Santo Domingo de Guzman

Prediquemos con los pies descalzos junto a Domingo de Guzmán

“Tened caridad, conservad la humildad, poseed la pobreza voluntaria”. Santo Domingo de Guzmán

Nacido en Caleruega entre 1173 y 1175, es sin duda un Genio enviado por el Espíritu Santo a la iglesia para echar a andar el Evangelio de Cristo con fuerza y coherencia. Todo a su manera con su sello, de manera autentica y con humildad tal y como lo había predicado y vivido Jesús.

Su madre la Beata Juana de Aza, supo desde su sueño durante su embarazo, que el hijo que llevaba en su vientre, estaba destinado para servir a Dios y que haría grandes cambios en la iglesia, sería Domingo quien llevaría la palabra del Señor en sus manos  cual flava ardiente que nunca se apaga.

Para remediar los males que la ignorancia religiosa producía en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores. En septiembre del mismo año, llega de nuevo a Roma en segundo viaje, para asistir al Concilio de Letrán y solicitar del Papa la aprobación de su Orden, como organización religiosa de Canónigos regulares. El 22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores.

En la Fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la Orden, celebrado en Bolonia. En él se redactan la segunda parte de las Constituciones. Un año después, en el siguiente Capítulo celebrado también en Bolonia, acordará la creación de ocho Provincias. Con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, tras breve enfermedad, murió el 6 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234, su gran amigo y admirador, el Papa Gregorio IX, lo canonizó.

La influencia de su familia sobre todo de su madre, fue un pilar importante en el camino de Domingo de Guzman, formando su fe le ayudó a elegir mejor su camino y lo que quería hacer, ya que desde muy pequeño vio y sintió el sufrimiento de los más pobres, “Yo no pienso estudia sobre pieles muertas mientras mis hermanos se mueren de hambre”. Se hizo amigo de Diego de Osmo, juntos hicieron realidad el anhelo de Domingo y fundaron su orden de predicadores, enviaron frailes a predicar por todo el mundo llevando la palabra de Dios, al fallecer Diego de Osmo, Domingo le agregó algo a la congregación: el ir a predicar con los pies descalzos tal y como Jesús lo hizo.

Santo Domingo de Guzman, fue un verdadero cristiano entregado fielmente a la causa de Dios, dispuesto a predicar y no solo con palabras, sino con el ejemplo, cualidad que él consideraba muy importante; cualidad que todos los santos dominicos tienen y predicaron, cualidad que como integrantes de su orden debemos poner en práctica. Recordemos siempre sus enseñanzas, “Es inútil tratar de convertir a la gente con la violencia. La oración hace más efecto que todas las armas guerreras…” asi que continuemos en su camino con humildad y resiliencia reflejemos los colores negro y blanco de nuestra congregación, muerte y resurrección, renazcamos como dominicas y salgamos a predicar con los pies descalzos.

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