Política educativa

La política educativa debe estar tan cerca de la escuela y de los padres de familia como se pueda. Mientras más lejano se hallé el nivel de autoridad escolar de la asignación de recursos financieros, de la determinación de planes y programas de estudio, de los contenidos de recursos, de los materiales y textos de apoyo, más difícil será lograr un positivo y relativamente uniforme en educación.

Esto es particularmente cierto en México.

La población en México creció cerca del 20% en la década anterior, lo que sin duda aplicó un gran desafío para todas las políticas públicas, especialmente la educativa.

Para el año 2005 seremos más de 106 millones de habitantes creciendo a un ritmo muy inferior al de las décadas anteriores. De cualquier manera, el fuerte crecimiento de la década anterior acarreará importantes desafíos en cuanto a la atención de la demanda educativa.

Existe una enorme disparidad de indicadores, de pendiendo de la identidad federativa, para tratar al desafío educativo como un problema monolítico o uniforme a la manera del diseñado por nuestro marco normativo y autoridades.

La población no solo está dispersa  sino que crece a tasas muy diversas: en tanto el distrito federal crece un 0.4% anual, Quintana Roo lo hace al 5.9%, con regiones en está ultima identidad que crecen al 10 y aun al 20% anual.

México tiene el desafío de tener una población heterogénea por cuanto a su concentración rural e indígena. Alrededor del 25% de la población total de México es rural y el 6.5% de la población total es hablante indígena. Lo más difícil radica en la dispersión de la población rural e indígena que se observa en el país.

La marginalidad mide el nivel de pobreza en las identidades, y en cierto sentido, su plataforma para la competitividad. Niveles muy agudos de pobreza limitan las posibilidades actuales y futuras del desarrollo. Diferencias tan pronunciadas entre unos estado y otros me hacen pensar que en realidad estamos observando diferentes países y no diferentes regiones de un mismo país.

La calidad de vida es un indicador, que pretende medir con muchas más variables las diferencias económicas y sociales entre las entidades federativas. Este indicador incorpora 8 grupos de variables que son: PIB, comunicaciones y transporte seguridad y justicia, turismo, servicios públicos, salud, educación y pobreza.

Cada una de estas variables, excepto la primera, están compuestas por un conjunto de indicadores que pretenden dar una idea mas completa del estado que guardan las cosas para cada concepto.

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