Alejandro Casona
Enviado por fersantamaria • 4 de Diciembre de 2011 • 416 Palabras (2 Páginas) • 803 Visitas
Alejandro Rodríguez Álvarez (Besullo, 1903 - Madrid, 1965) Comediógrafo español, autor de un teatro de ingenio y humor que mezcló sabiamente fantasía y realidad. En este sentido, la suya está considerada una obra de carácter neosimbolista que procura la evasión, aunque observando siempre un tono experimental. Su producción, poéticamente rica, no empleó la construcción en verso.
Cursó estudios en las universidades de Oviedo y Murcia, y en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. Se inició en el mundo teatral dirigiendo una compañía de aficionados, el Teatro de las misiones pedagógicas, formada por los alumnos del instituto del Valle de Arán, del que era profesor. La enseñanza constituyó, ciertamente, una faceta importante en la primera etapa de su vida, ya que fue nombrado inspector de Enseñanza Primaria durante la República, y publicó una primera obra de teatro infantil, “El pájaro pinto”.
Después de una breve incursión en el campo de la poesía “La flauta del sapo” (1930), en 1932 publicó “Flor de leyendas”, colección de leyendas clásicas y medievales, que le valió el Premio Nacional de Literatura; en 1934 decidió dedicarse por completo a la dramaturgia, y con “La Sirena varada” recibiría el Premio Lope de Vega.
Su teatro rompió los moldes estilísticos establecidos en la época, e introdujo nuevas ideas para conformar sus personajes, tales como la investigación psicológica y la fantasía. La gran preocupación del autor fue dotar en todo momento de una gran dimensión poética a su teatro. Antes de la guerra civil publicó dos obras: “Otra vez el diablo”, en 1935, y “Nuestra Natacha” en 1936, obra que ya apuntaba sus inquietudes políticas de reforma social.
Al inicio de la confrontación civil, Alejandro Casona se trasladó en primer lugar a México, donde publicó “Prohibido suicidarse en primavera” (1937), en la que introdujo su tema favorito de la casa de los sueños como lugar en el que las ilusiones y la realidad se confrontan. Posteriormente, se estableció de forma definitiva en Buenos Aires, desde donde cosechó un gran éxito internacional. En el exilio maduró su expresión, y dominó perfectamente los recursos teatrales.
Tras su tardía vuelta a España, en 1963, aún le dio tiempo a estrenar su última obra, “El caballero de las espuelas de oro” (1964), en la que trataba sobre la figura de Quevedo.
Carente en ocasiones de auténtica fuerza dramática, sus valores teatrales y literarios, así como poéticos y humanos, lo destacan no obstante como uno de los grandes autores de la escena española e iberoamericana del siglo XX.
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