Enfermededades endémicas trastocadas en enfermedades ocupacionales
Enviado por Annika123 • 1 de Diciembre de 2021 • Ensayo • 6.179 Palabras (25 Páginas) • 69 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ingeniería
Escuela de Ingeniería Química
Enfermedades endémicas trastocadas en enfermedades ocupacionales
Angelly Salazar Caracas, marzo 2021
Aunque no se reconoce formalmente, muchos expertos piensan que podríamos estar viviendo en una nueva época geológica denominada Antropoceno (del griego “anthropos”, que significa humano, y “cene”, que significa nuevo o reciente), lo que podríamos interpretar como “La Edad de los Humanos”, esto como consecuencia de los acelerados cambios ocurridos en la Tierra producto de la actividad humana.
Esta nueva era sería la sucesora de la época del Holoceno, que empezó hace ya más de 11.700 años. Entonces cabría hacernos la pregunta, ¿en qué momento empezó esta nueva época geológica? La teoría principal sugiere que el inicio de esta nueva época estaría ubicado en el comienzo de la Revolución Industrial en Inglaterra a mediados del siglo XVIII. El concepto de antropoceno lo usó por primera vez en el año 2000 el premio nobel de química Paul Crutzen.
Según sus palabras “el nombre de era geológica actual debería reflejar el impacto del hombre sobre la Tierra” Crutzen (2020). A raíz de esto, comenzaría un debate entre geólogos y la comunidad científica en general, quienes hasta el día de hoy aún no se ponen de acuerdo y algunos detractores catalogan a idea más como una declaración política que una propuesta científica.
De cualquier modo, la consideración de este tema llevo a la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS) a establecer un grupo de trabajo sobre el Antropoceno (AWG-AnthropoceneWorkingGroup) en el año 2009, que está dedicado a evaluar su posible formalización.
Es importante mencionar que cualquier decisión que se tome y ya sea que se termine formalizando o no el término como una nueva unidad dentro de la escala del tiempo geológico, es indudable que esa decisión tendrá repercusiones tanto políticas como legales. Incluso algunos han propuesto otros nombres como “capitaloceno” o “plasticoceno”, pero en mi opinión el nombre es lo de menos, si la comunidad científica puede encontrar evidencias claras y significativas que demuestran los cambios geológicos del planeta, es su responsabilidad darle un debido reconocimiento en el marco de la historia geológica.
Aunque sea difícil cuantificar el efecto geológico de las actividades humanas, en los sedimentos y rocas, es innegable que la Tierra ha experimentado diversos cambios en su sistema climático y terrestre, es más la mayoría de estos cambios son inequívocos para la comunidad científica, cambios como el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la acidificación de los océanos, el aumento de la temperatura media global, el aumento en el nivel del mar, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de inundaciones e incendios forestales, por mencionar algunos de estos cambios.
Quizás unos de los cambios más impactantes sea el progresivo y acelerado aumento en la temperatura media global, teniendo que la década 2011-2020 está reportada como la más cálida de la historia, y los últimos 6 años los más cálidos registrados hasta el momento.
Este aumento en la temperatura tiene un impacto en el delicado equilibrio de los ecosistemas y los seres vivos que forman parte de estos, lo que propicia un aumento en la incidencia y distribución de diversas patologías, particularmente las de tipo infeccioso.
Para entender mejor, las enfermedades infecciosas son aquellas causadas por microorganismos patógenos como los virus, parásitos, bacterias u hongos y pueden transmitirse, directa o indirectamente, de una persona a otra.
En la actualidad, el pronóstico no es nada favorable y se muestra adverso a la salud humana, el aumento de la temperatura terrestre puede dar paso al establecimiento de escenarios epidemiológicos idóneos para la aparición de nuevas enfermedades infecciosas.
El caso más reciente y que ha puesto el mundo de cabeza, es la actual pandemia de la enfermedad Covid 19 producida por el coronavirus SARS-Cov-2, que ya afecta a todos los países, y cuyas pérdidas en vidas humanas está cerca de los tres millones, además de los devastadores efectos en la economía mundial, e incluso en la salud mental de las personas, debido a las medidas de cuarentena y distanciamiento social.
De acuerdo con el conductor de un estudio llevado a cabo por la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES),Peter Daszak (2020) “No hay un gran misterio sobre la causa de la Covid-19 o de cualquier pandemia moderna, son las mismas actividades humanas que aceleran el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, las que también generan riesgos de una pandemia”.
Como es bien sabido, esta pandemia no es la primera que ha padecido la humanidad (y temo que tampoco sea la última),de hecho es la sexta desde la gran pandemia de influenza de 1918, o la mal llamada gripe española.
Las epidemias son tan antiguas como las sociedades humanas, y es que el ser humano es bastante frágil a la acción de distintos patógenos y nuestra supervivencia en el mundo tiene más que ver con la inteligencia y la capacidad de cooperar y formar grupos para un beneficio común, que con nuestra fuerza física.
Si bien la naturaleza nos ha proveído de todo lo que necesitamos para vivir, sería ingenuo pensar en esta simplemente como una especie de madre benevolente. De acuerdo con la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios a Ecosistemas (IPEBS), en aves y mamíferos existen más de 80.000 virus distintos que tienen capacidad de infectar al ser humano.
Respecto a la Covid 19, la hipótesis principal que se maneja es que se trata de un caso de zoonosis, es decir, es una enfermedad infecciosa que fue trasmitida al ser humano mediante el contacto directo con un animal. Todos conocemos en mayor o menor grado los eventos cronológicos más relevantes en relación a la pandemia.
El primer caso fue identificado en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, China, luego de reportarse casos de enfermos con un tipo de neumonía desconocida. En principio se desencadenó una epidemia que condujo al cierre de la ciudad y la implementación de una estricta cuarentena.
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