Ensayo sobre la lectura de las 5 competencias de Porter

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DANIEL SALVADOR

Ensayo sobre la lectura de las 5 competencias de Porter

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Día a día, nuevas empresas ingresan al mercado. Estas empresas a veces crecen y se convierten en grandes corporaciones, algunas permanecen pequeñas y otras menos afortunadas terminan por quebrar. A veces sus principales amenazas son inevitables como el tipo de cambio o la economía global, así como gran parte de las veces estas son nuevos competidores que terminan por arrasar a las más viejas gracias a sus innovadoras ideas que cambian junto al mundo mientras que las grandes suelen confiarse y quedarse con sus anticuadas ideas, que terminan por extinguirse junto al resto de todo aquel que se niega a progresar.

En el texto proporcionado por el profesor, se habla sobre el diamante competitivo de Michael E. Porter y las 5 fuerzas que este conlleva. Es un modelo interesante y aplicable en la actualidad, que a los profesores de carreras administrativas parece no cansarles repetir a sus alumnos debido a lo útil que puede ser para analizar el entorno y contexto tanto general como competitivo de una empresa.

Volviendo a los nuevos competidores, creo firmemente que aquellos que logran dar el siguiente paso y se convierten en grandes empresas son dignos de admiración y aplausos, de verdad, ya que contar con recursos menores a los de los peces de mayor tamaño es una ventaja que muchos considerarían injusta (yo no, esos peces son de ese tamaño por hacer las cosas bien así que en mi opinión quien merezca convertirse en una gran compañía se convertirá en una gran compañía eventualmente) y que después de superar distintas barreras que parecerían hacer de la creación y el desarrollo de una empresa algo imposible, logran salir a flote y tomar un lugar en el olimpo de las mejores corporaciones del mundo.

No bastaría con recordar algunas pequeñas empresas que se convirtieron en grandes y terminaron con su competencia pero que primero fueron humildes ofrendas hacia su competencia y esta las dejo pasar como si nada,  para demostrar cómo es que muchas veces aunque pareciera que tenemos el viento en contra podemos llegar a donde queramos si creemos en nuestra idea y la alimentamos correctamente. Existe el famoso caso de Netflix, quien primero fue presentado a Blockbuster solamente para ser rechazados y luego dejar a Blockbuster en quiebra con su innovador modelo. Ejemplos así hay muchos, pues grandes empresas parecen pensar que el éxito es una carrera cuya meta es alcanzable cuando en realidad son aquellas empresas las que fracasan por dejar de seguir adelante y se infectan de soberbia al grado de pensar que serán inmortales. Evolucionar e innovar no son opciones, son obligaciones (si te quieres mantener dentro del campo de batalla empresarial, claro).

Este caso de Netflix y Blockbuster es solamente uno de muchos casos en los que un producto sustituto acaba con otro pero al mismo tiempo es un ejemplo de nuevos entrantes ya que comenzó como una pequeña empresa que creció hasta ser el monstruo que es ahora.

El consumidor y el proveedor son dos elementos fundamentales dentro de la competencia, pues estos son los que definen el curso de un producto. El consumidor es aquel que toma la decisión de adquirir un bien o servicio después de evaluar las alternativas y el proveedor es aquel que da los componentes necesarios para la producción de estos. Sin materiales para producir y sin compradores a quienes vender, no hay nada que hacer (literalmente). Nunca le mientas a tu consumidor. “El consumidor no es un tardo, es tu esposa.” –David Ogilvy

En una gran porción de las veces el consumidor juega el rol decisivo de ayudar a una empresa a crecer o a caer. Un consumidor leal siempre estará dispuesto a defender a la empresa que tiene la ideología en la que él cree, mientras que errores y mentiras producirán desconfianza y harán que este se vaya descontento para siempre.

Es muy resonado el caso de Volkswagen de hace no mucho tiempo en el que se descubrió que su sistema en beneficio del medio ambiente supuestamente instalado en todos sus automóviles era una farsa, creando así desconfianza en los clientes y haciéndoles apartarse de la marca para siempre.

Tenemos también el recientísimo caso del Pokémon Go. Éste es un juego para dispositivos móviles que consiste en atrapar a monstruos virtuales basados en los personajes creados por Nintendo a través de localización por GPS. El valor de las acciones de Nintendo se fue a los cielos en un principio, pues la gente estaba segura de que después de una mala racha de Nintendo, estos volverían a ser la más grande empresa de videojuegos del planeta.

Un par de semanas después, la acción de Nintendo se desplomó en casi un 30%. ¿La razón? Muy sencilla; la gente estaba segura de que Nintendo tendría ganancias millonarias gracias a su nuevo e innovador juego, pero sorpresa: el creador de este viral y único juego no es Nintendo, sino que Niantic, quienes adquirieron el permiso para poder utilizar los personajes del distintivo juego de la japonesa Nintendo para realizar el juego que se convertiría en el tema de conversación de todo el mundo durante un tiempo. ¿A qué voy con todo esto? Pues bueno, el consumidor es el que al final toma las decisiones sobre el curso de la empresa. Nintendo es una marca que ha generado mucha desconfianza después de fracaso tras fracaso ante las ahora líderes del mercado de videojuegos, Microsoft (XBOX) y Sony (PlayStation), y que una vez que la gente se dio cuenta de que este juego (Pokémon Go) no era propiedad de Nintendo, perdió la confianza rápidamente en la empresa de nuevo y muchos terminaron por vender las acciones que habían adquirido.

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