Policias y ladrones. Ser Policía

Título: Policías y Ladrones

Tema: Ser Policía

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Los juegos de nuestra infancia reflejaban nuestros sueños y más profundos deseos, nos transformaban por un breve momento en alguien que “cuando grande” queríamos ser; la imaginación era nuestra gran aliada para vivir mil y un aventuras.  Las tardes eran bastante cortas para soñar, todo lo creíamos posible.

En nuestro pueblo vivía un policía, lo recuerdo muy bien. Era muy amable, servicial, honesto y comprometido con el servicio a la comunidad y lo más importante: era nuestro héroe. Lo que nunca se borra de mi memoria es que siempre llevaba una gran sonrisa en su rostro, lo cual generaba mucha tranquilidad solo con verlo y su presencia en las calles infundía un ambiente de seguridad. Otro aspecto importante era que, conocía mucho de diferentes temas, era muy inteligente siempre en sus ratos libres se veía con un libro en la mano, él decía que no había nada mejor que una buena lectura acompañada de un café caliente. En algunas ocasiones cuando su labor lo permitía, nos ayudaba con los deberes y nos decía que nunca dejáramos de estudiar, también nos decía que para alcanzar nuestros sueños no había mejor momento para empezar que el ahora. A menudo nos expresaba el sentimiento de satisfacción que le generaba su profesión y que no había sensación más agradable que la de saber que ha servido y protegido a su comunidad.  

Todos queríamos ser como nuestro héroe, él era nuestro ejemplo a seguir; por eso siempre jugábamos a policías y ladrones, nunca nos pudimos poner de acuerdo, ya que todos queríamos ser el agente Ruiz. Queríamos así fuera por un momento sentir que también podíamos ser como él y recuerdo muy bien que le causaba mucha gracia ver como todos queríamos ser policías, estar del lado de los buenos y hacer cumplir las leyes; ninguno quería ser bandido, así que muchas veces todos terminábamos persiguiendo ladrones imaginarios.

Un día, el cual hubiese preferido que nunca llegara. La noticia sobre la muerte del agente Ruiz, nos dejó la sangre helada, no lo podíamos creer, no aceptábamos el hecho de no volver a ver su sonrisa y sentirnos protegidos. ¡Lo perdimos!  Gritaban, se nos fue nuestro héroe, pero esta vez para nunca más volver, a nosotros nos quitaron nuestra ilusión, nuestra alegría. Ya no estaba ese gran ser humano que inspiraba nuestros juegos y nos hacía soñar con un mundo en el que todo estaba bien, en donde no existía miedo y jamás se sentía angustia.

La familia de él, a los pocos días abandono el pueblo y desde su partida ya nunca volvimos a jugar a ser policías. Habíamos perdido algo que nunca pudimos explicar, se nos fue una pequeña gran parte de nuestra infancia. Con el paso de los años cada uno de nosotros tomó caminos diferentes, salimos del pueblo a buscar mejores oportunidades; algo en mi interior, ese recuerdo que aún no se borra de mi mente, me dictaba cual sería mi destino. Así que decidí luchar por mis sueños….

Ahora, 25 años después de haber salido de mi pueblo, justamente hoy, la misma fecha en la cual supe que nunca volvería a ver a mi héroe, en el mismo lugar en donde lo vi por última vez, me doy cuenta que por fin lo he logrado, después de mucho luchar, después de superar miles de obstáculos, ¡lo logre, soy como mi héroe! Tengo la seguridad que él donde quiera que este, se siente muy orgulloso de mi, pues gracias a su ejemplo y lo que nos decía cuando éramos niños, he logrado una carrera intachable, una trayectoria en la que nunca puse en duda que mi vocación es servir a la comunidad y que jamás en ninguna circunstancia vendí mi honor, mi verdadero compromiso ha sido contribuir a lograr un país en paz. Gracias a la disciplina y la honestidad siempre actué de la manera correcta y logre ser lo que soy hoy, nunca me falto solidaridad hacia los ciudadanos y de la misma forma recibí de parte de ellos su apoyo.

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