De tal Culebro, tal culebrito

De tal Culebro, tal culebrito 
Por: David Fernández

Un olor a café doble, el sonido del vapor saliendo de la máquina del esspreso y al frente mío, -a pesar de ser un cliché- una caja llena de recuerdos. Nicolas Casanova es quien busca reconstruir una época de oro, él se abandera de una causa que reluce ante la baja calidad en las producciones de televisión actuales. No tiene los 70 años que cumple el fútbol colombiano, tampoco estuvo vivo durante la Asamblea Constituyente de 1991, sin embargo a sus 24 años asumió la osadía de emprender una producción en la que su mayor fuente sería su padre: Hernando Casanova, más conocido como El Culebro.

 Desde su tercer semestre en la Universidad Jorge Tadeo Lozano cursando Cine y Televisión, se vio en la necesidad frente a un medio de trabajo complejo el iniciar un proyecto propio. La idea nace con un papá que desde su niñez lo mantuvo en estudios de televisión, camerinos, producciones y otras veces en la soledad; no era para menos que su opera prima fuera un baúl de recuerdos. Hernando “El Culebro” Casanova es un personaje que para los millenials es irreconocible, por lo que su paso a la historia no debe ser cooptado por un país sin memoria. En él están contenidos los años en que se reunían las familias colombianas alrededor de la televisión en los periodos más ásperos de la violencia en el país.

¿Por qué “el Culebro” para iniciar en la carrera del cine?

La idea nació, no sé ¿Por qué no hacerla? Yo entré a estudiar cine con la idea de que era caro y difícil, y sí, era caro y difícil. Pero más allá es hacerlo, es una actitud. Muchos esperan a graduarse, yo no. Una vez tuve los conocimientos me llegó la inquietud de hacerlo. Tanto cariño que se veía en las plataformas comerciales hacia mi papá y todo el material que tenía de él, porque era casi un ritual ver los vídeos de mi papá, daban para hacer algo con eso. Además, el documental se construyó a partir de la falta de información, me tocó construir esa figura de papá que no tengo. A mi lo que me contaron es que él era en: Don chiche, Los Recochan Boys, El Show de Jimmy, pero eso no era suficiente, yo creía tener un papá tradicional. Fue un redescubrimiento de algo que no era consciente.

Junto a mis hermanos comenzamos a construir la idea de cómo empezar, el tema de reclutar y conectar a los actores y actrices; con uno llegaba el otro, todos se conocían. Uno cuando se enfrenta a un documental que uno dirige y es una historia personal muchas veces lo idolatra, pero no, había que mostrarlo como es. Con su época de rockstar, drogas, alcohol y articular todo lo que lo hace un personaje para el documental. Pensamos en hacer un locu-drama y dramatizado, pero sería mucho más complicado y alejado de lo que queríamos que era mostrar los archivos encontrados. Mostrarlo tal cual.

¿Cómo fue el proceso para conseguir los archivos personales y toda esa documentación de la televisión? ¿De dónde sale esta colección de recuerdos?

Digamos que, Colombia es un país sin memoria. Si se olvidan de tantas cosas, ¿por qué se iban a acordar de mi papá? En ese sentido ese archivo que había era muy desorganizado y algunas fechas no coincidían, algunas cosas estaban, pero otras las dejaban perder y hasta podrir. Fue como buscar las fuentes y corroborar con la familia. A raíz de eso me di cuenta de que aparte de contar la vida de mi papá, estaba la de El Culebro y la televisión colombiana por hacer parte de programas que marcaron mucho a la generación que lo vio.

¿Cuáles fueron los primeros pasos de Hernando Casanova por la televisión?

Pues mi papá vino de Neiva con la idea de cantar. El se iba a presentar en un programa que se llamaba El Club del Clan (1966), era como decir ahora Factor X. De esa generación salieron grandes artistas como Claudia de Colombia o Oscar Golde. Se intentó meter en esa onda pero no cantó muy bien, pero si le dio espacio al lado de la Televisión. El gremio era reducido y lo que él decía es que muchas veces salía con los directores y quienes producían.
Su profesión se forjo empíricamente y se podría decir que en la mimesis, veía cómo actuaban y los guiones que botaban los leía y aprendía. Llegó a tener papeles pequeños pero la oportunidad se la dio Alicia del Carpio con Yo y Tú (1956-1976)  dándole el papel que le marcó la vida con el apodo El Culebro. Fue una época en la que estaba naciendo la industria y se gozó el inicio de la televisión.

¿Aparte de Yo y Tú qué más se rescata del pasó de él por la televisión?

Sus tres pilares fueron Yo y Tú, Don Chinche (1982) que es lo más importante que hizo y el Show de Jimmy. Son tres claves por la innovación, Yo y Tú era un programa realista, sin ficción, se veían muchos reflejados. Con Don Chinche muestra cómo se conformó la sociedad colombiana. Con momentos que son relatos de época, mientras Don Chinche estaba al aire era la época de furor  con Pablo Escobar y entonces funcionaba como un bálsamo para la sociedad y muestra de lo que se estaba construyendo. El Show de Jimmy fue un musical sin precedentes que optó por la comedia promocionada por mi papá. Fueron programas que se mantuvieron al aire por ser innovadores y que nadie más era capaz de poner a competir.

Por relevancia histórica esos tres, pero mi papá también estuvo en novelas buenas por la obtención de premios como Perro amor (1998) y El pasado no perdona (1995) son buenas por ganar cosas.

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