La legalidad en época de las redes sociales.

La legalidad en época de las redes sociales

Artículo para Kiosco

Por: Raúl Blackaller Velázquez

        Jaime Muñoz, narrador lagunero escribió en su Facebook: “La Constitución en México sirve nomás para decir que tenemos una constitución. Por allí empieza la falacia en la que se asienta este país”.

        En derecho hay un principio de legalidad: “La autoridad solamente puede hacer lo que la ley le faculta, el individuo puede hacer todo lo que la ley no prohíba”.

        Históricamente los países o naciones con mayores nociones de legalidad han pasado por periodos de absolutismo o despotismo. Donde la obediencia a una persona que se asume como el estado (L'État, c'est moi) es parte de la formación de la cultura ciudadana, obviamente estamos hablando de una sistematización de la violación de los derechos humanos que no es deseable pero que provoca que esa ciudadanía responda a la opresión por medio de la lucha para asimilar el concepto moderno de estado, donde la ley es una figura que evita los absolutismos y despotismos. Pero eso en otros países.

        En México se dio un proceso distinto. Nuestra independencia no fue un cambio que haya dado para evitar los abusos del poder, sino para sostener una institucionalización que ya existía, por eso he dicho hasta el cansancio: en México cambian las cosas para seguir igual. Las revueltas en México han sido para perpetuar el poder de las mismas élites. En el caso de la independencia, de los criollos. Durante la revolución, de los militares. Durante la guerra cristera, de la iglesia. Las leyes en México se han creado para perpetuar las relaciones de poder y la democracia ha sido diseñada también para eso. Pero México no es un país que se alce en armas ante los abusos del poder porque hay un equilibrio entre los que no obedecen la ley y los que intentan obedecerla. Al final existe un desahogo social porque todos encuentran la manera de desobedecer la ley en igual forma.

        Nunca ha habido un periodo de absolutismo en la historia del país. Aunque Porfirio Díaz acuñó la fatídica frase: “mátenlos en caliente”, nunca se dio en forma tan consistente para que el pueblo asimilara la personalidad del dictador. De todos modos los caudillos hicieron lo que quisieron. Hasta desbaratarse entre ellos.

        ¿Cómo, bajo el peso de nuestra historia, consolidar un país de legalidad?

        Ha causado una gran polémica el City Manager de la delegación Miguel Hidalgo –cuya delegada es Xóchitl Gálvez de extracción panista–, el ahora famoso Arne Aus den Ruthen, quien a través de las redes sociales denuncia, pero sobre denuesta los abusos de las mismas autoridades y de los ciudadanos. Sostengo que en la medida en que los ciudadanos pueden no obedecer la ley, también las autoridades lo harán, es como un punto homeostático de corrupción culpable compartida.

        El ciudadano Arne monitorea las calles de la delegación, recibe denuncias a través de su twitter, va al lugar filmando todo a través de periscope –es una herramienta propiedad de Twitter para la transmisión de video–, en tiempo real los seguidores interactúan. Lo mismo logra que multen a los guaruras de cierto funcionario federal por estacionar sus coches en la banqueta que exhibe a una ciudadana tirando la basura en un lugar prohibido. Pero él mismo no representa ninguna autoridad, porque oficialmente el puesto de City Manager no existe, es un nombramiento verbal. Pero como ciudadano puede hacerlo porque no hay ninguna ley que se lo prohíba.

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