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Empezamos la multiplicación como si estuviésemos en la escuela: formando dos filas


Enviado por   •  14 de Junio de 2017  •  Apuntes  •  848 Palabras (4 Páginas)  •  238 Visitas

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Empezamos la multiplicación como si estuviésemos en la escuela: formando dos filas. Una de ellas en pos de comenzar con una escena dividida. Dividida en dos propuestas políticas, antagónicas de manera infantil, como para no perder la costumbre. Frente a estas 2 propuestas se encontraba en el cuarto oscuro… profundo y oscuro, el votante.  

Otro votante, en otra habitación: el aula, desencadenó la multiplicación dramática en la dirección de la otra escena, formadora de la otra fila.  Esta, nos habla de la superficie. Quizás algo más allá que la superficie misma: la no-profundidad. Tristemente típica pareja encaminada a su fin desde el comienzo mismo.  La pareja, ya separada, se encuentra en la escena almorzando en familia, como un auto en movimiento que luego de quedarse sin frenos no logra detenerse. Cierto es que el auto no dispone de voluntad.

Siguiendo la tonalidad de los grises vacíos, los vemos a los cuerpos desterritorializados en la escena siguiente, en un boliche. Pocas cosas tan vacías como un boliche lleno hoy. La escena nos muestra la escena que arma la chica exigiendo cariño, queriendo privar libertades, reduciendo tensiones, anulando posibilidades: “Te querés levantar a mi amiga ahora?” le dice a su ex pareja. Todo eso que uno le hace a un perro. Todo eso que a uno lo hace un perro.

Un perro que sufre, un perro que espera, un perro que depende.

Como los de la escena siguiente, deseosos de esa carne que huelen y ya hace que les caiga la baba. Mientras la dueña los engaña y termina dándole la comida al gato. Pero a ellos no parece importarle. ¿Será que desde el comienzo no les importaba? La pareja.

Los cuerpos animales se fugan al gallinero en la escena siguiente. Aquí la madre le pide a su hija que busque un huevo. Ella se dirige al gallinero con su bolsa de maíz y arroja al suelo para que la gallina, madre también, se levante a comer y descuide a su creación.  “En el gallinero falta huevo” ríe un bostero. Ella arroja el huevo y una madre pierde y otra gana.

Perder o ganar. Siempre es en base a un otro. Jamás se trató de eso.  “Un genuino artista no presta atención al público” nos dirá Oscar Wilde.

Como vemos en la siguiente escena, 3 personajes, cada uno gritando en simultaneo de manera constante su propia letra “A”, “B” y “C” respectivamente, formando lo uno desde lo múltiple.

 Las siguientes 2 escenas, como destello de las primeras, nos muestran lo opuesto a lo genuino. Más opuesto aún que la copia. La in-decisión, la decisión de no decidir, la elección del no hacer. El poder separado del cuerpo, que impotencia, que dolor.

Todo se transforma, con tendencia a los opuestos. Pero así es siempre, ¿no? No.

Impotencia de ser víctima de un asalto. Asalto fugaz de un bolso ejecutado por “un chico de remera negra” manifiesta la chica y como sacado de una ley gestáltica se la agarran con un pobre pibe de remera negra que volvía a su casa. Dando un claro mensaje. Señalemos. Separemos.

Dolor fingido en busca de cuidado, consecuencia de la no-profundidad. Seguimos separados.

Separados caminamos, separados nos caemos. El hombre cae. El testigo, se acerca, saca su celular y posa. Toma la foto en formato selfie y sigue caminando. Cosificando personas.

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