Mujeres semidesnudas en el arte hondureño
Enviado por riskymascota • 1 de Mayo de 2023 • Ensayo • 2.522 Palabras (11 Páginas) • 49 Visitas
“Mujeres semidesnudas y artistas en el arte hondureño”
El arte forma parte del discurso de las sociedades, quienes lo utilizan en la medida que lo requieren, pero su comprensión e importancia es desafortunadamente muy limitado y su función es mucho menos entendida, esto, debido a la poca información que se maneja y al poco uso práctico que le observan, tal parece que al final todo se reduce a la presunción de tener obras con fines de decoración, llenar un espacio arquitectónico, proyectar un status, o usarlo como símil de cultura y un poco más arriba cuando se toma como inversión. Pero el arte es la manifestación cultural de una nación y como cultura, representa a la sociedad que lo crea, esa es una de las razones por las que se convierte en reflejo transversal de un grupo social. [pic 1][pic 2]
La importancia del arte, más allá de proporcionar goce estético, enriquecimiento espiritual y satisfacción personal al recrear la realidad en sus diversas formas de expresión nos transforma y nos hace mejores seres humanos al contribuir al desarrollo cognitivo, afectivo y emocional. Además, gracias al uso del arte se estimula la imaginación, la creatividad, la expresión auténtica e individual de ser social, el arte también se constituye en registro social, que pone a las culturas y sus formas de vida en la historia, sin olvidar que también tiene el poder de moldear el pensamiento colectivo de su tiempo, contribuyendo a los cambios sociales.
Pero el artista no crea el arte solo, sino que es producto de la interacción y retroalimentación con la sociedad que lo alberga y lo utiliza, así ha contribuido al establecimiento de ideologías, se ha encargado de perpetuarlas y difundirlas para el establecimiento de conductas y cánones que la sociedad quiere imprimir en el colectivo. Por ejemplo, es imposible subestimar el rol del arte en el establecimiento de la ideología religiosa medieval y colonial.
Así que consciente o inconscientemente, el arte refleja la sociedad y sus integrantes, de esta manera es que podemos visualizar el uso de la figura femenina, como una constante en el arte nacional y que vale la pena darle una reflexión ilustrativa, para tomar lectura del papel que juega en nuestra producción estética y las motivaciones autorales de los creadores, sin criminalizarlos, sino destacando realidades objetivas encontradas en nuestra pintura, respecto a la mujer como sujeto u objeto del artista y su obra.
La aparición de la figura femenina dentro del arte universal occidental, se remonta a la prehistoria, detallar sus roles ameritaría todo un tratado, pero a grandes rasgos destacaré algunas significaciones básicas; Las "Venus"' del paleolítico representan la procreación y supervivencia de la especie y hasta la existencia matriarcados, en Egipto denotan igualdad con el hombre, por lo menos en la estructura de las clases nobles, en Grecia desde las “Koré” hasta la “Venus de Milo”, se convierten en máximas canónicas, representando cualidades como lo justo, lo bueno, la armonía entre cuerpo y alma, el orden y moderación social. En Roma, los mosaicos son los que mejor relatan los papeles desempeñados por las mujeres, esposa e hija que conllevan la fidelidad, crianza de los hijos, obediencia y también los castigos, hay representaciones de desnudos eróticos estimulantes y hay mujeres heroínas mitológicas, también se las indica, como causantes de males y guerras, siguiendo la tradición del mito de Pandora. Por el medio donde están los mosaicos, retratan el pensamiento y aprobación de la élite. En la Edad Media se da una invisibilización de la mujer en la iconografía reinante, llegando a destacar sólo como la madre del cristo en un papel secundario, aunque hay fuentes que las ubican como posibles ilustradoras de manuscritos, por su relación con varias artesanías y artes manuales dentro del hogar, al cual están básicamente circunscritas.
En el arte moderno, comprendiendo el renacimiento, manierismos, barroco, rococo y neoclásico, a pesar de las enormes expectativas difundidas, las apariciones de la figura femenina no se dieron, como creeríamos, aparen en escenas vinculadas a temas religiosos, las esposas de alguien o la vida en las cortes y hasta en escultura algunas mujeres muestran la anatomía del hombre, el antropocentrismo y visiones al pasado clásico lo colmaron todo. Se tuvo que esperar hasta mediados del siglo XIX, con el surgimiento del romanticismo y sobre todo el realismo, para que aparecieran en los duros entornos de la vida en el campo, trabajando pobres y desoladas, al lado del hombre.
Desde sus inicios, las vanguardias nos dan una perspectiva, novedosa del mundo comparada con todos los siglos anteriores, su figuración, técnicas y temas rompe con lo establecido, al captar la cotidianidad de la sociedad, haciendo instantáneas de las actividades en la vida común, donde podemos ver con mayor soltura y en varias de sus dimensiones a las mujeres en sus roles, ya no son de la realeza, es la mujer que comparte la vida marginal y cuasi rechazada de los artistas, que atrevidos retaron las normas sociales establecidas, podemos apreciar con mucho entusiasmo a las mujeres pintoras, como la exquisita impresionista: Berthe Morisot, mucho más visualizada que sus antecesoras: Sofonisba Anguissola (1532–1625 Artemisia Gentileschi (1593–1653) Judith Leyster (1609–1660) Élisabeth Vigée Le Brun (1755–1842) Rosa Bonheur (1822–1899) Mary Cassatt (1844–1926) Hilma af Klint (1862–1944) entre otras, que debemos conocer y estudiar con más detalle.
En el siglo XX el arte padece los estragos de las dos guerras mundiales, pero tras ellas los convenios de los derechos humanos, servirán de base a las exigencias de los derechos civiles, que incluyen los movimientos sufragistas de las mujeres, incluyendo en su empoderamiento para reclamar espacios en otras actividades de la vida en sociedad. En el ambiente de la modernidad la prostitución cobra un papel más visible, aunque ya se venía explotando desde siglos atrás, y muchos artistas se inspiraron y utilizaron esas mujeres para crear sus obras, así fueron tema: Les demoiselles d’Avignon de Picasso, Olympia de Manet, Rolla de Henry Gerveux, entre otras, figuraron también las cortesanas, ponderadas por su clase, como Apollonie Sabatier, una proxeneta connotada, asidua de varios artistas como Delacroix, Flaubert o Baudelaire. Aunque dada sus propias condiciones los artistas solían preferir la prostituta, que elegía su trabajo, considerada de alguna forma, artistas pobres de cabarets, como las realidades que nos mostró un Toulouse-Lautrec.
En el contexto de la revolución industrial, surge el avance de la fotografía y el cine, donde las mujeres se destacarán y obtendrán cierta independencia, así surgen Joan Mitchell, quien integra el grupo de pintoras americanas de su época (1925-1992) logrando reconocimiento crítico público. Su figura trasciende hasta la generación del expresionismo abstracto. Algunas asumen como estrategia un silencio, pero sin dejar de trabajar en sus propias propuestas, más adelante caerán, al igual que los artistas varones en las garras del arte burgués del objeto, lo efímero, lo conceptual y demás degradaciones del llamado “arte contemporáneo”, capaz de vender mierda en lata, para comenzar a autorretratarse.
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