CAMBIOS EN LA CIRCULACIÓN DE AGUAS PROFUNDAS

CAMBIOS EN LA CIRCULACIÓN DE AGUAS PROFUNDAS

  Pruebas en sedimentos de aguas profundas y modelos de ordenador indican que los cambios en el patrón global de circulación en aguas profundas pueden afectar el clima dramáticamente y abruptamente. La circulación en el Atlántico Norte, que proporciona una importante fuente de aguas profundas, es particularmente sensible a estos cambios.

Lo que impulsa la circulación de aguas profundas es el hundimiento de las aguas superficiales frías, densas en las latitudes altas, especialmente en el Atlántico Norte. Si las aguas de superficie dejan de hundirse porque son demasiado calientes y por lo tanto de baja densidad, los océanos se absorben y redistribuyen el calor de la radiación solar con mucho menos eficiencia. Esto probablemente provocaría incluso temperaturas de agua de la superficie y temperaturas de tierra mucho más altas de lo que ahora se experimentan.

Numerosos estudios científicos sugieren que la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera cambiará la circulación oceánica. Una manera en que esto podría suceder es que las temperaturas más cálidas del aire aumentarán la velocidad en que se funden los glaciares en Groenlandia, formando una piscina de agua superficial dulce de baja densidad en el océano Atlántico Norte.

Esta agua dulce podría inhibir el hundimiento que genera el agua profunda atlántica norte, reorganizar los patrones de circulación global y causar un correspondiente cambio en el clima. Muchos expertos en clima advierten que una salida grande de agua dulce de Groenlandia podría tomar el sistema de corrientes del Atlántico norte a un punto de inflexión, provocando la rápida reorganización de las corrientes de aguas profundas y cambios relacionados en el clima. De hecho, la evidencia sugiere que un arrebato de un lago de hielo contenido norteamericano inundó el Atlántico norte con agua dulce hace unos 8000 años causando el cambio climático global rápido. Este evento puede ser el tipo de escenario que el Atlántico Norte podría experimentar de nuevo debido a la mayor precipitación y el derretimiento de los hielos.

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La película el día de mañana representa el cambio climático rápido como resultado de alteraciones en la circulación de aguas profundas. ¿Esto podría realmente suceder?

Aunque las películas de Hollywood son conocidas por la dramatización, lo interesante de esta película de blockbuster de 2004 es que su argumento se basa en descubrimientos científicos recientes: la circulación de aguas profundas de los océanos contribuye a impulsar a las corrientes del océano en todo el mundo y es importante para el clima mundial. De hecho, una fuerte evidencia sugiere que la circulación de aguas profundas del Atlántico Norte ya se ha debilitado y podría debilitarse aún más durante este siglo, dando por resultado efectos desagradables en nuestro clima pero ciertamente no tan rápido o tan catastrófico como la situación retratada en la película. Modelos computarizados sugieren que el continuo debilitamiento de la circulación de aguas profundas del Atlántico Norte tendrá como resultado un enfriamiento a largo plazo, particularmente sobre partes del norte de Europa.

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