Pena de muerte ¿problema o solución?

Pena de muerte ¿problema o solución?

La pena de muerte o pena capital es el máximo castigo que se le puede aplicar a una persona, tras del dictamen de un juez, al ser declarados culpables de cometer un delito grave o capital al incumplir la ley. Esta consiste en acabar con la vida del condenado a través de diferentes métodos como: Fusilamiento, ahorcamiento, electrocución, inyección letal, lapidación, ejecución por gas y decapitación.

Según la clasificación de Amnistía internacional (2020) aún existe 56 países retencionistas, es decir que retienen esta condena en la legislación; 106 en que la ley no permite el uso de la pena de muerte, en otras palabras, son abolicionistas para todos los delitos; 28 retencionistas en la práctica, que quiere decir que mantienen la pena capital en su constitución, pero llevan al menos 10 años sin realizar alguna ejecución y 8 abolicionistas sólo para delitos comunes, o sea, que mantienen esta sentencia únicamente para delitos graves, como los crímenes de guerra. Entre estos últimos, se encuentra Chile, ya que la pena de muerte aún sigue vigente en el código penal militar, y la cual no debería ser restablecida para delitos comunes en nuestro país.

En primer lugar, porque es irreversible y se cometen errores al emitir las distintas sentencias. En los países que ha sido aplicado dicha pena, se han dado casos en los que el condenado a pena de muerte era inocente, siendo este hecho comprobado después de su ejecución.Como ocurrió en 1990, cuando Tafero fue ejecutado en la Florida después de ser acusado de asesinar a 2 policías, pero unos años más tarde se descubrió que no fue él el responsable de los asesinatos, sino que fue su compañero Walter Rhoades.

 A su vez han ocurrido casos en los cuales la sentencia es derogada porque simplemente no existen las suficientes pruebas para condenarlo. Como fue en el caso de Ralph Daniel Wright, Jr. “donde la Corte Suprema de Florida el 11 de mayo de 2017, anuló por unanimidad las condenas de Wright por los asesinatos de su ex novia y su hijo, dictaminando que las pruebas "puramente circunstanciales" contra él eran insuficientes para condenarlo.” (Death penalty information center, 2017). Dejando en evidencia la imparcialidad de algunos tribunales en distintos casos ocurridos. Estos hechos mencionados, llevan al cuestionamiento de la efectividad de la pena de muerte y dado que si una potencia mundial como EE.UU comete estos tipos de errores judiciales, existe una alta probabilidad que esto también suceda en  Chile.

Además, No disuade contra el crimen. Ya que no hay pruebas que afirmen esto y así lo dijo Iván Simonovic, subsecretario general de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien fue enfático en señalar que “No hay evidencia científica de que la pena de muerte desaliente la comisión de crímenes de manera más efectiva que las condenas largas o perpetuas sin derecho a libertad condicional. Se puede afirmar que no funciona. Cualquiera puede ver las estadísticas, es ciencia. Hay muchas investigaciones científicas sobre la pena de muerte y no existe prueba de que inhiba el crimen”. Esto se debe a que la mayoría de condenados a pena de muerte son personas que sufren de trastornos psicológicos y son impulsados por estos a cometer crímenes. Por lo tanto, en estos casos es difícil que la pena de muerte, o cualquier otro castigo, logre disuadirlos de que continúen cometiendo delitos. También existen estadísticas de Estados Unidos publicadas por el “Centro de información de la pena de muerte” que muestran que la tasa de asesinatos es menor en estados que no tienen la pena de muerte a diferencia de en los que si existe.

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