Biografía Vargas Llosa (desde la perspectiva de García Márquez)
Enviado por ANGULO VELA Camila Marisol • 23 de Agosto de 2024 • Apuntes • 468 Palabras (2 Páginas) • 44 Visitas
BIOGRAFÍA VARGAS LLOSA (desde la perspectiva de García Márquez)
La primera vez que hablé con Mario fue por cartas. Hablábamos desde que él me contactó por mi novela El coronel no tiene quien le escriba, y desde ahí empezamos a escribirnos. Aunque lo vi en persona en 1967, en el aeropuerto de Caracas, recién había publicado Cien años de soledad. Ya sabía lo básico de él: nació el 28 de marzo de 1936 en una ciudad de nombre extraño. Se mudó a la capital para estudiar Letras y Derecho en la San Marcos. Cuando se mudó a Francia, trabajó en la Agencia France Press y en la Radio Televisión Francesa; no me acuerdo en cuál empleo, pero ahí fue cuando leyó mi novela. Después de este primer encuentro, yo le había enviado un telegrama felicitándolo por ganar el premio Rómulo Gallegos en ese mismo año. "Veintiún cañonazos de champaña por el jurado más justo del mundo", eso le dije.
Recuerdo nuestros planes de redactar en conjunto una novela sobre la guerra colombo-peruana. Yo le propuse esa idea en la primera carta que le mandé, cruzando todo el Atlántico, le dije: "Tenemos que escribir la historia de la guerra entre Colombia y Perú; en la escuela nos enseñaron a romper filas con un grito: 'Viva Colombia, abajo el Perú'". Él respondió con entusiasmo, y durante un tiempo nos ilusionamos con la idea. Ambos sabíamos que esa historia contenía una riqueza de personajes y eventos que podían ser transformados en un relato épico.
Sin embargo, nuestras respectivas trayectorias literarias nos llevaron por caminos diferentes. Mario se adentró en las profundidades de la política y la sociedad peruana, explorando con una pluma afilada las tensiones y contradicciones de su país. Mientras tanto, yo me sumergí en los laberintos de Macondo, creando un mundo en el que lo real y lo fantástico se entrelazaban sin distinción. Aunque compartíamos una profunda admiración mutua, nuestros enfoques literarios eran tan distintos como nuestras personalidades.
En aquellos años, Mario era un escritor enérgico y apasionado, con una visión clara sobre el papel del intelectual en la sociedad. Su obra, La ciudad y los perros, había sacudido los cimientos de la literatura latinoamericana, mostrando un Perú oscuro y violento que pocos conocían. Yo admiraba su valentía, su capacidad para enfrentarse a la realidad con un estilo tan crudo y directo. A pesar de nuestras diferencias, siempre sentí un profundo respeto por su obra y por el hombre detrás de las palabras.
Nuestra amistad se mantuvo durante años, aunque, como en toda relación intensa, no estuvo exenta de tensiones y malentendidos. Las diferencias políticas y personales nos distanciaron, y ese sueño de escribir juntos quedó en el olvido. Sin embargo, siempre reconoceré en Mario a un hermano en las letras, un hombre cuya obra ha dejado una huella imborrable en la literatura universal.
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