Lucha contra la radicalización violenta.
Enviado por Gracia Silva Herrera • 23 de Noviembre de 2016 • Trabajo • 1.769 Palabras (8 Páginas) • 216 Visitas
ACTIVIDAD DE EVALUACIÓN CONTINUA (II)
APROXIMACIÓN AL PLAN ESTRATÉGICO NACIONAL DE LUCHA CONTRA LA RADICALIZACIÓN VIOLENTA
2º GRADO EN CRIMINOLOGÍA
POLÍTICAS DE SEGURIDAD PÚBLICA Y PRIVADA
(Prof. Laura Fernández de Mosteyrín)
GRACIA MARÍA SILVA HERRERA
INTRODUCCIÓN
El mundo está inmerso en un proceso de globalización que está afectando de manera contundente a la idea de Estado y, como consecuencia, dicho fenómeno está influyendo sobre el propio concepto de seguridad. De este modo, las fronteras entre seguridad interior y exterior se han difuminado provocando un proceso de universalización de las amenazas a la que un Estado debe hacer frente.
La seguridad como política pública se encuentra a día de hoy en un escenario que comprende una diversidad de niveles en los que actuar, incluyendo el ámbito global, nacional y local. Esta atmósfera creada en torno a la seguridad de un país conlleva la creación de estrategias más complejas y dinámicas con las que combatir dichas amenazas y las cuales deben ofrecer una diversidad de actores e instrumentos eficaces con los que hacerles frente.
A continuación, pasaremos a analizar una de las principales amenazas a la que el mundo en su totalidad se enfrenta en la actualidad, el terrorismo. Concretamente, analizaremos el plan que España ha diseñado para la prevención de la radicalización como parte de la política antiterrorista.
TERRORISMO Y RADICALIZACIÓN VIOLENTA
El 31 de mayo de 2013, el Consejo de Ministros aprobó la “Estrategia de Seguridad Nacional. Un proyecto compartido” (ESN), la cual actualizaba la versión del año 2011. En ambas se incluyó el terrorismo como una de las principales amenazas a combatir y, además, a partir de los atentados del 11-S/2001 en Nueva York, 11-M/2004 en Madrid y 07/2005 en Londres, entre otros, distintos gobiernos a escala mundial se han visto obligados a revisar y ampliar sus políticas antiterroristas. En las últimas décadas se ha observado como el terrorismo ha ido cobrando fuerza bajo metodologías cada vez más heterogéneas. Así, Elisenda Carbonell considera que en el desarrollo de las políticas antiterroristas en Europa, han influido principalmente tres fenómenos:
- La radicalización y el terrorismo de raíz yihadista.
- La radicalización de individuos nacidos y criados dentro de la UE.
- Fragmentación de las actividades terroristas y del extremismo violento.
Atendiendo a tales circunstancias, se ha estimado conveniente elaborar planes estratégicos concretos de contraradicalización dentro de las políticas antiterroristas. El objetivo es intentar prevenir el inicio de un proceso de radicalización de un individuo para evitar tanto futuros actos criminales como el incremento de organizaciones terroristas bajo ciertas ideologías.
Dentro de este enfoque preventivo se creó la Estrategia de la UE de Lucha contra el Terrorismo (2005), consistiendo una de sus previsiones en la Estrategia de la UE para la Lucha contra la Radicalización y la Captación de Terroristas y, de la que se han derivado otras en el contexto interno de diferentes Estados miembros. En el caso de España, el resultado final ha sido la elaboración en 2015 del Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta (PEN-LCRV).
El PEN-LCRV, siguiendo las pautas de la ESN (2013), articula la política del Estado con el objetivo de prevenir y evitar aquellos procesos de radicalización que pueden desembocar en un extremismo violento o terrorismo. De esta forma, la radicalización violenta como factor potenciador del terrorismo se convierte en una amenaza primordial para la seguridad nacional.
Ahora bien, cabe destacar cómo el concepto de radicalización ha estado sometido a una gran disparidad de definiciones por lo que unos planes estratégicos pueden diferir de otros en cuanto a sus protocolos y medidas de actuación.
PLAN ESTRATÉGICO NACIONAL DE LUCHA CONTRA LA RADICALIZACIÓN VIOLENTA (PEN-LCRV)
El PEN-LCRV tiene como objetivo principal “constituir un instrumento eficaz de detección temprana y neutralización de los brotes y focos de radicalismo violento, actuando sobre aquellas comunidades, colectivos o individuos en situación de riesgo o vulnerabilidad”. Ahora bien, aunque este plan esté orientado hacia todo tipo de radicalización violenta, no cabe duda de que la amenaza primordial procede del terrorismo yihadista.
El principal escenario de actuación del fenómeno de la radicalización es el municipio, aun así, el plan ha distinguido tres ámbitos de intervención, los cuales están interconectados: ámbito interno (nivel local y nacional), ámbito externo (nivel internacional) y ciberespacio (Internet). Además, se distinguen tres áreas de actuación, similares a las contenidas en la Estrategia Europea de Lucha contra el Terrorismo (prevención, protección, persecución y respuesta), definidas por: prevenir, vigilar y actuar.
El plan ha definido las acciones concretas que se llevarán a cabo en cada una de estas áreas y ha divido a los actores implicados en dichas acciones en tres grupos: la Administración como actor responsable y los colectivos en riesgo o vulnerables y el conjunto de la sociedad civil como actores cooperadores.
Concretamente el campo de actores que componen el campo de acción gubernamental es el siguiente: el Ministerio del Interior coordina el plan y éste es dirigido por el Grupo Nacional de Lucha Contra la Radicalización Violenta, el cual se compone por doce Ministerios, el CNI, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), la Fundación Pluralismo y Convivencia (FpyC) del Ministerio de Justicia. A su vez, el Grupo Nacional coordina Grupos Locales ubicados en los términos municipales del Estado y los cuales están formados por representantes de la policía local o autonómica en su caso, Ayuntamientos, Juzgados, centros escolares, asuntos sociales, entidades sociales y colectivos de riesgo.
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