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De coches voladores y el índice en declive de ganancias


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2021  •  Apuntes  •  1.138 Palabras (5 Páginas)  •  126 Visitas

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De coches voladores y el índice en declive de ganancias

SÍNTESIS

  • El escritor se pregunta porqué en el 2015 no hemos visto coches voladores por las calles, bases lunares o cañones de rayos láser, algo que se daba por hecho en los años 50 del siglo XX. Sostiene que, por alguna extraña razón, el progreso acelerado de los años 50 se estancó en los 80 y 90 y lo más que tenemos ahora son microondas, tablets y teléfonos inteligentes. 
  • El autor señala que el argumento de El Shock del Futuro "es la esencia misma del pensamiento conservador. El progreso siempre se ha presentado como un problema a resolver”. Toffler defendia la sensación de que la tecnología estaba llevando a los humanos al borde de una gran ruptura histórica, "el mismo miedo a la fractura social y, en realidad, la obsesión de la necesidad de conservar papel de la maternidad y la familia tradicional".
  • Estados Unidos y la Unión soviética se vieron enredados en un mito de un futuro desmedido y en propagación, de la colonización humana de vastos espacios vacíos, lo que ayudaría a convencer a los líderes de ambas superpotencias de que habían entrado en una nueva «era espacial» como acredita el autor, la que, en definitiva, luchaban por el control del futuro.
  • El autor habla de como entre 1750 y 1950 surgieron periódicamente nuevas fuentes de energía, y que lo lógico sería que fuesen ido surgiendo a lo largo de la época numerosos más sin embargo esto no fue así, desde entonces, la mayoría de los supuestos avances tecnológicos han tratado de, o bien inteligentes nuevas maneras de combinar tecnologías ya existentes o bien nuevas maneras de poner al alcance del consumidor estas ya presentes.
  • Se hace referencia a como Gingrich tenía otro gurú George Gilder, también estaba obsesionado con la relación entre tecnología y cambio social pero mucho más optimista. Según él, la vieja sociedad industrial y materialista, en la que el valor procedía del trabajo físico, estaba desapareciendo ante una era de la información en la que el valor surgía directamente de la cabeza de los emprendedores.
  • Vuelve a resaltar como aquellos fenómenos tecnológicos que habíamos anticipado nunca llegaron a existir. Estos factores se dividen en dos grandes grupos. Uno es ampliamente político, y tiene que ver con las redistribuciones de inversiones para investigación; el otro es burocrático: un cambio en la naturaleza de los sistemas que administran la investigación científica y tecnológica.
  • Marx y Engels creyeron en la tendencia de las fuerzas productivas, tendencia, o mas bien, la propia necesidad del capitalismo de cambiar continuamente, lo que acabaría suponiendo su final, ¿pero es posible que tuvieran razón? La competencia fuerza a los propietarios de las fábricas a mecanizar la producción, a fin de reducir costes salariales, pero si bien esto es una ventaja a corto plazo para la compañía, el efecto general de dicha mecanización es bajar el ritmo de ganancias general de todas las empresas iniciando consigo lo que sería el posible el índice de declive de ganancias.
  • Hay razones para creer que el ritmo de innovación tecnológica en los procesos productivos (las fábricas) había comenzado a decaer considerablemente. Lo que hacía que pareciese otra cosa eran, en gran medida, los efectos colaterales de la rivalidad entre los EE.UU y la Unión Soviética
  • En primer lugar, la cantidad de investigaciones realmente creativas del sector privado ha ido en declive prácticamente desde los años cincuenta y sesenta, que realmente se debe a un cambio de regímenes impositivos.  ante la alternativa de gastarse esos millones pagando sueldos más altos a sus trabajadores e o dejar que el gobierno se apropiara de ese dinero, se eligió de manera evidente.
  • Según como dicta el autor, la razón más inmediata de que no tengamos fábricas robotizadas es que, durante las últimas décadas, la inversión en robótica se ha canalizado a través del Pentágono, más interesado en descubrimientos que puedan llevar a la invención de drones no tripulados que a minas de bauxita completamente automatizadas o robots jardineros
  • Sin embargo, incluso esos campos de la ciencia y la tecnología que sí recibieron inversiones a gran escala, no han dado los descubrimientos originalmente esperados ya que la progresiva disminución de la amenaza soviética permitió un reordenamiento de los recursos ya que dejaron de desafiar los estatus sociales y económicos. Él cambio evitende de prioridades excuso de retirada de los grandes proyectos y pero en realidad implicaba un cambio en la orientación de la investigación dirigida por el gobierno, alejándose de programas como la NASA hacia un enfoque aún más intenso en las tecnologías militar, médica y de la información. A pesar de esto, como señala el autor “todo esto es cierto, pero no puede explicarlo todo”- ya que no se puede explicar por qué incluso en aquellos sectores que fueron bien financiados no hemos llegado a ver nada parecido a los avances que preveíamos hace cincuenta años.

 

  • El autor no considera un problema de que las sensibilidades burocráticas hayan asfixiado todo tipo de visión creativa e ingenio colaborativo. Sino que ha resultado en una extraña inversión entre medios y fines, en que la creatividad se pone al servicio de la administración en lugar de ser al revés.

  • Me ha dejado claro que la invención y la auténtica innovación no ocurrirán dentro del marco del capitalismo corporativo contemporáneo, o, más probablemente, de ningún tipo de capitalismo. Se está viendo cada vez más claro que para poder colocar cúpulas en Marte o cualquier tipo de proyecto de innovación endremos que deliberar un nuevo sistema económico totalmente diferente. Acabando con las estructuras burocráticas podremos conseguirlo. Y si realmente acabamos teniendo robots que nos hagan de todo tendremos que asegurarnos de que sea lo que sea que reemplace al capitalismo se base en una distribución de riquezas y poder mucho más igualitaria.

REFLEXIÓN CRITICA

Personalmente este capítulo me ha servido de gran reflexión y me ha hecho recapacitar sobre los tiempos que vivimos. El autor que nos arma de argumentos en el debate presente sobre el cambio de modelo y que nos señala el camino hacia un mundo mejor y más justo. Donde nos hace dudar sobre ese afán por regular, imponer normas y burocratizar todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. Y hasta qué dónde nos repercute en nuestra vida toda esa serie de formularios, procedimientos e investigaciones fallidas. David Graeber expone múltiples formas con las que la burocracia se interviene en nuestro día a día y sus consecuencias. También haciéndose presente ese sentimiento de engaño que han tenido las generaciones pasadas, enterrando entre tantos el sueño de la carrera espacial, y cómo los futuros con coches voladores y trabajos físicos realizados por robots con el que crecieron acabaron derribando en un desarrollo tecnológico orientado principalmente a la disciplina y el control social.

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