Reseña del declive del periodismo de Feliz Ortega.

El periodista Félix Ortega nos habla en el número 55 de la revista electrónica Razón y Palabra acerca del declive de periodismo y de las causas del periodismo desprofesionalizado. A continuación, haré una pequeña reseña acerca del artículo del autor:

Nuestro autor empieza comentando que el periodismo es la principal referencia social de información porque no existen en su campo, competidores eficaces de la distribución del conocimiento social. Además, nos comenta que son los factores que lograron el ascenso de los medios de comunicación, los que pueden a su vez hundirlos completamente. Nos dice que al parecer, algunos periodistas disfrutan desvirtuar su profesión.

Con base en lo dicho, el autor ahonda en que los regímenes políticos existentes y obsoletos y sus ideologías son impedimentos para los trabajadores y los periodistas de los medios de comunicación, al no poder definir su profesión de la manera adecuada; “periodistas de raza, moralistas y diletantes son algunos ejemplos del mundillo periodístico en la actualidad.” (Ortega, 2016).  Es aquí, donde se observa  que el autor ve a la sociedad idealista como una causa del declive de la información al no ser capaz el periodista de separar sus idealismos sociales del contenido a transmitir.

Por otro lado, nos cuenta que, se deja de llamar periodismo para recurrir  al rumor con el fin de atraer, que inventa “pruebas” para dar a conocer una noticia, los medios de comunicación y el periodismo como tal quieren informar de los acontecimientos actuales a la sociedad, pero cuando prueban con los rumores, con el morbo y ven un incremento de audiencia, enloquecen. A esto, nuestro autor lo llama: periodismo sin información o en otras palabras: amarillismo. Amado por unos, odiado por otros, pero del que no podemos escapar por el hecho que independientemente de nuestra opinión al respecto, es tan cínicamente fascinante que aun cuando la odiemos, la leemos, la escuchamos, aunque  sea solo para criticar, es el amarillismo el que poco a poco desplaza la verdadera información periodística.

 Lo divide en categorías: invención, tergiversamiento y falsificación., donde la más peligrosa es la tergiversación, debido a que el periodista ignora los hechos para inventar e hiperbolizar el caso y que de esta manera atraiga más audiencia.

Con base en lo dicho, el autor nos hace reflexionar acerca de quién es el responsable del declive periodístico,  y basada en las palabras anteriormente expuestas, considero que nuestro autor nos muestra que es el periodista el que desprofesionaliza su propio trabajo, utilizando métodos poco ortodoxos u objetivos e incluso recurriendo al periodismo sin información para atraer masas.

Sin embargo, nos da un indicio en el cual, con mucha discreción, en el que responsabiliza también a la sociedad por el cambio del periodista, pues el consumidor está en la sociedad, y la sociedad es la audiencia que exige directa o indirectamente lo que quiere recibir y el periodista está tan ensimismado en la idea de atraer audiencia que recurre a ideologías y formas poco prácticas de hacerlo.

En conclusión, el responsable del declive del periodismo no es solo el periodista, no es solo el medio de comunicación (aunque este influye de sobremanera en la audiencia que se quiere obtener), si no también es la sociedad idealista e ignorante de conocimiento.

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