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Una génesis sui generis de la violencia en México


Enviado por   •  2 de Junio de 2019  •  Ensayo  •  1.199 Palabras (5 Páginas)  •  258 Visitas

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Una génesis sui generis de la violencia en México

Introducción

Hoy día México se debate en los acostumbrados problemas económicos que se han convertido en una pesada carga para todos los gobiernos del presente siglo, pero también se nos escapó de las manos otro problema tan importante como peligroso, que es el de la violencia y el narcotráfico. De acuerdo a los datos aportados por el Instituto Belisario Domínguez del Senado mexicano, basado en cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) entre 2008 y 2012 la tasa nacional de homicidios creció exponencialmente (curiosamente cuando inició la guerra contra el narcotráfico) registrando luego un descenso y sucesivo aumento del saldo negativo, siendo 2017 el año más violento hasta ahora registrado (v. anexo 1), con una evidencia documental de al menos 250.547 homicidios entre los años 2006 y 2018 (RT Noticias, 2018). Y es precisamente esto lo que me llama la atención ¿Cuáles son las causas de semejante violencia? ¿a qué se debe o cuáles son sus orígenes? Pero lo más importante ¿qué podemos hacer?

Desarrollo

No se puede afirmar que la violencia en México es cosa nueva –y en esto no coincido con Obregón (2009), ya que es necesario siempre buscar en el pasado las causas del problema– pues el proceso de independencia, lejos de conquistar la paz interna sólo trajo conflictos por el poder entre la oligarquía criolla y los caudillos de origen popular en sus demandas de justicia. El régimen económico que se instauró entonces, haciendo lo que no hizo el imperio español, eliminó las salvaguardas coloniales a los pueblos indígenas sobre su relativa autonomía en sus tierras y los sometió a condiciones de explotación. El porfiriato y sus conexiones con la creciente burguesía nacional dieron pie a posteriores movimientos de naturaleza popular en donde se pueden resaltar los de Ricardo Flores Magón, Emiliano Zapata y José Arango (Pancho Villa). De manera tal que la violencia se encaminó por motivos políticos y económicos en un afán de búsqueda de la justicia y la igualdad.

Los gobiernos de turno, anclados al poder en una sociedad sin diversidad de partidos políticos y opciones, dieron pie al saqueo generalizado del erario público aumentando los niveles de corrupción que, de manera semejante a las economías de extracción y portuarias que instalaron las potencias europeas en América, buscaban el enriquecimiento fácil e individualista. Esto me permite entender que la corrupción es un fenómeno cultural, pero también un producto histórico, fruto de siglos de expolio y dominación en procesos de conquista y coloniaje que jamás buscaron la instauración formal de una sociedad europea en estas tierras sino el simple usufructo de sus riquezas (v. Morales, 2018).

De manera que la corrupción se ha erigido culturalmente como sinónimo de buen vivir de enriquecimiento fácil. Entonces, ante gobiernos y factores políticos inmersos en esta dinámica y ante el olvido y la profundización de la desigualdad, el pueblo ha buscado imitar la conducta en medio de una sociedad mexicana que se perfiló hacia el consumo exacerbado y el ansia de vivir bien, consecuencia evidente de la propia dinámica global, luego de la segunda guerra mundial y la instauración de una industria cultural (Adorno y Horkheimer, 1998). Era de esperar, pues, que el traslado de los carteles de estupefacientes de Colombia hacia México, hiciera atractivo el tráfico de drogas para los jóvenes más pobres como alternativa a una vida fácil y dando pie al dicho “más valen cinco años de rey que cincuenta de buey” (Jiménez, 2014).

Pienso que la violencia como fenómeno humano es el resultado de pulsiones psicológicas que un individuo no sabe manejar, por lo que devela una escasa educación y valores ético-morales, siendo esto característica de los sectores más empobrecidos de la población. Pero también se entrevé que la pobreza, como fenómeno social, es el resultado de sistemas de dominación y exclusión que buscan sostener en la riqueza a unos pocos a costa de la inmensa mayoría, por lo que, de manera silente, la sociedad ejerce formas de violencia y hegemonía que no se pueden descartar al tratar el fenómeno. De esa forma, los enfoques cerrados y poco sistémicos, como las soluciones de mercado de Castañeda y Aguilar (2009) no me resultan útiles ni eficaces.

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