Políticas de prohibición del cannabis USA

Políticas de prohibición del cannabis en USA

 (1930-1975)

Relaciones Internacionales

Técnicas de Investigación

Álvaro Sánchez Cruz

Pablo Alberto Caballero Alvarado

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Introducción

A través de este ensayo se examinara el desarrollo de las políticas respecto al cannabis en Estados Unidos De América, y ¿por qué estas, como parte de la denominada “guerra contra las drogas”, son un problema de la agenda internacional?

El fracaso en la política de prohibición es un hecho, pero ¿Qué está haciendo Estados Unidos para cambiar el rumbo de la guerra contra las drogas? que no ha dejado mas que muchos muertos, y mucho dinero ilegal en los bolsillos de los líderes del narcotráfico y de los políticos corruptos.

Además es un hecho que las políticas de prohibición ha machacado al ser humano en sus derechos, discriminando al consumidor, criminalizándolos y como consecuencia de esto: marginado, dejando un enorme descontento en dichas personas

Respuestas a estas y más incógnitas serán analizadas y explicadas en el desarrollo de este trabajo, por lo que se le invita a todo el interesado en el tema a leer el ensayo y analizar qué postura es la ideal en la guerra contra las guerras específicamente contra la marihuana y esta como pionera a regularizar otras sustancias ilegales o prohibir aquellas sustancias legales de las cuales se obtiene un beneficio económico de manera controlada por el Estado.

GUERRA CONTRA LAS DROGAS ¿POR QUÉ ES UN

PROBLEMA PARA LA AGENDA INTERNACIONAL?

Es necesario dejar en claro por qué la guerra contra las drogas es un problema y por qué este se considera de tal magnitud para estar en la agenda internacional, sí parece ser un problema que la misma autonomía de un Estado pudiera resolver sin la ayuda de otros Estados, si no con la consulta de sus ciudadanos y sus mismas organizaciones gubernamentales en las cuales participan. (Marin, 2012)

Pero aquellos problemas internos que traspasan de manera fácil las fronteras afectando a otros Estados en el orden social y en los planes económicos de dichos Estados exigirá respuestas políticas por parte del gobierno, cuya eficacia de estas respuestas depende de la coordinación y cooperación con otros gobiernos para implementar reglamentaciones y regímenes Internacionales que no serían posibles si no están los problemas establecidos en la agenda internacional la cual exige una solución colectiva a los actores del sistema. Y para que un problema se situé en la agenda internacional es necesario que el problema se politicé lo que significa que el problema no solo es advertido por muchos sujetos, sino que también se considera específicamente como problema que debe recibir una respuesta en términos de reglas colectivas y también en términos de recursos comunes. (Attina, 2001)

La agenda internacional entonces es donde se concentran los problemas mas importantes a tratar y que requieren la participación de varios Estados para resolverlos con eficacia, por lo que las Naciones que tengan un problema que a su parecer exige la participación de varios actores, ejercerá presión para ponerlo en la agenda internacional y

así todos volteen a analizar el problema y colaboren en la elaboración de políticas y regímenes en conjunto como ya la habíamos mencionado antes para dar solución al problema.

Un ejemplo es Estados Unidos que fue con el presidente Richard Nixon quien declaro “la guerra contra las drogas”, decisión política motivada por diversos prejuicios que incitaban a la discriminación y es que “Nixon concentro su legendaria ira política en la marihuana”

(Gootenberg, 2008, p. 308) y es que con anterioridad a la marihuana se le atribuyen diversas cualidades, tanto buenas como malas, y uno de los encargados de difundir la mala y errónea imagen de la marihuana en Estados Unidos fue Harry Anslinger Jefe de la Oficina Federal de Narcóticos de Estados Unidos quien declaraba en su campaña propagandística “Si el horrendo monstruo de Frankenstein se hubiera enfrentado cara a cara con el monstruo de la marihuana, habría muerto de miedo” (Wishnia, 2004, pág. 16)

Tras el fin de la segunda gran guerra, con Anslinger como promotor, el cáñamo se incluye en la llamada Convención Única de Nueva York(1961)

Sin embargo desde antes ya se le venía descalificando a los consumidores de cannabis con defectos mentales y quienes la usaban con fines recreativos eran los negros en el sur y los mexicanos ilegales en el sureste, por lo cual la marihuana señala (Inciardi, 1993, pág. 35) no solo era un “intoxicante de negros y braceros mexicanos” que podía tener un influjo corruptor en la sociedad blanca, sino que se le consideraba especialmente peligrosa debido a sus orígenes ajenos(concretamente” mexicanos”) y no norteamericanos.

Esta propaganda de temor a la marihuana y de discriminación hacia los consumidores, trajo como consecuencia en 1930 la puesta en vigencia de leyes anti marihuana en diversos

estados del país. Y la declaración junto a la alocada propaganda de Anslinger que uso los medios masivos de comunicación como su foro, es la conclusión de un ambicioso racista

que narraba historias horribles sobre los efectos de tal droga, que al final tuvo como consecuencia la Ley de impuesto a la Marihuana el 2 de Agosto de 1937.

Mas tarde en materia de legislación, la guerra contra el cannabis tuvo una escalada pues en 1969, el tribunal Supremo de Estados Unidos declaro inconstitucional la Ley de impuesto a la marihuana, argumentando que Timothy Leary detenido en 1965, habría sido incriminado con arreglo a las leyes de ese estado en el caso de haber pagado el impuesto.

La administración Nixon respondió con la Controlled Substances Act de 1970, que prohibía de plano el cannabis y la declaraba “sin valor en el uso con fines médicos”. Francia y el Reino Unidos promulgaron leyes similares en 1970 y 1971.

En 1972 Nixon dejó a cargo de evaluar las políticas de drogas de Estados Unidos a la Shafer Commission la cual en sus conclusiones sobre las leyes de la marihuana dijo que dichas leyes eran mas perjudiciales para los consumidores y la sociedad que la propia droga.1 Así mismo determinó que el alcohol era mas peligroso que la marihuana y que el uso personal de esta última debía ser descriminalizado cuanto antes. Nixon convencido de que la legalización del hachís era un complot judío, ignoró tales recomendaciones y se descargó vociferando una de sus tantas creencias muy arraigadas: “Todos los bastardos que se manifiestan a favor de la legalización del cannabis son judíos”.

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