivo avance de la soja en el norte argentino; en idéntico lapso, las tierras ganadas por ese monocultivo en Chaco, Formosa y Santiago del Estero representaron el 35,6%, el 42,2% y el 63,7% del área desmontada, respectivamente (GÓMEZ LENDE Y VELÁZQUEZ, 2013). La relación entre la fiebre sojera y el agravamiento de la pérdida de bosques nativos es evidente.
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