La evolución del emprendimiento

La evolución del emprendimiento

La palabra emprendimiento viene del término “entreprenuer” que en francés significa pionero. A través de la historia se ha declarado como un proceso evolutivo en donde influyen los factores sociales, económicos y culturales. Y se ha tomado como un término flexible con el pasar el tiempo, permitiendo cambios al añadir herramientas para la creación de nuevas ideas más innovadoras y creativas para el desarrollo humano.

 Desde siglo XVII y XVIII el emprendimiento ha ido de la mano con la economía. Verin (1982) calificaba al emprendedor como el arquitecto y el maestro de obra, ya que sus proyectos de construcción era concepto de empresa que se establecía como actividad económica.

El mayor representante de la economía en el siglo XVIII fue Richard Cantillón que introdujo el concepto de entreprenuer como el individuo que asume riesgos en condiciones de incertidumbre. Esto conllevo a dividir a los productores de economía como “contratados” quienes reciben salarios y “emprendedores” los cuales reciben ganancias variables e inciertas (Cantillón).

Por otra parte, apareció el concepto de emprendedor, en dicha época estaba el “guerrero arriesgado” que emprendía una hazaña y el “jede de estado” que planeaba estrategias para llegar a sus metas. Desde ahí comenzaron los Fisiócratas a moldear el concepto de emprendedor. Hoselitz (1960) Jean Baptiste Say (1767-1832) estaban de acuerdo con que el empresario era un catalizador del desarrollo de productos, en otras palabras como “trabajador superior”. A la vez, Adam Smith (1723 – 1790) de la escuela inglesa, manifestó que el trabajador superior necesita de la “innovación” debido a que es un sello de actividad profesional. Sin embargo la escuela alemana refutaba que el único objetivo del emprendedor era “maximizar los beneficios”, ya que con solo el emprendimiento y la innovación no era un método de crecimiento dinámico (Herbert &Link, 1988).

La teoría clásica al no llegar a un consenso generalizado, llegaron a la conclusión que el empresario asume el riesgo (Cantillón, Baudeau, Thunen, Bentham); funcionaba como trabajador superior (Say y Smith); unos fisiócratas lo relacionaron como hombre inteligente (Cantillon, Quesnay, Baudeu y Turgot); y otros lo tomaron como el innovador (Smith, Bentham y Mangoldt). Finalmente se distinguieron dos características: 1) El emprendedor es tomar de riesgo y persona demasiado inteligente y 2) El emprendedor que toma decisiones con riego innovador y trabajador innovador que hace la diferencia.

Basándose en lo anterior, se ha observado que existen varias tendencias y modelos de emprendimiento, por ello se realizaron unos estudios sobre su complejidad y variedad, llegando a identificar 4 perspectivas de pensamiento:

1) La perspectiva comportamental, basada en identificar el perfil psicológico que diferencia al emprendedor exitoso.

2) La perspectiva cognitiva, relacionada  con los esquemas que desarrolla el individuo con su comportamiento, es cognitiva por los conocimientos que se genera. De esta perspectiva salen dos corrientes: a. La definición de emprendimiento como “eso que es el emprendedor”, como el análisis del lugar de control, de la aversión al riego o los deseos de independencia; y b. La definición de emprendimiento de “por eso que hace el emprendedor” donde se analizan las representaciones de los fracasos o éxitos, los resultados deseados, la perseverancia u la toma de decisiones (Cooper et al., 1995).

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