La democracia mas allá del voto

La democracia más allá del voto.

                                                                                                                           Canela Arias Raffo

                                                                                                                        canelaarias@gmail.com 

El voto es la expresión más emblemática de la ciudadanía ya que alude a un estatus de igualdad. En los países latinoamericanos, tomando a Argentina como punto de referencia, existen leyes que dictan que el ejercicio del sufragio no es solo un derecho, sino una obligación de todos los individuos políticamente activos.

Debemos considerar que Argentina carece de una tradición democrática fuerte, podemos decir que goza de una auténtica democracia hace 36 años, el poco tiempo de la misma fue a causa de la debilidad de sus instituciones y sobre todo por los gobiernos dirigidos por las Fuerzas Armadas tomando el poder sin ningún tipo de derecho.

Desde el punto de vista fundamentalista, la democracia es considerada hoy día como la forma más perfecta de gobierno. Aristóteles deja muy claro que las formas correctas son siempre en torno al bien común, y degeneran cuando sólo salvaguardan los intereses de una parte de la sociedad política. Por eso Aristóteles afirma que un régimen, pese a corromperse y degenerar, puede seguir manteniéndose en el tiempo. Además, podemos tener en cuenta el pensamiento político de Baruch Spinoza (filósofo holandés) el cual planteaba que cada individuo cede su derecho y su poder a un derecho y un poder soberano, que atañe a todos, ya que está claro que si el poder político fuera más débil que el poder individual, el Estado tendría en su nacimiento su certificado de defunción.

En el año 2012 se sancionó la Ley 26.774 donde se extendió el derecho a votar en elecciones nacionales por jóvenes de entre 16 a 18 años, si bien para este segmento el voto también es obligatorio, en caso de que se abstengan, no serán considerados infractores.

Hablar del voto a los 16 años como una cuestión estrictamente individual es enfocar el tema de una manera errónea. La mejor manera de abordar la temática es de lo colectivo; es decir, las transformaciones y las adaptaciones de la sociedad hoy en día van muchas veces por delante a una legislación.

Los opositores a esta ley apuntan hacia la inmadurez de los jóvenes a la hora de poder crear o poseer un pensamiento crítico para elegir a sus representantes. Cabe aclarar que el universo de jóvenes en todo el país entre los 16 y los 18 años es de un millón y medio, de los cuales, seguramente, no votarán todos, y muchos menos su primera vez y aún hay que tener en cuenta que no todos votarán al mismo candidato.

Los candidatos frente a esta nueva posibilidad de atraer votantes, se enfocan fuertemente en los medios de comunicación para hacer política, ya que los jóvenes son mucho más propensos a ser atraídos por medio del fanatismo debido a que poseen mayor tendencia a dejar endulzarse con palabras o propuestas “bonitas”.

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