Tesis de americanismo según Ortiz

4 - Describa los aspectos más relevantes de las tesis del americanismo y de la crítica al imperialismo. ¿Son apropiadas para analizar el fenómeno de la dimensión cultural de la globalización? Explique en que consiste la crítica del autor.

Ortiz encuadra tanto a la tesis del americanismo como a la crítica al imperialismo dentro de lo que llama “tesis de americanización del mundo”. A su vez, plantea la existencia de ambas posturas como tesis y antítesis desde un punto de vista hegeliano. Para Ortiz, el antimperialismo “refuerza la perspectiva sustancialista de la existencia de una cultura norteamericana”.

Por un lado, el americanismo considera a Estados Unidos una “tierra prometida” donde recaen las esperanzas humanas. Entonces, la misión estadunidense es promover la transición de los pueblos “atrasados” hacia la modernidad norteamericana. Y esto no sería posible sino por la imitación (propagación de las costumbres) y admiración hacia estos “Padres fundadores”, y de este modo emparejando a la modernidad con la “american way of life”. Es decir, la adopción de los valores norteamericanos, sus aspiraciones (“el sueño americano”, el consumo de sus productos culturales (música, Hollywood, indumentaria, etc.), forma de alimentación y hasta su lengua (el inglés considerado como “breve, conciso, rítmico, preciso y simple gramaticalmente frente a los demás idiomas).

Por el otro lado, y en contraposición, la crítica al imperialismo ve a la economía, la política y la cultura como ejercicio de poder. Afirma una conjugación entre la comunicación estadunidense y su intervencionismo militar. Es por esto que la dominación no se restringiría a la política y la economía. Así como la colonia exporta materia prima e importa producto acabado, en el plano cultural se importa el producto cultural fabricado en el exterior. Desde esta mirada, según Ortiz, “los países centrales son vistos como núcleos difusores de una determinada formación cultural, chocándose en principio con la veracidad de las costumbres locales”.

Para Ortiz, que reconoce la importancia del antimperialismo para obstaculizar los deseos de dominación imperial, postula que, según esta visión, “las grandes corporaciones, enraizadas nacionalmente, y el Estado-nación delimitarían geográficamente las fronteras del poder”. Es decir, se podría conformar un “mapa de la dominación mundial”. Entonces estas tesis comparten las mismas premisas metodológicas con la antropología clásica, entendiéndose las dos posturas con los fenómenos de difusión y aculturación, con el Estado-nación como “foco cultural” central. Ortiz considera que de esta forma se deja fuera de análisis la componente planetaria, originada ante el avance del “todo capitalista” que se ve inmiscuido en dilemas internacionales. El análisis de una dominación planetaria necesita el entendimiento de la globalización, ausente en las problemáticas de difusión y aculturación. Es por esto que tal dimensión del poder es inabordable desde dichas perspectivas.

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