Los Valores Éticos y La Sociedad

LOS VALORES ÉTICOS Y LA SOCIEDAD

21 DE JULIO DE 2017

Para tratar este tema, debemos partir del hecho de que estamos vivos, lo que implica entre muchas otras cosas, saber cómo comportarse en el entorno donde vivimos.

Tomando esta idea como punto de partida, podríamos definir al “saber comportarse” como el CONJUNTO DE VALORES ÉTICOS y al “entorno donde vivimos” como SOCIEDAD, notándose que existe una relación ineludible entre estos.

Hablar sobre los valores éticos y la sociedad, siempre nos llevará a analizar nuestro comportamiento y las repercusiones que de él derivan, ya que el primero se desarrolla dentro del segundo y de ello depende si nuestra sociedad es próspera, confortable y acogedora o en su defecto, todo lo contrario.

La importancia que tiene este tema, se ve reflejada en el afán que han tenido innumerables autores para contribuir a su comprensión, los que han aportado vastas teorías y conocimientos; alguno de los cuales usaremos como referencia en el presente ensayo para tener una idea clara y con un buen respaldo, para que, en la posterioridad cotidiana y profesional, nos sirva como factor obligatorio a tener en cuenta, antes de actuar.

Dos principios fundamentales, unánimemente reconocidos y aceptados, son el respeto a la vida humana, que pertenece al orden de la objetividad y debe servir de finalidad a la actuación ética; y el principio de la autodeterminación de la persona, que remite al dominio de la subjetividad y es esencial en la ética. Estos dos grandes principios que cabe mencionar, son complementarios; no suprimen las reglas y normas sociales más concretas y específicas que a lo largo de la historia se han manifestado en diversas culturas, tales como: el precepto de no matar, la noción de medios proporcionados, el principio de totalidad, el acto de doble efecto, el consentimiento libre e informado, el amor a la naturaleza, etc.

En pocas palabras, podría resumirse a estos dos principios como el buen actuar y quien los practique, podría juzgarse como alguien cuyos valores éticos son buenos y por lo tanto, productivos para la sociedad y para un ambiente en donde ser feliz tiene menos barreras.

Lamentablemente, la naturaleza humana es infinitamente amplia y el buen actuar no es una necesidad de primer nivel, así que nuestro instinto de supervivencia, naturaleza competitiva y necesidades, nos tienen lo suficientemente ocupados como para impedir que lleguemos fácilmente a comprender a la ética y ponerla en práctica estando conscientes de ello, sobretodo en sociedades del tercer mundo como la nuestra, en donde ser éticos está muy vinculado al nivel de educación que tenemos disponible.

Esto ha conducido a que en nuestras sociedades se diseñen, establezcan e impongan normas diversas, que contribuyan a la armonía, dando como origen a los conceptos morales de lo que se puede y no se puede hacer y generalmente, las personas que tienen acceso al conocimiento de estas normas, son las personas que tienen acceso y posibilidad de educarse, de ahí nace el argumento del párrafo anterior.

Es por ello que se puede concluir que la educación es un excelente y asegurado camino hacia una sociedad ética, próspera y ordenada. Desde luego no es el único, pero al menos es uno de los caminos que como buenos ciudadanos, debemos exigir a nuestro gobierno se valore y de prioridad. Tenemos muchos ejemplos en el mundo de las posibilidades que brinda a una nación las buenas prácticas educativas.

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