Mike Van Diem. Carácter Países bajos: Holanda, 1977

MIKE VAN DIEM. CARÁCTER

PAÍSES BAJOS: HOLANDA, 1977

Carácter ganó el Oscar 1997 al mejor film en habla no inglesa, desbancando a cintas de la calidad como El ladrón o Secretos del corazón. La película del holandés Mike van Diem es una historia en donde cada uno de sus escenarios y momentos le confiere un aire de magia y misterio que atrapa sin remedio al espectador. El film se basa en una novela de F. Bordewijk, aunque interpretada de modo muy oscuro y personal.

La película es un magnífico y duro drama que narra la relación entre un hijo ambicioso, el señor Katadreuffe (interpretado por Fedja van Huêt) que busca ser exitoso en la vida, superando muchos obstáculos día tras día y su padre Dreverhaven (Jan Decleir), un hombre rudo y miserable que no sólo le ignora, sino que parece hacer más complicada su vida.

La película en un comienzo nos da una idea de su tema principal y resume en los primeros cinco minutos mudos las fuerzas esenciales para que receptor quede atrapado con la temática ya que nos muestra al señor Katadreuffe (interpretado por Fedja van Huêt) como abogado en algo parecido a un interrogatorio por el presunto asesinato del cuerpo de su padre, Dreverhaven (Jan Decleir). Este comienzo nos pone difícil no seguir mirando y después nos cuenta la sucesión de manera detallada.

En los Países Bajos de los años 20, Joba (Bettu Shuurman), un ama de llaves, y el señor para quien trabaja, Dreverhaven (Jan Decleir), mantienen una fugaz relación sexual, hecho que cambiará, para siempre, la vida de ambos. Cuando ella se ve a punto de dar a luz decide marcharse de la ciudad y ganarse la vida para cuidar de su pequeño bebé, en el transcurso de su vida en varias ocasiones de la película el joven Katadreuffe menciona que su carácter era muy discutible frente al de su madre pero que igual apreciaba cada uno de sus esfuerzos para salir adelante frente a tales responsabilidades.

Más adelante, el joven Katadreuffe se encuentra con su padre, quien resulta ser un completo desconocido para él. Dreverhaven, además de ser frío e intolerante ante cualquier sugerencia de su hijo, se muestra como un hombre que todavía no ha aceptado que la madre del chico lo abandonara, y que vuelca toda su rabia y frustración sobre su hijo, negando en varias ocasiones ser su progenitor. Siempre le trata con dureza; una dureza que podría ocultar uno de esos cariños que matan. Hay que sufrir, pasarlo mal, para forjar el carácter, parece ser el paradójico pensamiento de un ser sin entrañas. De esta forma, la relación que mantienen ambos resultará un verdadero ejemplo de cómo la frustración puede conseguir el enfrentamiento de dos personas que, pasados los años, acaban de conocerse.

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