Origen y necesidad de la creación de los Centros de Control de Confianza

Origen y necesidad de la creación de los Centros de Control de Confianza.

Debido a la inseguridad, corrupción e impunidad, en la que nos encontramos inmersos los habitantes de la República mexicana, cada vez resulta más alarmante, el hecho de no poder confiar en la policía de nuestras entidades federativas, lo que ha creado un ambiente de incertidumbre y hostilidad por parte de la sociedad hacia los grupos policiales.

“Un círculo vicioso que obstruye la capacidad institucional de renovación: la baja estima social de la función policial inhibe la iniciativa de profesionalización entre los elementos en activo; la ausencia de esta incide también en la mejora de las condiciones laborales; la inadecuada regulación de éstas ha propiciado que el desvío de funciones policiales no tenga la sanción debida; y la falta de castigos para prácticas ajenas a la función policial, favorece la baja estima social por el desempeño policial. El mismo circulo vicioso dificulta el ingreso de nuevos y mejores elementos”.^[1] 

No resulta raro leer en los encabezados de los diarios nacionales que se han encontrado policías coludidos con el crimen organizado, lo cual forma parte de un entramado cada vez más complejo en donde se encuentran ligados diversos intereses y complicidades que hoy en día forman parte de nuestra realidad.

Ante la exigencia de la sociedad por construir un país más seguro, el gobierno federal, se dio a la tarea de crear un organismo que permitiera fortalecer los mecanismos de actuar de las instituciones que se encargan de la seguridad pública, el cual nos permitirá no solo contar con servidores públicos confiables, sino también competentes y responsables, realmente comprometidos no solo con la institución sino también con la sociedad a la que han de servir, buscando recuperar la confianza y credibilidad que ha ido perdiendo en el transcurso de los años.  

En el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, se menciona que los principios fundamentales de las Instituciones de Seguridad Pública y Procuración de Justicia son eficiencia, legalidad, profesionalismo y honradez. Es así como la Policía Federal se fundamenta en la premisa de “Proteger y Servir” en su misión institucional, articulada en dos dimensiones: la de las personas, que esperan se protegidas en su integridad física, sus derechos y sus bienes; y la de la sociedad, salvaguardando las libertades, el orden y la paz públicos.^[2] 

Ante la necesidad de vincular nuevamente a la sociedad con las corporaciones policiales y de procuración de justicia, se busca dar un cambio no solo en las estructuras, sino también los métodos de operación, organización y selección de personal, lo cual no sólo permitirá ganar la confianza de la sociedad, sino también, la legitimidad social.

“… requiere la integración de un servicio de carrera policial homogéneo y articulado a la política de profesionalización, que abarque las fases de reclutamiento, selección, ingreso, desarrollo, ascenso y separación del cargo, con base en un sistema de méritos y formación que permita dignificar a la función policial y penitenciaria.

Se han adecuado los perfiles de ingreso y los programas de formación conforme a los requerimientos del nuevo modelo policial, cuya orientación pone énfasis en la investigación con métodos científicos, y se aplica un proceso permanente de reclutamiento con esas características…”^[3] 

En esta búsqueda por obtener la legitimidad y confianza social, así como el fortalecimiento institucional, es como se comienza a hablar de la creación del Centro de Control de Confianza de la Policía Federal, el cual se basa en un modelo que principalmente busca la uniformidad en las evaluaciones de control de confianza, las cuales se deberá aplicar a los aspirantes y personal en activo.

Además de promover la homologación de los procesos y mecanismos de selección del personal de nuevo ingreso y personal en activo, con el fin principal de seleccionar a los mejores candidatos a ocupar un puesto o cargo dentro de la institución y de esta manera minimizar el riesgo de incorporar gente que no cubre con preceptos éticos o profesionales de acuerdo al actuar institucional, lo cual permitirá dar un cambio en la visión que la sociedad tiene de la función policial.

En enero de 2009 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, donde se dotó de personalidad jurídica al Centro Nacional de Certificación y Acreditación y establece los criterios, lineamientos, procesos y protocoles a seguir de acuerdo a la citada Ley.

Entre las ventajas que se encuentran en la aplicación de evaluaciones de control de confianza podemos encontrar:

• Establecen sistemas y procesos que regulen el ingreso del personal.
• Evitan la contratación de personal que puede ser de riesgo en la Policía Federal.
• Detectan conductas de riego del candidato (consumo de estupefacientes, delitos, nexos con la delincuencia organizada, fraudes, demandas laborales, etc.
• Tener confiabilidad en el personal que labora dentro de la institución.
• Realizar evaluaciones periódicas al personal en activo que permitan verificar que se conducen bajo valores éticos y apegados a los principios que exige la institución y la sociedad.
• Encontrar al personal idóneo que cubra los requisitos y se apegue al perfil establecido.

De acuerdo a los lineamientos de operación del “Modelo Nacional de Evaluación de Control de Confianza” se establecen cinco pruebas en un esquema básico: toxicológica, psicológica, poligrafía, examen médico e investigación socioeconómica.  

Control de Confianza de la Policía Federal

Antecedentes de la Policía Federal

La historia de lo que hoy es la Policía Federal inicia el 1 de julio de 1928, con el Escuadrón de Agentes Vigilantes de la Oficina de Tránsito, primer escuadrón motorizado de caminos, formado por decreto del presidente, Plutarco Elías Calles y dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP).

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