Teorías de las Relaciones Internacionales y Coronavirus y Desglobalización

El [pic 1]Modelo Estatal tras Tiempos de Crisis | J.FelipeJaimes

Ensayo:

Un Acercamiento al Modelo Estatal asumido después de los tiempos de Crisis: El Caso de la Pandemia por el Covid-19 en Colombia. 

Teoría del Estado | Escuela de Derecho y Ciencias

Políticas | Universidad Industrial de Santander __________________________________________________________________ Por J. Felipe Jaimes Villamizar (2182612) – Bucaramanga, Abril 09 del 2020

        En la Alemania de hace 100 años, vencida tras la primera Guerra Mundial, se afianzó un modelo de estado que existía desde antes, al que se le llamaba Social, y que históricamente se ha definido como aquel que tiene “el objetivo de garantizar unas prestaciones esenciales al conjunto de los ciudadanos”^[1], normalmente incluye el fortalecimiento de servicios públicos como asistencia social, sanitaria, legal, salud, educación, subsidios, trabajo, vivienda, entre muchos otros, buscando garantizar derechos y redistribuir la renta con fin primordial de reducir las desigualdades. En pocas palabras, se trata de un tipo estatal bastante efectivo, particularmente en momentos de amplia necesidad en la población, ideal para la crisis tras la pérdida de una Gran Guerra, o la que produjera un virus microscópico que se convierte en pandemia, y que según el FMI, es el trágico estado de toda Latinoamérica^[2], por decir lo menos.  

        Si toda Latinoamérica esta, o estará muy pronto en crisis, como se precisó ya, ¿Qué tan profundos podrían ser los cambios que enfrentara el modelo estatal colombiano? Ah simple vista diríamos que muy pocos, puesto que “Colombia es un Estado Social…”, como bien lo reza nuestra Constitución, pero nos cabe el cuestionamiento: ¿Colombia sí funcionaba como estado Social (con todo lo que eso implica) antes de que llegara la crisis de la pandemia en el 2020? Algunos puntos importantes de la última década con sus políticas gubernamentales, y los modelos bajo los cuales se habrían situado las mismas, nos dan la respuesta.

        Los últimos 10 años, por no irnos más atrás, estuvieron marcados por la era Santos, con los modelos eminentemente neoliberales, a pesar de que él mismo quería hacerse ver como “El de la Tercera Vía”^[3], sin embargo la orientación del modelo estatal predominante en los 2010’s se dejó ver con cierta claridad: el ingreso de Colombia a la exclusiva OCDE (y a pesar de ello, encabezando las listas de mayor desigualdad en el mundo), la privatización acelerada en la que destacó, por no decir más, la famosa venta de ISAGÉN, el recorte al gasto público, entre muchísimas otras señales que, aunque se diga lo contrario, evidenciaban una política propia del más salvaje capitalismo, y que más bien algunos analistas desde la academia llamaron incluso Neoliberalismo 3.0 ^[4]. Del nuevo y actual período (Duque) y su modelo de Estado no es muy De Bienestar lo que pueda decirse, a todas luces se ha hecho manifiesto el actual interés gubernamental por aumentar impuestos, recortar gasto público y sobre todo favorecer multinacionales, el año pasado un análisis económico dijo: Colombia, 6 meses de Gestión Duque y 30 años de Neoliberalismo (Tibocha, 2019), bastante revelador, puesto que pone de manifiesto que en el país, hace algunas décadas ya, estamos lejos de un Estado benefactor o Social, como menciona la Carta Magna.

        Pero llegamos la encrucijada de la nueva década, cuando un 6 de Marzo, cuando Colombia estaba envuelta en un escándalo mediático sobre la aparición del nuevo término de la Ñeñepolítica, el Min. Salud declara que se confirma el primer caso de Coronavirus en Colombia, un par de semanas más tarde, el 17 de Marzo el Presidente Iván Duque decreta el Estado de Emergencia, uno de los Estados de Excepción Constitucionales (arts. 212 – 115). Cualquiera pensaría que en un Estado Social la circunstancia coyuntural en la que un país sale de su estándar para tomar medidas de protección adicionales para la población serían ahora sí ampliamente benefactor, sin embargo, no en el País del Sagrado Corazón, o de la virgen de Chiquinquirá, más bien, a quien el supremo mandatario encomendó nuestro país laico en medio de la crisis.

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