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Régimen de EQUIVALENCIAS Trabajo Nivelador de CULTURA Y SOCIEDAD


Enviado por   •  26 de Agosto de 2017  •  Práctica o problema  •  2.375 Palabras (10 Páginas)  •  281 Visitas

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Régimen de EQUIVALENCIAS

Trabajo Nivelador de  CULTURA Y SOCIEDAD

Prof. Lic. María Alejandra Diez

PROPUESTA DE TRABAJO:

Introducción

  1. Señale los conceptos centrales de la noción de cultura propuestos por el autor.

La noción de cultura es inseparable a la reflexión de las Ciencias Sociales. Resulta necesaria para pensar tanto la unidad de la condición humana como la diversidad y la diferencia entre pueblos y comunidades, está inmerso y atravesado por ella.

La cultura permite no solo que el hombre se adapte a su entorno, sino que el entorno se adapte a él, a sus necesidades, a sus proyectos, hace posible la transformación de la naturaleza.

La noción de cultura es la herramienta adecuada para terminar con las explicaciones naturalistas de los comportamientos humanos. La naturaleza en el hombre está totalmente interpretada por la cultura. Las diferencias que podrían parecer más vinculadas con propiedades biológicas particulares como, por ejemplo, la diferencia entre los sexos, no pueden observarse nunca en natural, pues, para decirlo de algún modo, la cultura se apodera de ellas "inmediatamente". La división sexual de los roles y de las tareas en las sociedades humanas es un resultado fundamental de la cultura y por eso varía de una sociedad a otra. La cultura incluye unas ciertas costumbres, normas y reglas sobre la manera de ser, comportarse, vestirse. También incluye la religión y el sistema de creencias.

Cuche plantea que no hay nada natural en el ser humano, ni siquiera las necesidades fisiológicas, y que en el proceso de hominización; se pasó de la adaptación genética al medio ambiente natural, a una adaptación cultural en que las poblaciones humanas del mismo bagaje genético se plantearon diferentes opciones culturales.

Capítulo I

  1. De la evolución del concepto de cultura, señale los puntos de contacto entre civilización y cultura.

El debate Franco-Alemán sobre la cultura, o la antítesis “cultura”-”civilización”

El término “Kultur” surge en el siglo XVII en Alemania, y parece ser la transposición exacta de la palabra francesa, sin embargo evoluciona rápidamente y tiene a partir de la mitad del siglo XVIII un éxito de uso que la palabra “cultura” no conoce todavía. Todo lo que se origine en lo auténtico y contribuya al enriquecimiento intelectual, será considerado  perteneciente a la “cultura”, mientras que, todo lo que no sea más que apariencia brillante, ligereza y refinamiento superficial, será considera como parte de la “civilización”, por lo tanto, la “cultura” se opone a la “civilización”. A través de ésta toma de conciencia, el acento de la antítesis “cultura”-”civilización” se desplaza poco a poco, de la oposición social hacia la oposición nacional. La “cultura”, era marca distintiva de la burguesía intelectual alemana en el siglo XVIII, convirtiéndose en el siglo XIX en característica de la nación alemana entera. La idea alemana de “cultura” fue creada por una clase media que dudaba de sí misma, ya que se sentía relativamente alejada del poder y de los honores, buscando así otra forma de legitimidad social. A partir del sigloXIX, la noción alemana de

kultur  tiende cada vez más a la delimitación y a la consolidación de las diferencias nacionales. La idea alemana de “cultura” proviene del alma, del genio del pueblo, la “cultura” es un conjunto de conquistas artísticas, intelectuales y morales que constituyen el patrimonio de una nación, considerado como adquirido de una vez y para siempre y que constituye la base de la unidad. En Francia, en el siglo XIX, la evolución de la palabra fue diferente, ya que, “cultura” se enriqueció con una dimensión colectiva y dejó de relacionarse solamente con el desarrollo intelectual del individuo. El término “cultura” se acerca mucho a “civilización” y a veces son palabras intercambiables. En el siglo XX, la rivalidad de los nacionalismos franceses y alemanes exaltará el debate ideológico entre las dos concepciones de “cultura”.

