EXPLORACIÓN CLÍNICA DEL APARATO RESPIRATORIO - NARIZ
Enviado por santiago hdz • 11 de Agosto de 2019 • Ensayo • 1.551 Palabras (7 Páginas) • 267 Visitas
“EXPLORACIÓN CLÍNICA DEL APARATO RESPIRATORIO - NARIZ”
Introducción
El tema a desarrollar es la exploración clínica del aparato respiratorio junto al paciente, en este caso se hablará sobre la nariz principalmente, pero, no hay que olvidar que el aparato respiratorio se conforma por fosas nasales, faringe, laringe, tráquea, pulmones, bronquios, bronquiolos y sacos alveolares.
En específico, se hablará de la nariz de los caninos. Ya que evaluando su flujo nasal, temperatura, humedad, aire espirado, ruidos anómalos y, llevando a cabo una exploración externa y de las fosas nasales nos puede ayudar a formar un diagnóstico para el paciente.
Así que para ayudarnos a entrar en el tema debemos de describir un poco cómo está compuesta la nariz de los perros.
El aire inspirado penetra por la cavidad nasal, la cual está dividida en dos cavidades simétricas por un tabique intermedio. Dichas cavidades contienen cada una un cornete superior y uno inferior.
La nariz es muy poco o nada movible y constituye a la llamada trufa, zona generalmente pigmentada y húmeda que representa el papel de intermediario entre el ambiente externo, el aire y el aparato respiratorio más profundo.
La funcionalidad de la cavidad nasal además de la olfatoria, es el calentamiento y filtrado del aire inspirado que pasa a través de un sistema de pasadizos estrechos entre los cornetes, los meatos dorsal, medio y ventral, en los que éste último está limitado por un canal cartilaginoso, el meato nasofaríngeo, hasta llegar a la abertura nasal posterior.
Durante el movimiento del aire a través de la cavidad nasal, el primero se calienta hasta alcanzar aproximadamente la temperatura corporal del perro y si humedad relativa se incrementa en 95%.
Si el aire no se acondicionara de esta manera, la mucosa respiratoria se resecaría y sus cilios dejarían de funcionar, facilitando así el desarrollo de infecciones.
Desarrollo
La exploración física (audiovisual) de la respiración debe evaluar su frecuencia, ritmo, tipo, profundidad, simetría de los movimientos de la pared torácica y disnea (inspiratoria y espiratoria).
La frecuencia respiratoria normal de un perro es de 15 a 50 respiraciones por minuto. Y debe hacerse una interpretación de los patrones respiratorios anormales, ya sea rápida y profunda; lenta y profunda; rápida y superficial; lenta y superficial; respiración de Cheyne-Stokes.
Valorizaremos el ruido o vibraciones audibles: su frecuencia (midiendo el número las vibraciones por unidad de tiempo siendo ruidos graves o agudos); su intensidad (por amplitud de las vibraciones, fuente de producción de energía, distancia que atraviesan las ondas y el medio por donde éstas atraviesan); y así como la duración (si aumenta o disminuye).
Podemos clasificar e interpretar los ruidos respiratorios como:
- Normales: ruidos suaves a modo de soplo, más largos e intensos durante la inspiración que en la espiración, audibles sobre la tráquea y pulmones, y se pueden auscultar con claridad sobre la laringe, tráquea y pulmón.
- Anómalos:
- Estertores: de duración corta, no musicales y discontinuos.
- Subcrepitantes: sonoros de corta duración, no musicales.
- Crepitantes: más cortos que los estertores, menos intensos y más agudos.
- Sibilancias: ruidos continuos musicales como silbidos.
- Ruidos de rose pleural: semejantes al ruido de papel de lija rechinante.
- Ruidos anómalos transmitidos de las vías respiratorias altas: audibles por auscultación sobre la tráquea.
Pero también vemos cómo el perro lleva a cabo:
- Tos: reflejo que se inicia con la estimulación irritante de fibras nerviosas sensoriales del sistema respiratorio. Puede ser productiva o no productiva.
- Estornudo: exhalación forzada de aire mediada por un reflejo central que intenta limpiar la nasofaringe y que se inicia por estímulo de la mucosa nasal. También puede ser invertido, es decir, con esfuerzos espásmicos inspiratorios (enfermedad nasofaríngea o de los senos paranasales).
Igualmente se debe inspeccionar y explorar el aliento de los ollares, las descargas nasales, las mucosas nasales, la permeabilidad de las cavidades nasales y la exhalación nasal. Revisando si las descargas nasales son unilaterales o bilaterales, si son escasas o profundas, continuas o intermitentes, serosas, malolientes, mucoides, mucopurulentas, serosanguinolentas o hemorrágicas.
Las glándulas exocrinas son las que mantienen la impermeabilización, temperatura, grado de humedad y la protección para evitar agresiones externas que desestabilizarían la estabilidad del interior, como la temperatura, humedad y la radiación solar, así como parásitos u otros agentes externos.
Las condiciones que debe tenerse en cuenta son la pigmentación ausente o incompleta de la trufa, como la sequedad o presencia de materiales patológicos que salgan de la cavidad nasal y ensucien la región.
La trufa no posee glándulas propias locales, pero se mantiene húmeda gracias a la desembocadura de las lágrimas por el orificio nasolagrimal, así como a la secreción de las glándulas del atrio nasal.
En un perro sano la mucosa es de color rosa pálido, con finos vasos sanguíneos submucosos, sin descargan de ningún tipo.
La mucosa normal es lisa y rosa, con una mínima cantidad de líquido seroso - mucoide en superficie, aunque la coloración es variable de rojiza, rosa pálido o blanco, según si el reflejo de la luz es intenso, o sea, depende de la proximidad de la punta del endoscopio.
Se debe visualizar con el endoscopio las grandes cámaras de la nariz, aunque algunas zonas es imposible hacerlo debido a las discrepancias de tamaño entre el endoscopio y los pasajes nasales.
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