Mathias Goeritz

Mathias Goeritz

Mathias Goeritz Brünner nació en el año de 1915 en Danzig Polonia, ciudad portuaria antes  disputada entre polacos y alemanes. Fue el segundo en una familia protestante,  culta y “económicamente deshagoda”. Cuando era muy pequeño su familia se mudó a Berlin, donde vivió hasta 1941 gracias al nazismo.

        Su domicilio se encontraba en un barrio elegante (Charlottenburg) y ahí concluyó el Abitur, que a nosotros equivaldría a bachillerato.

“…Por parte de mi madre provengo de una familia de pintores, pero mi verdadera inspiración fue mi padre. A través de él entré en contacto con muchos artistas de Berlín, porque siempre estaba relacionado de alguna forma con las artes plásticas. Mi padre murió cuando tenía 16 años, pero de alguna manera me dejó eso, e insistía que era importante que nosotros los niños fuéramos al museo, y aunque yo no entendía mucho de eso, algo se me fue quedando; la alegría de algún detalle, un buen concierto. Y el embrollo que finalmente salió de ahí, soy yo.” Mathias Goeritz

Su madre lo introdujo a la carrera de medicina, pero él la desertó. Estudió paralelamente en la Escuela de Artes y Oficios de Berlín-Charlottenburg, como en la Universidad Friedrich Wilhelm. Ambas instituciones le dieron los conocimientos teóricos y prácticos que le servirían para llegar a ser el artista que sería.

Mathias Goeritz tuvo un doctorado en historia del arte y arqueología, y su tesis fue sobre un pintor sajón; Ferdinand Von Rayski Und die Kunst des Neunzhenten Jahrhunderts. Esta es una profunda investigación sobre el pintor. Goeritz habla sobre cómo es uno de los principales precursores del impresionismo. Ya en México, Goeritz también sería considerado precursor de una corriente plástica vanguardista; el minimalismo.

Ahora seguiremos con la opinión de dos importantes críticos; Gregory Battcokf habla sobre la escala en las obras de Goeritz y como así sus esculturas se acercaban al estilo escultórico llamado arte minimalista. Por otra parte Jack Burnham habla sobre el Museo de El Eco, y como lo considera un espacio profético.

En su tesis  Goeritz recalca la monumentalidad de las obras del pintor investigado, esto después se manifiesta en su obra arquitectónica y escultórica en nuestro país. Relacionado con esto, Mathias Goeritz recién llegado a México, visitó Teotihuacán con la recomendación del pintor Chucho Reyes. En su visita, junto con Luis Barragán aprendió de la monumentalidad; para él antes la monumentalidad no tenía que ver con el tamaño de la obra, pero al haber visto la pirámide del Sol, cambió de opinión.

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