  1. Cultura ha sido históricamente relacionada con diversidad o con universalismo. Explique ¿por qué?

La idea alemana de cultura fue creada por una clase media que dudaba de sí misma, que se sentía relativamente alejada del poder y de los honores y que buscaba otra forma de legitimidad social. Extendida a la “nación” alemana, participa de la misma falta de certeza, es la expresión de una conciencia nacional que se interroga sobre el carácter específico del pueblo alemán que no logro, aún, la unificación política. Frente al poder de los Estados vecinos, Francia e Inglaterra sobre todo, la “nación” alemana, debilitada por las divisiones políticas, dispersa en una multitud de principados, busca afirmar su existencia al glorificar su cultura. Por eso, a partir del siglo XIX, la noción alemana de Kultur tiende cada vez más a la delimitación y a la consolidación de las diferencias nacionales. Se trata, por lo tanto, de una noción particularista, que se opone a la noción francesa, universal, de “civilización”, expresión de una nación cuya unidad nacional se ha conseguido hace tiempo. Ya en 1774, pero de una manera aún aislada, Johann Gottfried Herder, en un texto polémico fundamental, en nombre del “genio nacional” de cada pueblo (Volksgeist) tomaba partido por la diversidad de las culturas, la riqueza de la humanidad y en contra del universalismo uniformador de las Luces, al que juzgaba empobrecedor. Herder pensaba que había que darle a cada pueblo, empezando por el pueblo alemán, su orgullo. Para Herder, cada pueblo, a través de su cultura propia, tenía un destino específico que cumplir. Pues cada cultura expresa a su manera un aspecto de la humanidad. Su concepción de cultura caracterizada por la discontinuidad que, sin embargo, no excluía una posible comunicación entre los pueblos. “Herder fue el que nos abrió los ojos sobre las culturas”. Después de la derrota de Jena, en 1806, y de la ocupación de las tropas napoleónicas, la conciencia alemana refuerza el nacionalismo, que se expresa por medio de una acentuación de la interpretación particularista de la cultura alemana. El esfuerzo por definir “el carácter alemán” se intensifica. Ya no se afirma solamente la singularidad absoluta de la cultura alemana sino también su superioridad. De esta afirmación, algunas ideologías concluyeron que el pueblo alemán tenía una misión específica respecto de la humanidad en general. Entonces, la idea alemana de cultura evoluciona un poco durante el siglo XIX bajo la influencia del nacionalismo. Se vincula cada vez más con la idea de “nación”. Durante el siglo XIX, los autores románticos alemanes oponen la cultura, expresión del alma profunda de un pueblo, a la civilización, que en esta época se define por el progreso material relacionado con el desarrollo económico y técnico. Esta idea esencialista y particularista de la cultura se adecua perfectamente a la concepción étnico-racial de la nación (comunidad de individuos que tienen el mismo origen) que se desarrolla en este memento en Alemania y que servirá de fundamento para la constitución del Estado-nación alemán. En Francia, la evolución de la palabra en el siglo XIX es muy diferente. Cierta admiración en los círculos cultivados por la filosofía y las letras alemanas que en ese entonces estaban en pleno esplendor contribuyó, sin dudas, a ampliar la acepción de la palabra francesa. “Cultura” se enriqueció con una dimensión colectiva y dejo de relacionarse solamente con el desarrollo intelectual del individuo. A partir de este memento, empieza a designar también un conjunto de características de una comunidad pero en un sentido a menudo amplio. El concepto francés queda marcado, entonces, por la idea de unidad del género humano. Entre el siglo XVIII el XIX francés hay una continuidad del pensamiento universalista. La cultura, en sentido colectivo, es, ante todo, la “cultura de la humanidad”. A pesar de la influencia alemana, la idea de unidad prevalece sobre la conciencia de la diversidad: más allá de las diferencias observables entre la “cultura alemana” y la “cultura francesa” existe la unidad de la “cultura humana”. En una conferencia que se considera célebre, pronunciada en la Sorbona en 1882, ¿Que es una nación? Ernest Renan afirmaba con convicción: “Antes que la cultura francesa, la cultura alemana, la cultura italiana, existe la cultura humana.” Las particularidades culturales se minimizan. Siguiendo una lógica correcta, la idea universalista francesa de la cultura se produce conjuntamente con una concepción electiva de la nación, surgida de La Revolución: pertenecen a la nación francesa, explica Renan, todos los que se reconocen en ella, cualesquiera sean sus orígenes. En el siglo XX, la rivalidad de los nacionalismos franceses y alemanes y su enfrentamiento brutal en la guerra de 1914-1918 exacerbarán el debate ideológico entre las dos concepciones de la cultura. Las palabras se vuelve eslóganes que se utilizan come armas. A los alemanes que pretenden defender la cultura (en el sentido en que ellos la comprenden) los franceses les responden convirtiéndose en campeones de la civilización. Esto explica la relativa caída, a comienzos del siglo XX, del uso de “cultura” en su acepción colectiva en Francia, porque la ideología nacionalista francesa tenía que diferenciarse claramente, hasta en su vocabulario, de su rival alemana. Sin embargo, el conflicto de las palabras va a prolongarse después del conflicto de las armas, y mostrará una oposición ideológica profunda que no puede reducirse a simple propaganda de guerra. El debate franco-alemán de los siglos XVIII-XX es arquetípico de las dos concepciones de la cultura, una particularista, otra universalista, ambas en el fundamento de las dos maneras de definir el concepto de cultura en las ciencias sociales contemporáneas.

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