José de la Cuadra Vargas

José de la Cuadra Vargas nació en Guayaquil el 3 de septiembre de 1903 y creció en una familia de economía ajustada.

Realizó sus estudios en su ciudad natal, y en 1921, finalizó el bachillerato en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, del que sería vicerrector más adelante. Además, en 1929, se graduó de abogado en la Universidad de Guayaquil.

Fue profesor, bibliotecario y catedrático en la Universidad de Guayaquil y ejerció varios cargos públicos y diplomáticos, entre ellos subsecretario de Gobierno, secretario general en administración pública, visitador consular y delegado del Gobierno para el estudio de leyes.  

Escribe desde la adolescencia y forma parte de varias revistas literarias en las que publica poemas, artículos, cuentos, inicialmente bajo la influencia del modernismo.

Durante los años veinte, colaboró en varios medios impresos, en los que escribía son su nombre o con seudónimos.

Años más tarde, por la década de los 30s, su estilo se fue separando progresivamente del modernismo y se orientó hacia el realismo social, esto debido al interés que tenía en la idiosincrasia del campesino del agro costeño, mundo al que se acercó especialmente por su profesión de abogado, José de la Cuadra desarrolló su profesión tanto en Guayaquil como también en pequeñas comunidades campesinas de la costa, razón por la cual, despertó en él un interés hacia la forma de vida montubia, es por esto que en su literatura intenta reproducir la mentalidad, los mitos, el lenguaje y la problemática que se presentaba en aquella forma de vida, es así que tuvo presente la tragedia social y vivencial de los ecuatorianos, con la que estuvo sensibilizado gracias a su postura política izquierdista.

Sus cuentos y escritos fueron adquiriendo reconocimiento hasta que en la década de los 30 ya era considerado como el mayor exponente del cuento ecuatoriano.

Formó parte del Grupo de Guayaquil, y entre ellos fue considerado el más grande en cuanto a talento.  

Finalmente, falleció a sus 37 años, el 12 de febrero de 1941 en la ciudad de Guayaquil, sin dejar bienes, en plena actividad literaria, cuando planeaba escribir dos biografías, una sobre el general Eloy Alfaro y otra sobre Pedro Montero, ambos caudillos liberales del Ecuador.

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