El ensayo es un género literario que se caracteriza por permitir desarrollar un tema determinado de una manera libre y personal.
Enviado por josue donaldo fernandez elvir • 30 de Octubre de 2016 • Apuntes • 4.050 Palabras (17 Páginas) • 700 Visitas
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Universidad Autónoma del Valle de Sula
Catedrático: Lic. Jesus Rivera
Asignatura: Español
Tema: El Ensayo
Seccion: 1501
Alumnos:
Elias Daniel Altamirano
Denis Duran Bonilla
Fredys Eduardo Bacca Diaz
INTRODUCCION
El ensayo es un género literario que se caracteriza por permitir desarrollar un tema determinado de una manera libre y personal. Comúnmente, las personas escriben ensayos para manifestar alguna opinión o idea, y sin tener que preocuparse de ceñirse a una estructura rígida de redacción o documentarlo exhaustivamente. Para organizar debidamente tus ideas, decide qué te interesa decir y cómo quieres hacerlo. En función de lo anterior (qué y cómo), realiza un plan o bosquejo que visualice la estructura deseada. No pierdas de vista el objetivo de tu ensayo, pues de ello depende también la forma como organices tus ideas. No es lo mismo escribir para tus compañeros que para un periódico, para despertar la conciencia hacia algún problema social o político o para hacer ver alguna curiosidad de la naturaleza.
EL ENSAYO
EL LENGUAJE DEL ENSAYO
A comienzos del siglo XVIII empieza a utilizarse en España el vocablo "ensayo" con la significación, evidentemente tomada del "essai" francés, de "estudio provisional o incompleto de carácter histórico o científico". En un sentido análogo se habían usado antes los términos "experiencias" y "discursos" y hoy, aunque la denominación de "ensayo" se ha generalizado, se emplean también otras. Así, en Ortega y Gasset encontramos "meditaciones", "tratado", "notas", "estudios", "divagaciones"... Toda una lista sugeridora de matices que resulta imposible apresar en una definición de carácter usual.
Se ha dicho que los primeros ensayistas fueron Séneca y Plutarco y que un antecedente de, las formas ensayísticas modernas puede encontrarse en los "quodlibetos" medievales, pero, en realidad, el padre del género literario es Montaigne. Al presentar sus Essais a Madame d'Estissac, escribía: "Y encontrándome totalmente desprovisto y vacío de toda otra materia, me he constituido a mí mismo como argumento y sujeto de mi libro. Es éste un libro único en su clase en el mundo, con un diseño feroz y extravagante". ¿En qué radicaba la novedad y cuál era ese peculiar diseño? Dicho de otro modo, ¿qué actitud ante la realidad y vida reflejaban los Essai y cuál era su concreta forma literaria? Montaigne -dice Américo Castro- trata de "descubrirse a sí mismo" y quiere "describir el sentirse vivir de un hombre".
En consecuencia, todo es puesto en relación con el yo; todo -sucesos, ideas, paisajes, cosas...- es contemplado en su relación con el escritor.
En el plano formal el esquema -según Carballo Picazo- está integrado por tres elementos constantes a todo lo largo de la obra:
- Citas y anécdotas copiadas;
- Reflexiones prácticas;
- Experiencias e impresiones personales.
- Un temario variadísimo es afrontado, dentro de este esquema, con un permanente espíritu crítico subjetivo. Por lo demás, la exposición del pensamiento no sigue un orden lógico, rectilíneo. Montaigne conduce al lector como por un río lento, con meandros, mientras va enlazando asociaciones caprichosas de ideas que más que probar sugieren y dan al lector la sensación de realizar por su cuenta una serie de descubrimientos.
- En el Siglo de Oro español se da un tipo de producción literaria muy cercano a este ensayismo: la llamada "literatura mixta".
- Pero Mexía escribe, según su propia confesión, sin propósito ni orden y habla de todas las cosas "como se me ofrecen o a mí me parece". Sobre esta base, la influencia de Montaigne iba a resultar decisiva en muchos de nuestros literatos: así, en Quevedo, en Feijoo y en Azorín, verdadera alma gemela del escritor francés. Pero el ensayo moderno español, que arranca del siglo XVIII, añade una faceta importante al ensayismo de Montaigne. Porque no se limita a ser el reflejo de la actitud personal del autor ante la vida y su modo de realizarse en ella sino que se proyecta, en una dimensión social, sobre la realidad histórica nacional. Brotó pues, el ensayo moderno —según dice Pedro Salinas- "por preocupación española, el mejor instrumento para pensar en España y sus problemas y para agitar la conciencia nacional". Resulta muy interesante a este respecto el testimonio de Feijoo:
- "Yo tuve, algunos años ha, el pensamiento de escribir la Historia de la Teología, pero, habiéndolo comunicado a algunas personas cuyo juicio me era y es más responsable, me disuadieron de él, representándome que en España había mucha mayor necesidad de literatura mixta, cuyo rumbo había yo tomado, destinada a desengañar de varias opiniones erradas que reinan en nuestra región, y aun en otras, que de la Historia teológica".
La cumbre del ensayismo se alcanza con Unamuno y Ortega. Nadie ha expresado tan agónicamente como el primero aquel sentirse vivo que, según Américo Castro, constituye su esencia. Nadie, tampoco, iba a debelar errores e injusticias con igual fervor y furor. De otra parte, su propensión al lenguaje de tono conversacional, la amplitud y variedad de temas tratados y el afrontamiento que de ellos hace sin un método fijo, le califican como ensayista nato. En cuanto a Ortega, basta reflexionar un instante sobre su tan conocida declaración filosófica "Yo soy yo y mi circunstancia": yo me resumo en todo y todo me resume- para comprender la dimensión ensayística de su credo subjetivo. Siendo estudiante en Alemania, también él, como Feijoo, se planteó el problema de su vocación literaria: ¿se dedicaría a la creación poética o narrativa? "Comprendí -dice- que las circunstancias de mi país necesitaban más del ensayo filosófico que de la novelística".
Fue el propio Ortega quien definió el ensayo como "disertación científica sin prueba explícita". Según Juan Marichal, abarca cuatro puntos:
1. Impulso: autobiografiar sin escribir una autobiografía.
2. Designio: referirlo todo al yo.
3. Alcance: ser instrumento de sugerencia para:
- Anticipar verdades que se formularán después explícitamente.
- Revelar un tema de interés general.
- Precisar y delimitar cuestiones debatidas.
4. Asunto: todo.
La estructura del ensayo es, como ya apuntamos al hablar de Montaigne, abierta. No trata de desarrollar un argumento cerrado sino de abrir caminos de sugerencia. Utiliza, pues, como técnicas propias la alusión y la elusión. Su ritmo interior es reposado, puesto que no camina hacia un vértice en el que resida una clave o prueba explícita.
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