El Joe Arroyo, estética musical del 'sonero de América'
Enviado por Juan Osorio • 14 de Octubre de 2020 • Ensayo • 1.239 Palabras (5 Páginas) • 205 Visitas
EL ‘JOE’ ARROYO: ESTÉTICA MUSICAL DEL SONERO DE AMÉRICA.
Natalia Montes.
Álvaro José Arroyo Gonzáles, mejor conocido como ‘El Joe’, fue un cantautor colombiano, que vivió entre 1955 y 2011. Nació en Cartagena de Indias, en el conocido -gracias a él- barrio Nariño. De muy joven se incursionó en la música, a la corta edad de 10 años ya cantaba en bares de esquina y uno que otro toque en fiestas privadas. Para entender el género en el que transitaba este artista, hay que saber que es una unión yuxtapuesta en lo que conocemos como ‘salsa’ y música ‘tropical’. De esta unión nacería el género en el que el Joe pasaría a la historia musical como una leyenda del folclor caribeño, el ‘Joeson’. Álvaro es conocido por llevar los estilos musicales del Caribe a una escala impensable para los precedentes de éstos. Ganó 12 Congos de Oro -que es un premio entregado en el marco de las carnestolendas barranquilleras a las mejores agrupaciones musicales del Festival de Orquestas-, también consiguió en 2011 el premio Grammy Latino a la excelencia musical.
En 1989, en la ciudad de Medellín, el famoso periodista Ernesto Mccausland entrevistó a este personaje, que se encontraba en la realización de uno de sus discos. Allí, en el estudio, se realizó una entrevista amena, poco convencional y entretenida, en donde el Joe plasmaría la metodología de cómo realizaba su música, así como su estilo a la hora de fabricar contenido musical. Esta entrevista es un material valioso para la apreciación del estilo melódico del ‘Centurión de la Noche’; y, en base a ella y a lo aprendido en clases sobre estética musical, me dispongo a analizar el trabajo del Joe Arroyo y contrastarlo con los contenidos que hemos asimilado.
Como ya lo mencioné, el concepto de Joeson surge de la unión entre música tropical y salsa, dos géneros naturalmente latinoamericanos. El primero puede ser comparado con en el ‘son caribeño’, un estilo musical propio del Caribe y de su contacto con las negritudes africanas; traídas a América por el colonialismo europeo. Este choque intercultural es abordado en el repertorio musical del Joe, donde hace alusión a la realidad negra en el Caribe, y además recoge la herencia rítmica de estas poblaciones. Si uno va a San Basilio de Palenque, y escucha esa tradición musical que celebra la libertad afro, se da cuenta que esos estilos fueron de gran influencia para el artista que estamos analizando. Y que, en mayor medida, representan la importancia del legado del Joe, ya que él absorbe esta cultura y la plasma con sus ideales estéticos; dando así a la cultura afroamericana una reivindicación folclórica que se estaba perdiendo, con la creciente expansión de la cultura occidental y modas establecidas por la globalización del mercado musical.
Para el filósofo musical Eduard Hanslick «Las formas que los sonidos producen no están vacías, sino llenas; no son simples contornos de un vacío, sino espíritu que se plasma interiormente» (Hanslick, 1862). Esta acepción estética planteada por el crítico positivista, abre las puertas hacia los caminos en los que la música tendrá un contenido esencial, dentro de la persona. Contrastando esto con el trabajo del Joe, en su entrevista con Mccausland el artista dice, «nunca hay algo estable en mis grabaciones, porque siempre incluyo algo que me gusta» (Joe, 1989), haciendo alusión claramente a que su música, además de ser una manifestación de la cultura que lo contextualiza, incluye acepciones personales, interiorizadas, que él mismo se encarga de unirlas con las exteriores. Hay que decir, que el Joe no sólo tuvo influencias afrocolombianas; estuvo atraído por géneros como el reggae de Bob Marley o el funk de James Brown.
En el ensayo ‘La doble conciencia de Du Bois, frente al excepcionalísimo latinoamericano: Joe Arroyo, salsa y negritudes’, el investigador estadounidense Mark Sawyer menciona una de las canciones insignes de este artista: Rebelión. Menciona que:
“En contraste con otras canciones de salsa, coloca el cuerpo de la mujer negra conscientemente como un sitio de violencia, opresión y contestación. Línea por línea la canción desafía nociones de una historia colombiana y pone en primer plano la historia de la opresión y la lucha que especifica la historia afrocolombiana. Mientras que el refrán “no le pegue a la negra”, es patriarcal en cuanto a que la mujer negra no tiene voz en la canción y está protegida por los hombres, también es un profundo desafío a la presencia de la mujer negra en la salsa”. (Sawyer, 2012).
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