McDonald's, Comida Basura Y Globalización
Enviado por JeamLeppard • 5 de Julio de 2013 • 2.088 Palabras (9 Páginas) • 553 Visitas
McDonald’s, comida basura y globalización
McDonald’s es, en cierto modo, uno de los estandartes de eso que hoy en día llamamos
globalización. Una gran multinacional, de capital estadounidense, portadora en todo el
mundo del American Way of Life. McDonald’s es una inmejorable muestra de todo aquello
que la fase actual del capitalismo supone para tod@s aquell@s que no se benefician
directamente de ella (y ciertamente quienes comen en los restaurantes de “comida rápida”
no pertenecen a ese grupo de privilegiados), y que se pueden resumir en la creciente
pérdida del control de las personas y los pueblos sobre sus vidas, que se subordina de
forma cada vez más acusada al beneficio privado.
Quienes, desde perspectivas y procedencias diversas, nos oponemos al “orden” capitalista,
debemos considerar como un aspecto fundamental de nuestra práctica social y política el
relacionar todas las manifestaciones de esta subordinación de la vida al beneficio privado (y
que pueden ir desde la precariedad laboral hasta los alimentos intoxicados) y ponerlas en
relación con su causa última (un sistema económico que tiene como fin precisamente la
consecución de dicho beneficio), acercando estas reflexiones a la ciudadanía, especialmente
a las clases populares (las vidas de cuyos miembros son sin duda las más subordinadas). He
aquí una labor central tanto teórica como práctica. Y siendo las multinacionales eje de
múltiples manifestaciones de la opresión, está lleno de sentido plantear batallas en su
contra, haciéndose eco de y apoyando a los movimientos de base que en otras partes del
mundo hacen lo mismo. Se trata de desvelar cómo el “orden” capitalista (orden para unos
pocos) se construye precisamente sobre el sufrimiento de la mayoría.
Se analizan a continuación algunos aspectos de la alimentación en el sistema capitalista,
especialmente por lo que respecta a la llamada “McDonalización del planeta”. Se comentan
también algunas cuestiones acerca del funcionamiento de la compañía. Obviamente, no se
trata de hacer un análisis riguroso o sistemático, sino sólo de ofrecer algunos argumentos (y
datos que los avalen) contra McDonald’s en particular y contra el capitalismo en general.
La alimentación puesta al servicio del beneficio privado
El imperialismo. Buena parte de la carne que se consume en el “Norte” o los países del
Centro se produce en el “Sur” o Periferia. Con el deterioro progresivo de los términos
netos de intercambio, estos países se ven obligados a producir más y más comida para
comprar tecnología y productos manufacturados a los países del Centro (principalmente a
EE UU, el mayor consumidor de hamburguesas). Es curioso que de los 40 países del mundo
más pobres, 36 exporten comida a EE UU, el más rico. En estos países, los cultivos
tradicionales (intensivos en trabajo y bastante integrados en el medio) han venido siendo
sustituidos por el monocultivo en beneficio de los países “desarrollados”. De este modo,
las mejores tierras, tradicionalmente destinadas a productos para el consumo interno (con
lo cual se lograba la autosuficiencia alimentaria) se destinan ahora a productos que serán
exportados al Centro —productos con escaso valor nutritivo: café, té, tabaco— o a cereales
para alimentar a un ganado que o se cría en las granjas del “Norte” o acabará en el “Norte”
igualmente, y que será la materia prima de las hamburguesas. A ello hay que añadir que
buena parte de la producción agrícola se destina exclusivamente a alimento para ganado (en
Estados Unidos, por ejemplo, la mitad de la producción cerealística tiene ese fin). Además,
para producir una caloría de carne, es necesario suministrarle al ganado diez calorías de
grano. De los 145 millones de toneladas de alimento para el ganado, sólo 21 millones de
toneladas de carne y otros productos se usan. La pérdida es de 124 millones de toneladas
por año, con un valor de veinte mil millones de dólares. Por otro lado, la cada vez más rápida deforestación del planeta —cada año se pierde una
superficie de selva similar al tamaño de Gran Bretaña— tiene como una de sus causas
principales conseguir pastos para el ganado.
Pérdida de biodiversidad. La búsqueda de especies, tanto vegetales como animales, más
“productivas”, está conduciendo a una gran pérdida de biodiversidad que puede tener
consecuencias nefastas en un futuro próximo. Así, un 95% de la alimentación humana se
obtiene de sólo treinta tipos de plantas, directamente o de manera indirecta a través de la
producción de carne, y tan sólo ocho de estos tipos de plantas constituyen el 75% de
nuestro abastecimiento. Algo similar ocurre también en el caso de la carne de vacuno: para
el mercado mundial se crían en todas partes las mismas razas —por regla general tan sólo
cuatro especies—; como resultado de ello, las tres cuartas partes de las razas de vacas de
Europa está en riesgo de desaparición.
Agricultura y ganadería. Tanto la agricultura como la ganadería tienen como finalidad
exclusiva la producción de la mayor cantidad posible de producto en el menor tiempo. En
la agricultura, la llamada Revolución Verde, que generalizó el uso masivo de productos
químicos con la excusa de lograr una mayor “productividad”, ha llevado el uso de éstos a
extremos tan aberrantes como éste: en Estados Unidos se comen casi exclusivamente
tomates que se cosechan verdes en forma mecánica y que poco antes de su
comercialización se maduran artificialmente con ayuda de etilos. Cuando la tierra ya no da
más de sí, la multinacional en cuestión que la “cultiva” se traslada a otra porción de suelo.
Con la producción de carne ocurre algo parecido. La cría se realiza en menos de la mitad de
tiempo que la tradicional. Los animales tienen que crecer (a ritmos acelerados gracias al
suministro de hormonas) en espacios reducidísimos, y muchas veces no tienen acceso a lo
largo de su vida ni a la luz del sol ni al aire fresco (especialmente los pollos y los cerdos). El
hacinamiento de los animales favorece su agresividad; para evitar que se maten entre ellos,
se les queman los cuernos y se les corta el rabo para que no se lo coman unos a otros;
además, se les
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