Reivindicación de los oficios y el rol del diseño
Enviado por DANIELA ALEJANDRA ORTIZ SEPULVEDA • 6 de Julio de 2017 • Ensayo • 1.716 Palabras (7 Páginas) • 241 Visitas
Reivindicación de los oficios y el rol del diseño
Cultura y diseño V
Fecha: 17 - 04 – 2017
Profesor: Rafael Molina
Alumna: Daniela Ortiz Sepúlveda
La real academia española define identidad como: “Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás” (Real academia española; 2017). Esta definición hace referencia a la cualidad permutable de identidad ya que está directamente relacionado con las expectativas de los demás desvelando asimismo otro factor que trae consigo que es los “otros” dirigiendo a una construcción de identidad como proceso social con miras hacia el futuro y no algo dado, en donde el medio social influye fuertemente pues su apreciación es crucial. Jorge Larraín habla sobre tres elementos que componen la identidad personal, en primer lugar las personas se definen a sí mismos haciéndose parte de diferentes grupos sociales o afinidades en donde lo cultural juega un papel fundamental en esta construcción personal, en segundo lugar esta lo material que es lo que da reconocimiento social, cada persona se puede proyectar a través de lo material ya sea creándolo o habiendo un intercambio monetario dejando entrever que los objetos pueden influenciar la personalidad humana ya que pueden llegar a ser la llave de acceso a determinado grupo social “Las cosas materiales hacen pertenecer o dan sentido de pertenencia en una comunidad deseada”(Larraín:2001;28). En tercer lugar, se encuentran los “otros” cumpliendo un rol dual como agentes de juicio, los cuales internalizamos, y por otra parte son con quienes nos diferenciamos y construimos un carácter distintivo.
Para profundizar en el fenómeno que se vive hoy con respecto a esta construcción de identidad es indispensable traer a la palestra los modelos económicos de cada país, como en el caso de Chile en donde existe un modelo neoliberal producto de la creciente globalización que se vive mundialmente, fenómeno que afecta directamente a la identidad nacional puesto que trae consigo una serie de nuevos “otros” que están en contacto ya sea mediante medios de comunicación o su presencia física, además, la globalización ha provocado una aceleración en esta construcción de identidades lo que provoca una complejidad a la hora de entender su contexto cultural, al igual de afectar en relación a contextos colectivos tradicionales ya que la globalización trae consigo grandes transformaciones sociales lo que induce a las personas a verse en otros contextos colectivos. A pesar de estas alteraciones en los elementos constituyentes a una identidad nacional no implican que ésta se haya perdido sino más bien lo dota de flexibilidad ya que se va construyendo y transformando en la historia.
Sin embargo, esta embestida cultural no solo dificulta la construcción de una identidad individual si no que al mismo tiempo acaba con la industria local, donde a finales de los años 80 gran parte de la industria local se paralizó, producto de los tratados de libre comercio y modelos económicos liberales lo que contribuyó a mermar la producción interna del país. No obstante, hoy se observa un resurgimiento de los procesos artesanales, los cuales constituyen parte de la identidad cultural del país, demostrando que es fruto de la misma globalización, como lo explica Irene Maldini
“el creciente intercambio cultural no solamente ha llevado a que prácticas locales sean sustituidas por otras globales, sino que al mismo tiempo las particularidades de lo local han cobrado una importancia sin precedentes, ya que se ven expuestas al ámbito de lo global” (Maldini;2014).
Gracias a los viajes y a la tecnología nos encontramos confrontando con diferentes identidades dentro de un gran mercado cultural, esto conocido como homogenización cultural, “por ser consumidores de las mismas mercancías, clientes de los mismos servicios, oyentes de los mismos mensajes y videntes de las mismas imágenes, entre personas que están alejadas en el tiempo y en el espacio” (Hall,1997:621). En donde las grandes cadenas nos ofrecen mercancías de baja calidad con una vida útil deplorable a muy bajo costo sin olvidar las grandes cantidades existentes de cada uno de ellos, esta situación induce a una especie de uniforme universal en donde los hogares y el closet se parecen bastante a el de los demás.
En este marco las personas comienzan a buscar la diferenciación y por ello es que ha comenzado una tendencia llamada “handmade” que significa “hecho a mano” el cual consiste en buscar la exclusividad y romper con el paradigma de que los objetos pertenecen a cierta temporada y luego se desechan. Hay un valor añadido detrás de los productos hechos a mano que va más allá de la dedicación y detalles que lo caracterizan y diferencian en oposición de las producidas en masa, sino que además esta tendencia habla del rescate de los oficios que han perdurado con el pasar de los años como legado transgeneracional “Se puede decir que los oficios son parte del patrimonio cultural inmaterial chileno por su condición tradicional al representar el colectivo de las memorias de las comunidades y a la interacción que éstas han tenido en su entorno con el paso del tiempo”(Ossa:2014;22). Por lo tanto no es de extrañar que en la narrativa de esta tendencia se haga parte a los oficios.
El concepto del “hazlo tú mismo” evolucionó dando paso a una nueva generación de diseñadores que rescatan los antiguos oficios añadiendo una estética vanguardista de producción a pequeña escala, siendo capaces de desarrollar no tan solo piezas únicas, sino que también llaman a concientizar sobre el consumo y la producción a gran escala
“La idea “handmade” es darle un definitivo adiós a lo “Made in China”, desligarse de lo fabricado en serie y del diseño impersonalizado, para abrazar la idea del detalle, la exclusividad y la contemporaneidad, y replantearnos nuestras acciones de compra y nuestros comportamientos de consumo”. (Causaminka;2015).
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