La distribución funcional del poder (1): ejecutivos y administraciones

Escribano: Mahmud  H        Revisór: Cristina        Portavoz:

PRÁCTICA 8: La distribución funcional del poder (1): ejecutivos y administraciones

Valore la concentración del poder en el ejecutivo a raíz de la crisis originada por el COVID-19.

Dada la situación excepcional producida a lo largo del año 2020 por la amenaza a la salud pública que impuso la presencia y aumento de los contagios del COVID-19, se tomaron a nivel global ciertas decisiones y políticas que pudieran hacer posible una rápida gestión sanitaria por parte de los gobiernos, reduciendo los niveles burocráticos para un mayor dinamismo en la toma puntual de decisiones, dada la severa exigencia social para la toma de decisiones producida por el COVID-19.

Nuestro grupo contempla el fenómeno en cuestión en la extensión regional española, donde bajo la presencia y poder de Pedro Sanchez como presidente del gobierno , se llevó a cabo esta concentración de poder, con el pretexto ya mencionado con anterioridad, la crisis sanitaria eventualmente producida.

Esta estructura y modelo de actuación se ha podido ver repetido con un alto grado de similitudes en la gran  mayoría de países, a pesar de su heterogeneidad política o social.

Dada la presencia de organismos de intervención internacional como la OMS que procedió al planteamiento de indicaciones y un modus operandi, ante el desconocimiento generalizado en el que nos vimos envueltos.

La disparidad de opiniones al respecto ha generado gran repercusión mediática, tras haberse declarado como ilegal el estado de alarma, el cual fue prorrogado en repetidas ocasiones, llevándolo a la crítica y el descontento generalizado, ante la privación de libertades, presión social y opresión dados a lo largo de este periodo de desconocimiento total.

En España, a lo largo del año pandémico, 2020, se dictaron 39 real decretos por el gobierno, generándose un sistema de declive en el poder legislativo y por lo tanto la inestabilidad de la estructura democrática, a pesar del planteamiento constitucional de la dictaminación de reales decretos como totalmente extraordinarios.

A lo largo del periodo de la pandemia, el gobierno del PSOE ha albergado la mayor concentración del poder ejecutivo desde el comienzo de la democracia en España, en un contexto de presión mediática ante cualquier decisión gubernamental y en un marco social que buscaba la perpetuidad de su seguridad en renuncia de su libertad.

Planteando de este modo un conflicto social y una posible coyuntura en el marco democrático actual, donde se ha podido ver con claridad cómo la libertad que nos asegura la democracia no es tan estática y perpetua como podíamos creer.

A su vez tenemos que tener claro la necesidad de un poder ejecutivo en situaciones de crisis, de cualquier carácter, y dado al general requerimiento de dicha concentración y de poder en casos de crisis bélicas, y no tan frecuentemente ante crisis sanitarias, sumado a un total desconocimiento respecto al virus y por lo tanto una inmensa limitación en el marco de actuación gubernamental.

Del mismo modo es importante resaltar la funcionalidad de el poder ejecutivo en la intervención en organismos internacionales, en el caso en cuestión en la Organización Mundial de la Salud, que fue el principal organismo de intervención internacional en el planteamiento de directrices para la gestión de la pandemia.

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