Ahorro De Energia
Enviado por williamdaniiel • 16 de Julio de 2014 • 1.866 Palabras (8 Páginas) • 238 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria
Instituto Universitario de Tecnología Agro-Industrial
Programa Nacional de Formación
Ingeniería Eléctrica
AHORRO DE ENERGÍA
El rápido desarrollo tecnológico que se ha dado en los últimos años ha mejorado de forma notable nuestra calidad de vida, pero también ha propiciado un incremento importante en el consumo de energía eléctrica. La mayor parte de esta energía se obtiene mediante el uso de combustibles fósiles que, al quemarse, emiten gases tóxicos afectando directamente al medio ambiente.
El hombre se ha valido de múltiples servicios que le han proporcionado confort, tal es el caso de la energía eléctrica que ha tenido un papel en el desarrollo de la sociedad porque permite el avance de la tecnología en la vida moderna, y a su vez ofrece equipos que brindan recreación, entretenimiento y comodidades, demandando mayor cantidad de energía, como lo son los electrodomésticos, los aires acondicionados, etc., que en el ámbito residencial representan un papel primordial, ya que cada día son más necesarios para facilitar las labores tanto en el hogar como en el trabajo.
Estos adelantos han hecho que el consumo de energía eléctrica en las ciudades hayan tenido un aumento paulatino en los últimos años, caracterizándose principalmente en que la sociedad moderna es creciente y altamente tecnificada y continúa en la búsqueda de la comodidad, en el desarrollo y el crecimiento en todos los aspectos. Esto se constituye en un factor bastante preocupante hoy en día, ya que es vital para la sociedad moderna, porque representa la sangre que hace mover los brazos de la tecnología y el desarrollo del mundo. Y es donde se debe poner de manifiesto la necesidad de reflexionar y pensar en no malgastar el uso de la energía eléctrica.
La electricidad debe ser generada, transportada, distribuida, medida y facturada, pero todo este proceso requiere de un sistema eléctrico que debe mantenerse al día, donde se incluye personal especializado y alta tecnología en materiales y equipos, es de suma importancia el disponer de un sistema de distribución eléctrica que brinde cierta confiabilidad, continuidad y seguridad a las personas que habitan las viviendas.
Sabido es que la crisis energética nos está afectando y el descontento que produce la racionalización energética que, lamentablemente puede llevar al desempleo masivo por falta de producción industrial, no nos permite reconocer, cuánta energía malgastamos cotidianamente, a veces mucha más de la necesaria. Más allá de la crítica situación en que nos encontramos, quizás sea esta una buena oportunidad para adoptar conductas más racionales con respecto a la energía que estamos acostumbrados a derrochar.
Podemos preguntarnos qué tienen en común la lamparita del baño que quedó prendida durante toda la noche, y el proceso de recalentamiento que afecta al planeta. A primera vista, nada. Parecen dos hechos no relacionados, pero no es así, pues ese derroche energético está directamente ligado con la degradación del ambiente.
Como ya sabemos una de las principales maneras de generar energía eléctrica es quemar gas, petróleo y carbón. Y esto produce además de electricidad, gases y compuestos químicos que van a parar a nuestra atmósfera. Son estos gases y moléculas de desperdicios los principales impulsores del fenómeno del cambio climático y deterioro ambiental.
Por eso la protección de los ecosistemas depende en buena parte del ahorro de energía eléctrica y técnica, que hagamos.
El Dióxido de Carbono, principal responsable del calentamiento global, no es la única amenaza que sale por las bocas de las chimeneas. Cuando una termoeléctrica “fabrica” electricidad quemando hidrocarburos, también produce compuestos como óxidos de nitrógeno y de azufre. Ambas familias de sustancias están vinculadas con la aparición de la “lluvia ácida”, que ataca de manera directa a los árboles y jaquea la propia supervivencia de los bosques.
Esta mala relación entre “alto consumo energético”, y daño al medioambiente saltó a la vista en tiempos recientes.
La arquitectura no resulta ajena al desperdicio de energía. Muchos edificios tienen sus ventanas orientadas hacia el sur, en lugar del norte y el este, lo que impide aprovechar la energía solar correctamente. Además, se debe tener en cuenta que por las rendijas de puertas y ventanas se escapa un importante porcentaje de calefacción o aire acondicionado.
En pocas palabras, usar racionalmente la energía eléctrica en una casa, oficina, o fábrica, no sólo es una manera inteligente de bajar la cuenta de luz y ahorrar dinero, sino también de reducir la emisión de gases de invernadero. Y eso resulta indispensable para la salud de nuestro ya demasiado maltratado planeta.
El consumo energético en nuestro país es un tema que ha alarmado a los estudiosos de este tema en los últimos años ya que las consecuencias de dicho suceso pueden ser catastróficas en un futuro no muy lejano, y para esto resulta imprescindible que la educación en materia de ahorro de energía comenzara a impartirse en nuestras escuelas. Sin embargo, es fácil percibir que algo se está malgastando cuando se observa una llave que derrama agua, combustible, petróleo, etc., pero cuesta percibir que está sucediendo igual cuando se deja encendida una lámpara y no se utiliza la luz, se tiene la radio y no se escucha, el televisor y nadie lo ve y el calentador de agua funcionando mientras se está planchando o leyendo el periódico.
Es necesario destacar en nuestros grupos escolares que ese enchufe donde se conectan los equipos, es el producto de grandes fuentes de generación y para que llegue hasta un hogar debe: ser originada en grandes y costosas plantas, en el mismo instante en que se requiera; transportada hasta los centros poblados, recorriendo muchos kilómetros y utilizando inmensas torres, transformadores y cantidades
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