ACERO AL CARBONO

CARAZO MONREAL JOSE MANUEL                                        09-OCTUBRE-2018

PEREZ TOLEDO RICARDO

RAYÓN GONZÁLEZ FELIX

ACERO AL CARBONO

El acero al carbono (acero dulce) es el acero más propenso a la corrosión y, por lo tanto, el menos costoso de los metales que habitualmente se perforan. El carbono es un acompañante que puede interactuar con la estructura cristalina del hierro de acuerdo a la cantidad de velocidad de enfriamiento, deformándola en mayor o menor grado y con esto haciendo el material final más o menos duro y/o resistente.

Cuando el hierro está aleado con el carbono en proporciones menores que el 2% de carbono se denomina acero al carbono. La proporción de carbono y el tratamiento térmico del acero determinan sus propiedades, en cuanto a dureza y resistencia mecánica, por lo que una gran parte del acero se fabrica con un estricto control de contenido de carbono y se somete a tratamiento térmico posterior, para darle las cualidades apropiadas de acuerdo a su futuro uso. El acero es fabricado en hojas o bobinas laminando con rodillo hasta conseguir el espesor deseado mientras el acero está todavía caliente, o después de que se haya enfriado. Es uno de los metales más útiles debido a su gran abundancia en la corteza terrestre (constituyendo más del 5% de esta, aunque rara vez se encuentra en estado puro, lo más normal es hallarlo combinado con otros elementos en forma de óxidos, carbonatos o sulfuros) y a que se obtiene con gran facilidad y con gran pureza comercial.

Una parte importante del acero producido se dirige a la construcción de estructuras; en el caso de la construcción en acero se usan elementos tales como perfiles unidos mediante conexiones empernadas o soldadas, dos usos principales son el hormigón armado y construcción de acero. Además de la construcción civil existen diversas aplicaciones del acero en la construcción mecánica tales como máquinas, partes móviles de automóviles o camiones (ejes, pasantes), otro uso importante son los cascos de los buques, los tubos de las bicicletas, los clavos, los alfileres, las cerraduras de las puertas, los asientos de las clases y muchos objetos más que utilizamos diariamente. En la mayoría de los casos se utiliza el acero tal como viene de las acerías, sin darle ningún tratamiento térmico especial, ya que posee propiedades físicas y mecánicas muy apreciadas y de la más amplia variedad.

La importancia que ha demostrado tener el acero al carbono a lo largo de la historia de la arquitectura se basa en la facilidad que demuestra para adaptarse a diferentes ambientes, ya que es altamente versátil y adaptable; resistente y manejable; auxiliar en la eficiencia en los tiempos de construcción; útil para que las constructoras creen proyectos en zonas muy urbanizadas o congestionadas donde las condiciones son muy indiferentes para dicho material; adaptable para las construcciones de edificios con capacidad de crecimiento o movimiento de cargo.

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